La Audiencia Nacional ha condenado a diecinueve años de cárcel al miembro de ETA Asier Eceiza por su participación en el asesinato de Juan Priede, concejal del PSOE en Orio (Guipúzcoa) el 21 marzo de 2002.
Así consta en una sentencia, de 40 folios y fechada a finales del pasado mes de diciembre. La resolución recoge que otro miembro de la organización terrorista disparó tres veces, a escasa distancia, al político socialista, cuando tomaba un café un en bar.
La labor de Eceiza fue, según recoge el relato de hechos probados, ayudar a los dos etarras que ejecutaron al concejal a huir.
Los magistrados de la Sección Cuarta de la Sala Penal de la Audiencia Nacional también condenan a Eceiza, por un delito de asesinato terrorista, a indemnizar con 80.000 euros a cada uno de los tres hijos del fallecido. También deberá pagar las costas del procedimiento, incluidas las de la acusación particular.
Durante el juicio, el acusado reconoció los hechos, si bien se atribuyó a sí mismo una participación "no esencial, circunstancial y secundaria".
Debido a esta asunción de culpas, la Fiscalía redujo su petición, desde los 28 años de cárcel que solicitaba en un inicio a 19, los que, finalmente, le han sido impuestos. La cifra, además, coincide con lo solicitado por la propia defensa de Eceiza.
"Somos conscientes de que la pena privativa de libertad a imponer roza el límite máximo de la legalmente imponible (desde luego, más benévola que la vigente en la actualidad), pero justificamos su cuantía debido a que los actos protagonizados por el acusado bordean el concepto de autoría por cooperación necesaria, de la que se distancia en el carácter auxiliar, accesorio, periférico y no esencial de su contribución a la producción de los luctuosos hechos que acabaron violentamente con la vida de Priede", justifica el tribunal para imponer una pena así de elevada.
La participación del acusado en los hechos, detallan los magistrados, consistió en que Eceiza trasladó al tercer autor directo del ataque al lugar de encuentro con los autores materiales que iban a perpetrar el atentado mortal.
Y esperó a los autores materiales de la muerte del político en el túnel situado en la autopista Bilbao-Behobia, a donde llegaron después de abandonar el coche con el que huyeron de la escena del crimen. Eceiza, con su propio coche, trasladó a los asesinos a la localidad de Usurbil, donde los ejecutores se separaron.