Un aparatoso atraco a punta de revólver del que no hay testigos, pese a ocurrir en una vía urbana del sur de Madrid a las 19:45 horas, y que la Policía no ha podido resolver se llevó por delante todos los ordenadores, tablets, pendrives, tarjetas de memoria, discos DVD y teléfonos móviles incautados por la Audiencia Nacional en los domicilios del expresidente catalán Jordi Pujol y de sus hijos Pere, Oleguer, Josep y Jordi, así como en el de la exmujer de este último, Mercé Gironés.
El robo fue perpetrado el 23 de noviembre de 2020 por cuatro encapuchados que interceptaron una furgoneta de una empresa de transportes, sacaron por la fuerza al conductor y se llevaron el vehículo, que se dirigía a un almacén con 369 paquetes de diversos clientes.
La furgoneta apareció calcinada en una localidad cercana con parte de su carga esparcida por los alrededores. Otros paquetes fueron encontrados en una salida de la autopista de circunvalación M-45. Pero, casualidad o no, no se recuperó ninguno de los efectos incautados a los Pujol. Tampoco los 25 relojes valorados en 150.000 euros que, según la Policía, eran el "objetivo principal" de los ladrones.
La desaparición del material informático y los teléfonos de los Pujol no tendrá, sin embargo, ninguna trascendencia para el proceso penal que se sigue contra ellos en la Audiencia Nacional porque todo su contenido fue clonado y se encuentra almacenado en los servidores del tribunal.
El expresidente de la Generalitat catalana y sus siete hijos se encuentran pendientes de juicio por delitos de organización criminal, blanqueo y contra la Hacienda Pública por su enriquecimiento ilícito durante el mandato de Jordi Pujol, para quien la Fiscalía Anticorrupción pide nueve años de cárcel.
No es el primer episodio extraño que rodea el caso Pujol. En febrero de 2013 se interpuso una denuncia por la entrada de desconocidos en el domicilio de Gironés y de una hija de Jordi Pujol Ferrusola. Y este último sufrió la sustracción de información de sus ordenadores, información que en 2015 apareció en un pendrive de origen desconocido que la llamada policía patriótica trató de introducir, sin éxito, en el procedimiento que tramita la Audiencia Nacional.
Los asesores jurídicos de los Pujol descartan por completo cualquier teoría de la conspiración en relación con la desaparición de los ordenadores y acogen la tesis policial del robo de los relojes de lujo por delincuentes comunes como la más plausible. Pero no dejan de señalar que hay algunos aspectos "chocantes", como el hecho de que no se recuperara ningún efecto de los Pujol pese a su número y volumen o la circunstancia de que el conductor de la furgoneta no denunciara el atraco hasta pasadas más de 24 horas.
La denuncia
O.S., nacido en Colombia y nacionalizado español, acudió a las 19:05 horas del 24 de noviembre de 2020 a la Comisaría de Arganzuela junto al responsable comercial de la empresa de transportes para la que trabajaba.
El conductor denunció "el robo con violencia o intimidación ocurrido a las 19:45 horas del día 23/11/2020, en vía pública urbana Avenida Entrevías de Madrid", de acuerdo con el atestado policial, conocido por EL ESPAÑOL.
O.S. relató a los agentes que "se encontraba circulando en la furgoneta de la empresa (...). Iba hacia [la calle Méndez Álvaro] llevando en dicha furgoneta mercancía hacia el almacén de la empresa para que fuera distribuida posteriormente".
"Se encontraba esperando en el semáforo situado al lado de la gasolinera de la calle señalada. Cuando el semáforo se puso en verde e iba a continuar con el trayecto, un todoterreno de color negro estacionó delante de la furgoneta bruscamente, atravesándose y dejando al denunciante sin posibilidad de maniobrar".
"Inmediatamente se bajaron de dicho vehículo cuatro individuos con el rostro tapado por un pasamontañas. Portaban un revólver y uno de ellos se posicionó al lado de la puerta del declarante y otro al lado de la puerta del copiloto apuntando al manifestante".
"Ambos empezaron a golpear con fuerza las ventanillas del vehículo, llegando a romper la ventanilla de la derecha, y gritando al denunciante que abriera el vehículo. El dicente se puso muy nervioso hasta que consiguió abrir la puerta. En ese momento lo arrastraron fuera del vehículo y le gritan que se ponga de espaldas".
"Rápidamente uno de ellos se sube en la furgoneta y los otros tres lo hacen en el todoterreno, huyendo del lugar en dirección a la estación de Méndez Álvaro".
El conductor indicó que no podía concretar el contenido de los paquetes que había en el interior de la furgoneta, salvo el dato de que "entre estos había relojes de alta gama". Los ladrones se llevaron el móvil del empleado y una PDA en la que figuraba el listado con los 369 envíos que llevaba.
La PDA apareció y fue entregada a la Policía. En el listado aparecen los envíos correspondientes al 23 de noviembre de 2020, entre ellos el encargado por Martell Abogados, el bufete que defiende a los Pujol y al que tenían que llegar los efectos informáticos devueltos por la Audiencia Nacional.
Esos objetos habían sido entregados tres días antes a la procuradora y permanecieron en el despacho de ésta hasta su recogida por la empresa contratada para transportarlos hasta Barcelona, donde nunca llegaron.
El 10 de diciembre de 2020, el grupo de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid que investiga los robos con violencia envió al Juzgado de Instrucción número 8 un atestado sobre el atraco a la furgoneta conducida por O.S.
En él explicaba que "una vez se perpetró este atraco, los responsables de la empresa MRW activaron la geolocalización de una PDA que llevaba este conductor en el interior de este furgón. Este dispositivo electrónico fue hallado por un transeúnte que se lo encontró en una de las calles por las que huyeron los autores, por tanto, cualquier gestión sobre la misma no ha conducido a ningún resultado óptimo". El transeúnte no fue identificado.
Posteriormente, añade el atestado, "se tuvo conocimiento de que los autores de este delito prendieron fuego a la furgoneta sustraída en la calle Miguel Servet de Getafe. En este lugar se encontraron diversos paquetes que pertenecían al contenido que transportaba esta furgoneta sustraída desperdigados por el suelo".
Ni testigos ni cámaras
"Es obvio", afirmó la Policía, "que el objetivo principal de estos individuos era la sustracción de los relojes Rolex y evidentemente tenían una información privilegiada y detallada del valor de la carga transportada, de la ruta y de la furgoneta que lo realizaba".
La Policía tomó declaración a un responsable de la sucursal de Rolex España en Madrid, que detalló el modelo y número de identificación de los relojes y las tiendas a las que iban destinados.
El atestado aseguraba que "se han realizado numerosas gestiones tendentes al total esclarecimiento del hecho, habiendo resultado todas ellas infructuosas, ignorándose incluso la marca y modelo del coche utilizado por los autores debido a la vaga descripción manifestada por la víctima, único testigo de los hechos relatados, y no existiendo ninguna grabación de alguna cámara que hubiese recogido estos datos tan relevantes para el buen curso de la investigación".
La Policía propuso al Juzgado el estudio del tráfico de llamadas entre los tres puntos concernidos —el lugar del atraco, el punto en el que se encontró la furgoneta y el camino de la M-45 en el que se hallaron algunos objetos— para averiguar si existía alguna coincidencia en los teléfonos usados.
La diligencia no dio ningún resultado y no consta ninguna otra. El pasado 21 de mayo el Juzgado acordó el sobreseimiento provisional y archivo del caso, sin haber logrado identificar a los implicados en el atraco.
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