El editor y fundador de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez, ha comparecido este martes como testigo en el juicio que se sigue contra el extesorero del PP Luis Bárcenas por el presunto pago de la reforma de la sede de Génova con fondos procedentes de la caja B del partido.
La declaración de Pedro J. Ramírez, solicitada por las acusaciones populares, se debía a que él fue quien entregó en la Audiencia Nacional el primer documento original de los llamados papeles de Bárcenas, las hojas en las que el extesorero asegura que anotó la contabilidad paralela del PP.
También fue el periodista que el 16 de enero de 2015 publicó en detalle el modus operandi de la presunta caja B del PP en el artículo Cuatro horas con Bárcenas, fruto de una larga conversación mantenida con el exresponsable de las finanzas del PP poco antes de que éste ingresara en prisión.
"Mi obligación era colaborar con la Justicia incluso antes de publicarlo", ha dicho el director de EL ESPAÑOL sobre la entrega de ese primer original de la caja B, que vio luego la luz en El Mundo. "Es de las decisiones de las que más satisfecho me siento: no haber dado margen alguno a que esa prueba material se perdiera para el procedimiento judicial", ha añadido.
Ha recordado que, a raíz de la aparición de ese documento original y de la comparecencia parlamentaria en la que el entonces presidente Mariano Rajoy negó la existencia de la caja B, "el Gobierno del PP inicia una ofensiva frenética para intentar que desaparezca cualquier prueba, porque ya está en juego directamente la credibilidad del presidente del Ejecutivo".
- ¿Usted ha recibido presiones para no publicar esas informaciones?, le preguntó el abogado de IU Juan Moreno.
- Yo fui destituido como director de El Mundo como consecuencia de la operación política que se desarrolló desde el momento en que publiqué Cuatro horas con Bárcenas, los originales de la caja B y los mensajes de móvil de Bárcenas con Rajoy ["Luis, sé fuerte"].
La destitución
"En el momento en que publicamos todo eso", ha relatado Pedro J. Ramírez al tribunal, "el Gobierno inicia una serie de actuaciones, algunas públicas y notorias, como el boicot a los actos organizados por el periódico. Simultáneamente se producen a través del llamado Consejo de la Competitividad presiones sobre los grandes anunciantes, que retiran la publicidad de nuestro periódico como presión a los accionistas. Queda acreditado en los informes mensuales de la Asociación Española de Editores que, un mes tras otro desde ese agosto de 2013 en el que Rajoy decide eludir la asunción de sus responsabilidades, la cuota de inversión publicitaria de las grandes empresas va disminuyendo en nuestro periódico en relación con la inversión en nuestros competidores. Y, oh milagro, desde mi destitución en enero de 2014 esos mismos informes reflejan cómo la cuota de publicidad se restablece".
Hubo, a su juicio, una "respuesta política" desde el Gobierno a las publicaciones que apuntaban a Rajoy, reacción que "encuentra importantes apoyos empresariales". "Sé que mucho tuvo que ver también la publicación de la entrevista con Corinna Larsen, que molestó extraordinariamente a los responsables de la Casa Real. Todo coadyuvó para que yo fuera destituido del periódico que había fundado 25 años antes".
Según Pedro J. Ramírez, Bárcenas le relató que las donaciones de empresarios que llegaban "en bolsas de plástico y de deportes" a la sede del PP "se destinaban a pagar sobrecostes de campañas electorales y una parte menor, pero significativa, se dedicaba a lo que él literalmente dijo 'otros fines', entre ellos sobresueldos para la cúpula del partido".
Bárcenas nunca le habló que se destinasen fondos de la caja B a la reforma de la sede de Génova, que es el objeto del juicio que se celebra ante la Sección Penal Cuarta de la Audiencia Nacional.
"Templanza, templanza"
El periodista ha narrado la "relación de amistad" que Bárcenas tenía tanto con Rajoy como con otros dirigentes del partido como Javier Arenas y que, a su parecer, explican la reunión celebrada tras el estallido del caso Gürtel en el despacho del presidente del PP con el fin de pactar unas nuevas condiciones para el extesorero que incluían el mantenimiento de su sueldo, despacho, secretaria y chófer.
"Antes de publicar esa reunión lo corroboré con Arenas y él me reconoció que había tenido lugar", ha manifestado. Fue el encuentro en el que Rajoy pidió "templanza, templanza" a Luis Bárcenas cuando éste se quejó airadamente de la hostilidad que le mostraba María Dolores de Cospedal, entonces secretaria general del partido.
"En esa reunión se pacta el nuevo estatus de Bárcenas para que siguiera teniendo la protección del partido sin que resultara embarazoso para Rajoy", ha señalado Pedro J. Ramírez. "Bárcenas me dijo que había mantenido una actitud de complicidad, de guardar silencio. Que, a pesar de las noticias periodísticas que iban saliendo sobre el caso Gürtel, había sido leal y había mantenido un estrecho contacto con Rajoy en el contexto de una relación personal de amistad. Bárcenas se sentía protegido por el PP de Rajoy y, cuando vio que perdía esa protección, cambia de actitud y decide contar a una serie de periodistas lo que había estado ocurriendo y empezar a colaborar con la Justicia".
El testigo también ha indicado que, tras la publicación en El País de las fotocopias de los papeles de Bárcenas, éste le contó que personas del PP como Marilar de Andrés y Gerardo Galeote le llamaron para que desmintiera que era su letra. "Él, por lealtad al partido, lo hace y así lo manifiesta en sus declaraciones judiciales. Luego, durante esas cuatro horas que pasé con Bárcenas, me dijo 'viendo mi declaración pensé 'qué bien miento'. Siempre estaba jugando con fuego".