El juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea ha enviado a prisión provisional a Yassine Kanjaa, el yihadista que, presuntamente, mató con un machete a un sacristán de Algeciras e hirió a otras cuatro personas.
El magistrado le atribuye los delitos de asesinato y lesiones con fines terroristas, que podrían conllevar la prisión permanente revisable, tal y como recuerda en un auto, en el que también confirma que el imputado cometió estas acciones de forma "consciente" y que eligió "deliberadamente" a sus objetivos.
Gadea señala que "los indicios recopilados sustentan que la actividad desarrollada por Yassine Kanjaa se puede calificar como un ataque yihadista dirigido, tanto contra sacerdotes que profesan la fe de la Iglesia Católica, como contra musulmanes que, para el investigado, no siguen los preceptos del Corán". Su radicalización habría sido muy rápida, de apenas un mes, tal y como confirman fuentes policiales.
En el auto, el juez señala que el investigado atacó a una de sus víctimas creyendo que se trataba de un musulmán convertido al cristianismo. Y que lo hizo "con intención de matarle".
Este lunes, la Fiscalía solicitó mandar a la cárcel al investigado, detenido el pasado miércoles por la Policía Nacional en la localidad gaditana. El Ministerio Público, representado por el fiscal Emilio Miró, le atribuye un delito de asesinato terrorista, un intento de asesinato terrorista y lesiones con carácter terrorista.
Y considera que, de no estar entre rejas, existe riesgo de que Kanjaa se fugue de España, de que oculte pruebas del delito o de que vuelva a delinquir. Así lo considera también el juez Gadea, quien decreta para él su ingreso en prisión sin fianza.
El marroquí ha sido interrogado este lunes por la mañana en el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional. Por el momento, la causa permanece bajo secreto de sumario. Fuentes jurídicas confirman a este periódico el investigado que sí ha declarado, tanto al fiscal como a su defensa. La comparecencia ha durado algo menos de dos horas.
[El asesino de Algeciras tenía orden de expulsión desde hace 7 meses sin ejecutar por Interior]
Yassine Kanjaa, de 25 años, fue detenido el pasado jueves en la ciudad gaditana por, presuntamente, haber matado con un machete a un sacristán y herido a otras cuatro personas; entre ellas, a un sacerdote.
Kanjaa carecía de los papeles necesarios para residir en España y tenía una orden de expulsión a Marruecos desde hace siete meses, que el Ministerio de Interior aún no había ejecutado. Tal y como ha informado este periódico, de todas las órdenes dictadas, apenas un 4% de ellas llegan a efectuarse.
Fuentes de la Audiencia Nacional confirman que, por el momento, se descarta que Kanjaa contase con ayuda de terceros. Su rol es, más bien, el de un lobo solitario, autoadoctrinado y sin integrarse en ninguna organización terrorista, más allá de haberse adherido a los postulados del islamismo radical.
Ya había sido identificado
Este presunto yihadista ya había sido identificado y detenido el pasado mes de junio en Algeciras. La Policía comprobó que no llevaba documentación de ningún tipo que le permitiera residir en España. Automáticamente, se iniciaron los trámites para expulsarle a Marruecos, su país de origen. Un expediente que se hizo, según Interior, "con todas las garantías", pero que nunca llegó a ejecutarse.
Cuando cometió el atentado, no estaba siendo vigilado por los grupos de Información de la Policía Nacional, dedicados a la lucha antiterrorista, ni por parte de otras unidades policiales. A los agentes, en estos momentos, no les consta cómo entró en España ni cuándo.
Antes, en agosto de 2019, consiguió ingresar, montado en moto acuática, en Gibraltar. Tras ser arrestado por las autoridades gibraltareñas, el 2 de agosto de ese año, fue expulsado a Marruecos apenas una semana después. Y en una fecha indeterminada, pero posterior a estos últimos hechos, entró en España.
Yassine Kanjaa nació en octubre de 1997 en Marruecos. Llevaba meses viviendo como okupa en un piso de la calle Ruiz Ragle, muy cerca del centro de Algeciras y a apenas 90 metros de la iglesia donde cometió el atentado. Compartía casa con otras cuatro personas de origen magrebí.
Cuando éstas fueron interrogadas, confirmaron que el comportamiento de Kanjaa había sido "normal" hasta hacía poco mas de un mes. Sus compañeros de piso señalaron que el detenido, hasta un tiempo atrás, bebía alcohol y fumaba hachís, pero que empezó a escuchar de manera asidua versos del Corán a través de su móvil.