Entre las muchas circunstancias que han contribuido al desprestigio del Consejo General del Poder Judicial, el nombramiento como vocal del exjuez Luis Pascual Estevill -fallecido este jueves en Barcelona a los 89 años- ocupa un lugar destacado.
Miembro de una familia campesina de El Priorato, pastor de cabras en su niñez y casi analfabeto hasta los 19 años, se licenció en Derecho con 33 años. Tras ejercer la Abogacía, en 1990 ingresó en la carrera judicial por el cuarto turno, destinado a 'juristas de reconocida competencia' que acceden directamente a la categoría de magistrado a través de unas pruebas y sin realizar la oposición.
Cuando Luis Pascual llegó al CGPJ en noviembre de 1994 desde su modesto puesto en el Juzgado de Instrucción número 26 de Barcelona era millonario, pero no se sabía. Se conocía que en Cataluña se estaban tramitando denuncias y querellas contra él, lo que no importó para que Convergencia le propusiera como miembro del órgano de gobierno del Poder Judicial y para que PSOE y PP apoyaran en el Senado su nombramiento (magnífico ejemplo de la laxitud de las fuerzas políticas cuando llega la hora de repartirse el CGPJ).
La interpretación más generalizada es que Convergencia le aupó al CGPJ precisamente para que dejara de ser juez instructor en Barcelona, donde ser había convertido en el azote de la burguesía catalana metiendo en prisión a empresarios sin causa legal o -según quedó acreditado después- cobrándoles peajes para no encarcelarles.
Poco antes de ser promovido al CGPJ, uno de esos empresarios le contó al entones fiscal jefe de Cataluña, Carlos Jiménez Villarejo, los sobornos que exigía Luis Pascual Estevill con la connivencia del abogado Joan Piqué Vidal.
Esa declaración fue el principio del fin para Luis Pascual, que acabó sometido a tres procesos judiciales que le llevaron a la inhabilitación como juez y a la cárcel.
El cese
Fue el primer consejero del Poder Judicial (y, hasta ahora, el único) que se mantuvo en el cargo mientras era investigado por la Sala Penal del Tribunal Supremo, una situación que generó una enorme tensión en el órgano de gobierno de los jueces.
El CGPJ debatió tres veces, y tres veces rechazó, retirarle la condición de vocal. Aunque estos episodios se presentaron como una resistencia numantina del sector conservador para proteger al vocal catalán, lo cierto es que sólo dos consejeros, Ignacio Sierra y Rafael Sarazá, votaron a favor de cesarle.
Se adujo entonces que la Ley Orgánica del Poder Judicial no permitía la remoción de un vocal del CGPJ salvo por "agotamiento de su mandato, renuncia, incapacidad, incompatibilidades o incumplimiento grave de los deberes del cargo", supuestos que no se habían producido. Una redacción, por cierto, muy similar a la vigente en la actualidad.
Durante esos días en los que su permanencia en el CGPJ estaba en el aire, el vocal Gregorio García Ancos reveló que Estevill le había ofrecido colocar a su hijo "en La Caixa, en un plazo de 48 horas y para siempre".
Pascual Estevill se sentó, así, en el banquillo del Tribunal Supremo manteniendo su condición de gobernante del Poder Judicial. La Sala Penal le condenó en julio de 1996 a seis años de inhabilitación para cargo público por prevaricación y por la detención ilegal de dos empresarios a los que encarceló injustamente. Entonces el CGPJ sí le cesó como vocal. Anticipándose, dos meses antes él había pedido la excedencia voluntaria en la carrera judicial.
La cárcel
En 2001 fue condenado a siete años de cárcel por delitos fiscales. Ingresó en prisión el 11 de noviembre de ese año, pero no era la primera vez que visitaba la cárcel: el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña le privó de libertad de forma preventiva el 13 de febrero de 1997 en un proceso por delitos de extorsión, cohecho, detención ilegal y prevaricación por el que acabaría siendo condenado a nueve años de cárcel en 2005.
En este tercer proceso se declaró probado que Pascual Estevill, junto a Piqué Vidal, extorsionaron entre 1990 y 1994 a empresarios a los que exigían dinero para no ir a la cárcel o para salir al cabo de pocos días. El entonces juez cobró 450.759 euros que escondió en Suiza.
El 20 de octubre de 2006, con 72 años cumplidos, Luis Pascual ingresó por tercera vez en prisión. En diciembre de 2009 obtuvo el régimen abierto. En julio de 2017 el Tribunal Superior catalán declaró extinguida su responsabilidad penal por cumplimiento de las condenas.
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