Luisa Rus, la empleada transexual que demandó a su empresa tras despedirla unos días antes de su operación de cambio de sexo, ha llegado, finalmente, a un acuerdo amistoso con la compañía; evitando, por tanto, celebrar un juicio.
Así consta en un acta de conciliación, al que ha tenido acceso este periódico, en el que ambas partes pactan un despido improcedente. Rus —quien figura en el documento aún con nombre de varón— "desiste de la petición de nulidad y daños y perjuicios derivados de la misma" y reconoce que "no concurre la vulneración de derechos fundamentales" en su despido.
En su demanda contra la empresa, presentada ante los Juzgados de lo Social de Madrid, Luisa, de 33 años, argumentó que fue despedida el 26 de agosto del año pasado, a escasos días de someterse a una vaginoplastia y a pesar de su buen rendimiento como vendedora.
Por otro lado, la compañía reconoce en el acuerdo "la improcedencia del despido (con fecha de efectos de 27 de agosto de 2021)" y le abona 11.508 euros netos. Hasta aquel día, Luisa había trabajado durante tres años vendiendo móviles en una tienda en el interior de unos grandes almacenes del centro de la capital.
En declaraciones a este diario, la abogada de Luisa Rus, Jennifer Kay Sifert, manifiesta que se trata de un acuerdo "satisfactorio para ambas partes". Sobre el cambio de postura de su representada —Luisa había rechazado una solución amistosa—, la letrada indica que, "a la hora de valorar las pruebas que presenta la acusación y la defensa, se ha optado por no alargar el procedimiento" y evitar las consecuencias de un proceso que, "hasta llegar a cobrar la indemnización, podría prolongarse cuatro o cinco años".
Antes de alcanzar el pacto, el juicio contra la empresa Vexter Outsourcing S. A. —encargada de la gestión del personal y la contratación— y Samsung Electronics Iberia S. A. —para quien trabajaba esta última— se fijó, en un primer momento, para el 21 de enero. Pero, por problemas con la citación a dos testigos, hubo que posponerlo hasta este jueves, ante el Juzgado de lo Social número 36 de Madrid. No obstante, el pasado 7 de marzo se firmó el acta de conciliación entre las empresas y la trabajadora.
Apoyos políticos
Cuando Luisa presentó su demanda, en la que reclamaba la nulidad del despido y que se reconociese la vulneración de sus derechos, varios políticos y personalidades públicas apoyaron su petición. La exdiputada socialista Carla Antonelli instó a "que caiga todo el peso de la ley" en este proceso. "Hay otro virus que no es la Covid y se llama transfobia", escribió la expolítica en su perfil de Twitter.
El diputado en la Asamblea de Madrid Santiago Rivero, también secretario LGTBI y de Diversidad del PSOE regional, tachó lo ocurrido como "una vergüenza". El Grupo Sectorial de Más Madrid LGTBI+ también se pronunció en apoyo de Rus, así como la diputada de Podemos Paloma G. Villa.
Su denuncia también fue recogida por la prensa. En una entrevista con el diario El País, Luisa Rus indicó que un superior de su empresa, que comenzó a trabajar como su store manager, le solía denominar, a sus espaldas, "travelo", "híbrido", "tío-tía" o "el indefinido". Así se lo habría trasladado a Luisa un antiguo trabajador, que ya no formaba parte de la compañía y que oyó estas descalificaciones.
En el mismo artículo, Rus aseguraba que no temía ir a juicio y reconocía que había rechazado varias ofertas monetarias de la empresa, ya que su intención era dar a conocer públicamente su caso y evitar que se repitiesen situaciones similares en un futuro.
EL ESPAÑOL ha tratado de obtener, sin éxito, una valoración sobre el acuerdo transaccional por parte de Vexter Outsourcing.