Los acusados de conformar una célula yihadista en Barcelona que planeaba atentar contra yates de magnates rusos han negado todos y cada uno de los extremos que les atribuye la Fiscalía.
Han manifestado ante el tribunal que les juzga que ni son radicales religiosos, ni siguen los preceptos del Estado Islámico (Daesh), ni planeaban atacar las embarcaciones, ni difundían propaganda salafista...
Así se han pronunciado casi todos ellos este miércoles, en la primera sesión de su juicio, que la Audiencia Nacional había aplazado en dos ocasiones.
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Rabah Hadjeras, a quien el Ministerio Público sitúa como líder del grupo, asegura que la Fiscalía le acusa "de una cosa que es mentira". Ha negado dedicarse a comprar armas o fabricar explosivos. Y ha sostenido que, lejos de ser un devoto fiel del Islam, "a veces" pide perdón a Dios por "robar" y beber alcohol. "Me pillaron borracho el día que me detuvieron", ha sostenido.
Todos los acusados han aludido al consumo de bebidas y drogas, así como a la perpetración de hurtos, como parte habitual de sus vidas, mostrando una imagen de ellos mismos muy alejada de los mandatos más rectos del Islam.
Otro de ellos, Omar Neggazi, ha asegurado que conoce a Rabah desde la niñez de ambos, "de robar los dos". Y ha negado pertenecer a ninguna célula afín a Daesh. "Ni siquiera me ha entrado en la cabeza, es un delito muy grave", ha asegurado. "No me atrevo, no lo hago y no puedo", ha defendido.
"Resaca, fiesta"
Durante su interrogatorio, Neggazi también ha insistido en que incumple reiteradamente los dogmas del Islam. Según ha dicho, consume alcohol y drogas. "Sábado, domingo y lunes, dolor de cabeza, resaca. Yo soy de noche... de fiesta", ha explicado.
Sin embargo, el islamismo radical contempla la llamada doctrina Taqiyya, que autoriza a los soldados de Alá a llevar una vida contraria a los mandatos religiosos para engañar o esconder su condición de yihadistas.
La Taqiyya permite comer carne de cerdo, tomar alcohol, afeitarse la barba, vestir al estilo occidental, drogarse y acudir a locales "de pecado". Todo ello, para camuflarse entre los kufir (infieles) antes de hacer la yihad.
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Otro de los acusados, Hatab Samir, apodado Miami, ha asegurado que se dedica a la reparación de aparatos electrónicos. Fue por ello por lo que, según su versión, los Mossos d'Esquadra localizaron ordenadores y tablets en su domicilio con propaganda islámica. No eran suyos, ha sostenido, sino que los estaba arreglando. "Estaban abiertos y todo", ha explicado.
Asimismo, se ha definido como "un adicto a la televisión", para desmentir la condición de enlace con el Estado Islámico que le atribuye la Fiscalía. Sus descargas de paquetes de TV internacionales y su acceso a determinadas páginas eran para consumir series y partidos de fútbol pirata, "sin pagar".
Vídeo 'motivacional'
Uno de los acusados, Lyes Arfa, ha negado que un vídeo con imágenes de zonas turísticas de Barcelona, que recibió en su móvil y reenvió, sea propaganda islamista, como sí sostiene la Fiscalía.
El tribunal, presidido por el magistrado José Antonio Mora Alarcón, ha aludido a las "explícitas amenazas en árabe" del clip que señaló el Ministerio Público.
—¡Esto no es una amenaza!— ha defendido Arfa.
—Como tenemos un traductor aquí, nos lo puede traducir. ¿No reconoce esa traducción?— ha ordenado el magistrado.
Acto seguido, el intérprete, tras reproducirse íntegramente el vídeo, lo ha traducido al español. En contra de lo que sostenía la Fiscalía, no contenía amenazas explícitas contra Barcelona, sino, más bien, era un fotomontaje de carácter motivacional.
"El zorro que está sólo no es como el zorro que está acompañado. El zorro que está solo siempre tiene más hambre. Estar solo no es siempre fácil. Intenta ser sincero contigo mismo. El mejor viaje es cuando lo haces solo. Viajar solo siempre es mejor porque construyes tu personalidad. Sé fuerte y continúa tu viaje, va a ser muy difícil. El mejor viaje es cuando estás llegando a lo más alto. Estar como un zorro solo y único. Las posibilidades que tienes tú no las tiene todo el mundo. Por eso, como tienes todas estas virtudes, no te rindas. Y así serás distinto a los demás", ha desgranado el traductor.
"Se lo mandé a un amigo, enfermo de epilepsia, para darle coraje, animarlo", ha defendido Lyes Arfa, apodado Soufian.
Fotos de yates rusos
Soufian es, precisamente, a quien la Fiscalía señala como el identificador de objetivos para la célula. Los investigadores hallaron fotografías de yates atracados en el Puerto de Barcelona en su teléfono móvil. Todos ellos, pertenecientes a magnates rusos.
Según ha subrayado, le gustan los barcos. Y están amarrados "a dos pasos" de su casa. Se tomó aquellas imágenes junto a familiares, como haría un turista cualquiera. Ha asegurado que en la galería de su teléfono debe haber otras 80 fotos similares.
Hichem Hamouche, quien, según el Ministerio Público habría colaborado con el grupo para conseguir datos sobre objetivos, trabajaba en una empresa de mantenimiento de esos mismos barcos de lujo. "Donde se han hecho las fotos es donde todo el mundo se hace fotos", ha explicado.
El acusado se ha desmarcado de las búsquedas relacionadas con Daesh que se localizaron en uno de los dispositivos incautados, de su propiedad. "Era una tablet robada, comprada en el barrio, no sé qué tenía dentro", ha sostenido.
Sin embargo, la Fiscalía considera que, el grupo, afín a los postulados del Estado Islámico y que tenía como "objetivo prioritario" atentar contra "los intereses rusos" en la Ciudad Condal, al considerarse "en guerra" contra Moscú. Además, según el Ministerio Público, la banda "estaba en disposición" de atacar.
Rabah, a quien la Fiscalía le sitúa como su líder, ha manifestado al tribunal que él y el resto de acusados sólo son "amigos; no una célula". "Cada uno hace su vida", ha finalizado.
Al que ninguno de ellos ha reconocido es a Younas El Morabit, al que la Fiscalía considera el enlace del grupo para conseguir armas. El Morabit ya fue condenado a siete años de prisión por tráfico de armamento y de drogas. Por ello, según ha defendido, sería "una tontería" haber vuelto a comerciar con estos productos, que le llevaron en el pasado a la cárcel.