La nueva mayoría progresista del Tribunal Constitucional ha impuesto esta mañana a una de los suyos, Inmaculada Montalbán, como vicepresidenta de la institución por seis votos a cinco, la misma proporción con que ha sido elegido presidente Cándido Conde-Pumpido, tal como adelantó EL ESPAÑOL.
Con ello, los magistrados propuestos por el PSOE y Unidas Podemos han ignorado dos tradiciones habitualmente respetadas en el tribunal de garantías: que la vicepresidencia sea ejercida por un miembro del grupo minoritario y que recaiga en uno de los magistrados que se encuentran en la última fase del mandato. No es el caso de Montalbán, que se incorporó al TC en 2021.
El sector mayoritario sabía, por medio de contactos llevados a cabo por Ramón Sáez, que el candidato de la minoría a la vicepresidencia era Ricardo Enríquez, que está en el último tramo de su estancia en el tribunal, al que llegó a propuesta del PP en 2017.
Pero los cuatro magistrados conservadores han respaldado a María Luisa Balaguer como presidenta y no han accedido a apoyar a Conde-Pumpido. Así se lo comunicaron ayer a Sáez y lo han reafirmado esta mañana, antes del Pleno, cuando el sector progresista ha pedido al menos un voto para su candidato. Con ello la mayoría intentaba neutralizar un eventual giro en la posición final de María Luisa Segoviano a favor de Balaguer.
A la postre Segoviano ha optado por seguir en todo la estrategia marcada por Conde-Pumpido y Sáez y ha votado al primero como presidente y a Montalbán como vicepresidenta. Balaguer sí ha votado a Enríquez, como había garantizado a la minoría.
Ricardo Enríquez ha querido tomar la palabra al terminar las votaciones para hacer una alocución "caballerosa e institucional" -según calificativos de fuentes del sector mayoritario- y decir que, tal como ha repetido en los últimos días a todos los magistrados, él no tenía un especial interés en ser vicepresidente.
Etapa de frentismo
La designación de Montalbán como vicepresidenta, justificada por fuentes de la mayoría en la necesidad de visualizar desde un puesto representativo que, por primera vez en la historia del tribunal, hay en él cinco mujeres, lanza, a juicio de la minoría, "el peor" de los mensajes: "se va a funcionar en bloques y, además, arrasando", critican fuentes del sector conservador.
Ello reabriría una etapa de continuo frentismo que, al margen del resultado de los procesos, siempre ha mermado la credibilidad y la imagen institucional del tribunal.
Con la elección de Montalbán, de 63 años y exvocal del Consejo General del Poder Judicial entre 2008 y 2013 a propuesta del PSOE, los dos principales cargos del Tribunal Constitucional estarán ocupados por miembros de la carrera judicial.
Conde-Pumpido ha sido hasta su acceso al TC en 2017 magistrado de la Sala Penal del Tribunal Supremo y Montalbán, magistrada en la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Andalucía.
La historia del TC refleja que habitualmente la presidencia y la vicepresidencia han estado desempeñadas por catedráticos. Pero no ha sido insólito que haya habido un tándem de jueces de carrera. Ocurrió con Pascual Sala y Ramón Rodríguez Arribas y también con Juan José González Rivas y Encarnación Roca.
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