El juez del caso Sinclair & Wilde, que investiga la supuesta estafa sufrida por el Ayuntamiento de Madrid en la venta de 500.000 mascarillas, ha solicitado a las autoridades de Reino Unido que localicen al empresario francoisraelí que suministró este material al consistorio en marzo de 2020, al inicio de la pandemia de la Covid-19.
Así consta en un auto, fechado el pasado martes, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL. En dicha resolución, el magistrado pide información sobre Philippe Solomon, quien figura como responsable de la empresa Sinclair & Wilde, una consultora con sede en Nueva York. Y le cita como investigado para el próximo 26 de mayo.
Por el medio millón de mascarillas, el Ayuntamiento de la capital aceptó pagar 2.500.000 euros. No obstante, tan sólo abonó la mitad y no realizó el segundo pago al sospechar que podría tratarse de una estafa. La transferencia se hizo a una cuenta del Bank Of America.
Tal y como recuerda el juez, las mascarillas recibidas "no reunirían los requisitos técnicos de la normativa española, ni europea", por lo que resultaron inservibles para dotar con ellas al personal de los Servicios de Emergencia del Ayuntamiento de Madrid.
Junto a ellas, la empresa suministradora aportó documentación sobre la marca EKO, con la que aparecían marcados los cubrebocas. "Si bien no hay dirección empresarial, ni símbolo que identifique al fabricante, y las búsquedas en Internet no aparece dicha marca vinculada a ninguna compañía", reza el auto.
El marcado CE, necesario para la comercialización de ciertos productos en la Unión Europea, y el código de dígitos que lo acompaña, tampoco identifica a un organismo válido para expedir estos certificados. Las instrucciones de uso también eran deficientes. Una vez detectadas estas irregularidades, el Ayuntamiento trató, sin éxito, ponerse en contacto con Sinclair & Wilde.
Tal y como publicó en exclusiva EL ESPAÑOL, Philippe Solomon aportó un certificado de maquinaria ferroviaria y otro de cosméticos para tratar de avalar ante el consistorio la calidad de los cubrebocas.
Además, tal y como consta en un correo electrónico publicado por este periódico y fechado el 4 de agosto de 2020, la funcionaria Elena Collado, responsable de las compras de material sanitario en el Ayuntamiento de Madrid, exigió documentación sobre las mascarillas a Solomon.
"Llevamos varios días esperando, tal y como estaba comprometido, el certificado de conformidad de las FFP2. Al efecto, te he enviado varios mensajes que no has contestado", le reprochó Collado en un e-mail.
"Es por ello que, de no recibir la documentación adecuada a la mayor urgencia posible, debemos acordar la devolución del producto y del dinero. Espero acuse de recibo de esta comunicación para continuar el procedimiento más adecuado", indicó la funcionaria.
Testigos
Asimismo, el juez, en otro auto al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, ha citado como testigo a Mario Tabasco, el jefe de Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de Madrid Salud.
[Solomon aportó un aval para material ferroviario en la venta de las mascarillas a Madrid]
Curiosamente, Tabasco también fue llamado para testificar en la otra estafa sufrida por el Ayuntamiento de Madrid que se investiga judicialmente, el llamado caso Mascarillas, en el que están imputados los empresarios Luis Medina y Alberto Luceño.
En este caso, el funcionario deberá acudir ante el Juzgado de Instrucción número 30 de Madrid el próximo 2 de diciembre a las 10.30 de la mañana.
Media hora antes, está citada como testigo Araceli Vida, quien hizo de intermediaria entre Sinclair & Wilde y el consistorio de la capital.
¿Quién es Solomon?
Tal y como recuerda el juez, Philippe Haim Solomon posee un pasaporte israelí, así como uno francés y otro guineano, bajo la identidad de Philippe Víctor Chaim Hababou. Su vivienda habitual aparece registrada en una calle de Londres. Es por ello que el juez solicita auxilio judicial a las autoridades británicas.
La Asociación Española de Normalización (Aenor) constató que el marcado CE de las mascarillas entregadas por Solomon no era el adecuado. Tanto es así que las autoridades turcas ordenaron retirar este producto del mercado. Fue en este país donde se fabricó el medio millón de mascarillas de marca EKO que llegaron a Madrid el 23 de abril de 2020.
El pasado junio, EL ESPAÑOL se puso en contacto con el empresario francoisraelí y le consultó sobre esta supuesta estafa.
"No me siento preocupado en absoluto tres años después", respondió mediante un correo electrónico, redactado en un inglés ligeramente confuso. "Todo era más que legítimo. Todos los productos [fueron] verificados y aceptados con certificados. Si hubiera habido un problema, no habrían sido aceptados en la entrada", añadió.
Según su versión, él fue víctima de otra estafa. "La empresa para la que trabajo [Sinclair & Wilde] fue estafada por un proveedor chino, pero, aun así, el pedido fue entregado [al Ayuntamiento] y los productos [fueron] fabricados por un proveedor turco que abastecía a los países de la UE. No entiendo cómo pueden llamar a eso fraude", subrayó.
"Ahora bien, si algo sucedió internamente en el Ayuntamiento, no es nada que me incumba a mí o a la empresa para la que trabajo", concluyó su e-mail.
Los agentes que investigaron el caso comunicaron al juez que el empresario tiene su residencia en Inglaterra. De él se saben pocos datos más: que nació en 1955, es franco-israelí, judío e interesado en la geopolítica africana, continente al que suele viajar.
El magistrado también solicitó al Ayuntamiento de Madrid que aporte al Juzgado las comunicaciones intercambiadas con Solomon durante toda la negociación, así como el contrato firmado con él.
La Policía también indicó al Juzgado que el empresario fue detenido el 23 de diciembre de 1998 por la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de EEUU por blanqueo de capitales y robo de cheques y fue extraditado a Francia, ya que también tiene nacionalidad gala.
El señor Fong
El Juzgado cerró esta causa provisionalmente el 19 julio de 2021, después de que, en un primer momento, la Policía Municipal no lograra localizar al supuesto estafador. Posteriormente, fue reabierta.
Durante su búsqueda, la Justicia española colaboró con la Policía Metropolitana de Nueva York, que, en noviembre de 2020, se dirigió a la sede de Sinclair & Wilde Ltd. en una dirección de la urbe estadounidense.
Allí, sin embargo, no hallaron ni rastro del empresario. En cambio, encontraron a un tal señor Fong, un ciudadano chino que era el verdadero inquilino de esa suite.
Según reconoció el ciudadano asiático, como "favor" a Solomon, le había permitido registrar su empresa en dicha dirección. Aunque, preguntado por los agentes, Fong manifestó su hartazgo, ya que una gran parte del correo que llegaba allí eran requerimientos judiciales dirigidos al dueño de Sinclair & Wilde.