Jordi Pujol asegura a la Audiencia que nunca "torció" su "recto ejercicio político" por dinero

Jordi Pujol Soley, el que fuera president de la Generalitat catalana entre 1980 y 2003, ha enviado su escrito de defensa a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, en el que asegura que "nunca" torció su "recto y digno ejercicio" político ni desoyó "el interés general" por motivaciones económicas que favorecieran a él o a sus hijos.

Pujol, de 91 años, se sentará en el banquillo junto a sus siete hijos por los presuntos delitos de organización criminal y blanqueo de capitales por los que la Fiscalía Anticorrupción solicita para el patriarca nueve años de cárcel. 

En su escrito, la defensa del expresidente catalán niega todo "ingreso en el patrimonio de sus hijos y esposa que tenga relación causal con un abusivo e ilegítimo ejercicio de su autoridad y potestades públicas".

Para justificar los fondos que su familia mantuvo ocultos en Andorra, el expolítico vuelve a asegurar que dichas cantidades responden a la herencia que le dejó su padre —Florenci Pujol Brugat—, con quien mantenía una "fuerte vinculación" y a quien produjo una "profunda inquietud y desasosiego" la "inestabilidad política y los riesgos" que su hijo asumió al iniciar su trayectoria política, lo que le llevó a este a dejar de colaborar con su progenitor en la gestión de, entre otras empresas, Laboratorios Fides (antes, Martín Cuatrecasas) o Banca Catalana.

"En ese marco de preocupación y con voluntad de asegurar y garantizar la estabilidad económica de su nuera y nietos, Florenci Pujol Brugat les hizo saber que constituía un depósito en el exterior, con el deseo que se mantuviera unido e intacto, para amortiguar futuras eventualidades de necesidad económica por el riesgo político que asumía Jordi Pujol i Soley", reza el escrito dirigido a la Audiencia Nacional y al que EL ESPAÑOL ha tenido acceso.

Pujol pide, por tanto, ser absuelto de todos los cargos, ya que considera que los hechos objeto de acusación "no son constitutivos de infracción criminal". Igualmente, niega que la acusación ejercida por el Ministerio Público haya identificado "un solo supuesto fáctico de ese tenor", es decir, cualquier indicio relativo a la corrupción política.

Herencia de su padre

Florenci Pujol falleció en 1980, mismo año en el que su hijo se convierte en presidente del Gobierno catalán. Según indica el escrito de defensa, su muerte "fortalece la determinación de respetar su voluntad con relación a mantener el depósito en el extranjero [la cuenta andorrana] bajo la gestión de personas de confianza".

Esos fondos familiares, cifrados por el documento en 140 millones de pesetas en dólares en la fecha en que fallece el empresario, "no guardan relación alguna con la alta función pública que Jordi Pujol i Soley desempeñó en la Generalitat", aseveran sus tres páginas, que, en todo momento, desvinculan dicha cuenta de todo tipo de "gestiones de invitación, incitación, sugerencia o influjo de prevalimiento sobre autoridades resolventes o funcionarios informantes" en interés del expresident del Gobierno catalán y de sus parientes.