"Está claro que nuestra Constitución no permite ni la secesión ni la autodeterminación ni la independencia de ninguna de las comunidades autónomas que integran el Estado español". Cándido Conde-Pumpido incluyó esta afirmación en las palabras que pronunció este miércoles ante los magistrados del Tribunal Constitucional nada más ser elegido presidente.
Varios miembros del TC quedaron desconcertados, porque esa manifestación "no tenía relación con lo que estaba diciendo" ni "venía a cuento en ese momento", consideraron.
Conde-Pumpido acababa de ser designado presidente del tribunal de garantías gracias a los votos de seis de los siete integrantes de la mayoría progresista (incluido el suyo). Todos menos el de su contrincante al cargo, María Luisa Balaguer, que no escuchó el discurso porque se marchó de la sala tras conocer el resultado.
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El nuevo presidente tomó la palabra para dar las gracias y pedir la colaboración de todos.
A continuación elogió, uno a uno, a los cuatro nuevos magistrados y destacó las aportaciones que pueden hacer al tribunal.
Afirmó que el TC que comienza su andadura tras la renovación llevada a cabo el pasado diciembre cuenta con "el mejor elenco posible": cuatro exmagistrados del Tribunal Supremo, entre ellos dos expresidentes de Sala (María Luisa Segoviano, César Tolosa, Ricardo Enríquez y el propio Conde-Pumpido), un exministro de Justicia, exdiputado y juez de carrera (Juan Carlos Campo), cinco exvocales del Consejo General del Poder Judicial (Campo, Inmaculada Montalbán, Concepción Espejel, Ramón Sáez y Enrique Arnaldo) y tres catedráticos (Balaguer, Arnaldo y Laura Díez).
Un fin concreto
Se refirió, por este orden, a Segoviano, Tolosa, Campo y Díez. De esta última, que es catalana, dijo que era la única de los cuatro nuevos integrantes del tribunal a la que no conocía pero consideraba que, como catedrática de Derecho Constitucional y experta en Derecho autonómico, sus estudios sobre distintos modelos de organización territorial iban a ser muy positivos para el TC.
Fue en ese momento cuando Cándido Conde-Pumpido reafirmó su posición sobre la imposibilidad de la autodeterminación de una comunidad autónoma a la luz de la Constitución Española, criterio ya manifestado en las sentencias que el TC ha dictado sobre el 'procés' catalán, algunas de las cuales han sido ponencia suya.
Fue una manifestación medida y deliberada, que respondía a un fin concreto.
Según fuentes del tribunal, Pumpido quiso dejar claro desde el primer momento que, en contra de lo que han difundido en las últimas semanas algunos sectores políticos y mediáticos, la mayoría progresista del TC "no va a romper España" ni él ha accedido a la Presidencia del Constitucional "confabulado con el Gobierno de Pedro Sánchez" para validar la celebración de las consultas o referendos de autodeterminación que los independentistas reclaman en Cataluña y el País Vasco.
Las mismas fuentes explican que a Conde-Pumpido le preocupan "tanto los separatistas que amenazan la unidad de España como los separados que cuestionan el pluralismo y la idiosincrasia de los distintos territorios".
A su juicio, el papel del TC es establecer el "equilibrio" entre la unidad de la Nación que garantiza el artículo 2 de la Constitución y el respeto a los derechos y peculiaridades de las nacionalidades y regiones.
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