El comisario José Manuel Villarejo ha aprovechado este martes su declaración como acusado en el juicio del caso Tándem para desacreditar a la comunicadora Ana Rosa Quintana -a la que calificó varias veces como "mi amiga"- asegurando que le pidió reiteradamente ayuda para "sus marrones", entre ellos que "su maridito se dedicaba a fabricar facturas falsas".
Villarejo se enfrenta en este juicio a una petición de pena por parte de la Fiscalía Anticorrupción de un total de 110 años de cárcel por haberse lucrado mediante actividades ilegales de espionaje realizadas en beneficio de entidades y particulares, mientras seguía en activo como policía. Dos de las personas que le hicieron un encargo fueron el marido de Ana Rosa, Juan Muñoz, y el hermano de éste, Fernando.
Ambos reconocieron ayer en el juicio que pagaron 20.000 euros a Villarejo para que espiara a un antiguo socio de Fernando Muñoz y a su abogado, el exjuez Francisco Javier Urquía, por un conflicto surgido entre ellos.
"El conflicto era que Fernando y su socio, Mateo Martín Navarro, estaban acusados de un presunto delito fiscal desde 2008", explicó Juan Muñoz al tribunal. "Martín Navarro se declaró culpable y asumió toda la responsabilidad. Pero luego cambió de posición, se declaró insolvente y cambió de opinión sobre su culpabilidad, faltando a los acuerdos de atender solidariamente con Fernando la responsabilidad de aquellos hechos".
La Fiscalía acusa a Villarejo de haber proporcionado a los hermanos Muñoz dos videos en los que se veía a Urquía en una orgía con prostitutas y esnifando cocaína, con el fin de que los utilizaran para extorsionar al abogado y que hiciera cambiar de opinión al socio de Fernando Muñoz.
Pero Villarejo ha sostenido que no hubo ningún encargo. "Fue un favor personal que no me pidieron estos señores [Juan y Fernando Muñoz], a los que no conocía de nada. Me lo pidió mi buena amiga Ana Rosa, que ya me ha pedido muchos favores, como cuando el plagio de su libro, y me dijo 'tengo un problema con este maridito que me he echado nuevo y es que resulta que, como es más jovencito que nosotros, no entiende que está casado con una mujer muy famosa y se dedica junto con una serie de personas a fabricar facturas falsas para obtener dinero en efectivo para así pagar los temas de licencias de obras. Por favor, ayúdale'".
El fiscal Miguel Serrano ha querido centrar el interrogatorio en sus reuniones con los hermanos Muñoz, pero el interés de Villarejo era hablar de Ana Rosa. "Las primeras charlas y comidas las tengo yo con Ana Rosa para que ayude con la metedura de pata de su maridito, como decía ella, y su hermano. Idiota de mí, me echo en la mochila los problemas que tienen mis amigos. Porque cui prodest? ¿Qué ganaba yo con perder el tiempo con estos señores ? Ayudar a Ana Rosa en lo que me pidió, como me ha pedido muchísimas cosas. Me hubiera gustado que viniera a explicarlo. Ella estaba muy enfadada por los errores que cometía su marido y que redundaban en su prestigio profesional".
Según el comisario jubilado, tuvo "más de 10 comidas con Ana Rosa para convencerme de que le ayudara. Porque en una ocasión le dije 'oye, Ana, no voy a estar toda la vida arreglando tus marrones, que si un colaborador ha tenido un problema, que si el libro que plagió, estaba todo el día. Unos años antes me pidió que le echara otra mano por otro problema similar de facturas falsas para conseguir dinero en efectivo y corromper a municipales para licencias de obras".
"Recuerdo una vez", ha continuado, "que me pidió que mirara una causa en Granada porque también estaban acusados de delito fiscal, porque esas eran las funciones más que del marido de su hermano, que junto con su padre tenían la empresa constructora con los problemas de todas las empresas constructoras de la época y es que tenían que conseguir dinero negro para pagar las corrupciones de las licencias de obras".
Correos de Letizia
El fiscal le preguntó por las grabaciones de las reuniones que Villarejo celebró con Juan y Fernando Muñoz y quiso saber si las grabó él. Según el acusado, las grabó el servicio secreto, el CNI, "que tiene muchísimo interés en personajes tan relevantes y mediáticos como Ana Rosa Quintana, máxime cuando ella había mantenido unas especiales relaciones con el actual presidente del Gobierno y máxime cuando estaba perfectamente enterada -así me lo comentó- de la operación gamba, que era atentar contra la imagen de la reina Letizia".
Según Villarejo, Ana Rosa "estaba preocupada porque estaban intentando filtrarle a
ella para que sacara a la luz una serie de correos de la señora Letizia y terceros. La escenificación de detener a estos señores [Juan y Fernando Muñoz] en vez de citarlos como a los demás [imputados] fue para callarle la boca [a Ana Rosa]. Y pese a
ser una persona valiente habrá pesado más proteger a su marido"
El acusado sostuvo que tanto Juan como Fernando Muñoz "han mentido" para alcanzar un pacto con el fiscal y aseguró que fue el primero, y no el segundo, "el que me entrega los 20.000 euros". "Les dije [a los Muñoz] 'hay personas del CNI que tienen posibilidad de echarnos una mano en esto y sus datos valen 20.000 euros".
"Yo, sin llegar a cogerlo, transmito el dinero a dos miembros del CNI que estaban en el despacho de al lado, que son los que se llevan ese dinero", ha dicho.