El Tribunal Constitucional celebra este martes el primer pleno de carácter gubernativo con su nueva composición de mayoría progresista. La reunión tiene por objeto distribuir a los 11 miembros del TC en las Salas y secciones, además de aprobar los criterios de distribución de ponencias.
Después de que la mayoría progresista decidiera el pasado día 11 ocupar la presidencia -con Cándido Conde-Pumpido- y también la vicepresidencia -con Inmaculada Montalbán-, ahora se dispone a aplicar su hegemonía en las dos Salas y en las cuatro secciones.
De acuerdo con la propuesta de Conde-Pumpido, cada uno de los cuatro miembros de la minoría conservadora irá a una sección. La mayoría se asegura, así, la prevalencia de su criterio incluso para la admisión o inadmisión de los recursos de amparo.
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Según la propuesta, la Sección Primera estará presidida por Conde-Pumpido y de ella formarán parte Concepción Espejel y María Luisa Segoviano.
La Sección Segunda estará presidida por Ricardo Enríquez e integrada por Juan Carlos Campo. Falta un tercer magistrado: el que debería haber sido nombrado por el Senado en sustitución de Alfredo Montoya, que dimitió por motivos de salud.
El reemplazo de Montoya, que correspondería al PP y debería haber sido hecho hace ya medio año, sería la única posibilidad de que en una sección hubiera mayoría conservadora. Pero el Gobierno ya ha anunciado que esa vacante no se cubrirá si el PP no acepta renovar el Consejo General del Poder Judicial, que lleva cuatro años en prórroga de mandato.
El TC parece condenado, así, a funcionar de manera incompleta y el grupo minoritario, con un voto menos.
La Sección Tercera, presidida por Inmaculada Montalbán, estará integrada por César Tolosa y Laura Díez.
La Cuarta, presidida por María Luisa Balaguer, contará con Ramón Sáez y Enrique Arnaldo.
El sector minoritario del TC ya criticó el pasado día 11 que la mayoría progresista copara también la vicepresidencia postergando a Ricardo Enríquez.
El nuevo TC comenzó su mandato incumpliendo dos tradiciones habitualmente respetadas en el tribunal de garantías: que la vicepresidencia sea ejercida por un miembro del grupo minoritario y que recaiga en uno de los magistrados que se encuentran en la última fase del mandato.
El "rodillo progresista" enviaba, en palabras de la minoría, "el peor" de los mensajes: "se va a funcionar en bloques y, además, arrasando".
La elección de Montalbán como vicepresidenta fue para los miembros del sector minoritario una sorpresa. Ahora ya empiezan a adaptarse a los tiempos y, según aseguran, se esperaban ser "diluidos" cada uno en una sección.
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