Cándido Conde-Pumpido, veterano magistrado progresista y exfiscal general con el Gobierno de Rodríguez Zapatero, ha logrado este miércoles convertirse en presidente del Tribunal Constitucional tras una ardua confrontación con otra magistrada progresista, María Luisa Balaguer.
La elección del Conde-Pumpido, de 73 años y miembro del TC desde marzo de 2017 a propuesta del PSOE, ha partido por la mitad al tribunal: ha obtenido seis votos, incluido el suyo y el codiciado apoyo de María Luisa Segoviano, frente a los cinco de Balaguer.
El grueso del bloque progresista, excepto Balaguer, se ha volcado con Conde-Pumpido, que será el duodécimo presidente del tribunal de garantías y permanecerá en el cargo hasta 2025.
Durante su etapa se revisarán las principales leyes del Gobierno de Pedro Sánchez, desde la regulación del aborto o la eutanasia a la ley de 'sólo sí es sí', la ley de educación o la restricción de competencias del Consejo General del Poder Judicial.
También están sobre la mesa del Constitucional asuntos de la envergadura de la enseñanza vehicular en castellano en las escuelas catalanas o la validez de las fórmulas utilizadas por los diputados y senadores independentistas para acceder a los escaños sin acatar expresamente la Constitución.
Y está pendiente el asunto que provocó el último gran enfrentamiento en el tribunal: el recurso de amparo del Grupo Popular del Congreso contra la reforma con la que el Gobierno pretendía rebajar la mayoría necesaria para la elección de los miembros del propio TC en el Consejo General del Poder Judicial. Esa modificación fue paralizada cautelarmente en una controvertida decisión cuyos argumentos quiere revertir la nueva mayoría del tribunal.
Moncloa ha hecho lo posible y lo imposible para conseguir la renovación del Constitucional, finalmente desbloqueada por el CGPJ al llevar a Segoviano al TC.
Pese a que la expresidenta de la Sala Cuarta del Tribunal Constitucional ha alcanzado su sueño de ser magistrada del Tribunal Constitucional gracias a que la propuso el sector conservador del CGPJ -los progresistas no contaron con ella hasta que, al final, optaron por priorizar la renovación del TC y tuvieron que dejar caer a su candidato, José Manuel Bandrés-, Segoviano ha acabado por inclinar la balanza a favor de Conde-Pumpido.
Balaguer, que ha tenido el apoyo de los cuatro magistrados conservadores del TC, contaba con el apoyo de Segoviano no sólo por la forma en que ésta ha podido llegar al tribunal sino también por el peso de la trayectoria feminista de ambas.
No ha sido así y el Gobierno tiene ya una mayoría progresista en el tribunal de garantías y como presidente, al candidato que prefería.
Juez de carrera durante un total de 36 años, Cándido Conde-Pumpido accedió al TC desde la Sala Penal del Tribunal Supremo, para la que fue nombrado en 1995.
Entre abril de 2004 y diciembre de 2011 fue fiscal general, llevando a cabo una transformadora renovación del Ministerio Público.
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