Ado Alagic, el bosnio acusado en su país de crímenes de guerra, ha muerto este martes por la mañana en un hospital de Barcelona, en el que estaba ingresado. Así lo ha podido saber EL ESPAÑOL. Su fallecimiento, provocado por un cáncer a sus 61 años, se produce nueve días antes de que la Audiencia Nacional se pronunciara definitivamente sobre su posible extradición a Bosnia-Herzegovina.

El próximo 13 de abril, estaba previsto que se celebrase una vista ante la Sección Tercera de la Sala de lo Penal en la que se decidiese el futuro de Alagic. El pasado enero, la Justicia ya le dejó en libertad, después de que el fiscal Vicente González Mota así lo solicitase. A juicio de la Fiscalía —y de la defensa del propio bosnio—, los hechos por los que se le reclama estarían prescritos.

El Tribunal Cantonal de Mostar solicitó a España la entrega de Ado por un delito de crimen de guerra contra la población civil, según el Código Penal yugoslavo.

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Según obra en la documentación de su expediente, al que tuvo acceso en exclusiva EL ESPAÑOL, las autoridades bosnias relatan que, durante la Guerra de los Balcanes, en una fecha indeterminada de octubre de 1993, Alagic, que era guardián del campo de concentración de Gabela, participó en "tratos inhumanos" e infligió "sufrimiento y daños corporales" un civil que estaba recluido, de la misma nacionalidad que él.

En la legislación española, los hechos corresponderían a un delito contra las personas protegidas en caso de conflicto armado y a un homicidio en grado de tentativa. No obstante, el primero de ellos no se incluyó en nuestro Código Penal hasta 1995. Y los hechos habrían ocurrido dos años antes. El segundo delito, como indicó la Fiscalía, al haber transcurrido más de dos décadas, habría prescrito.

Tras ser detenido, el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional celebró el pasado diciembre la denominada vistilla para decidir el futuro de Ado, que aún seguía, por entonces, en prisión provisional. El abogado del reclamado se opuso a la extradición. Entre otros motivos, alegó que tiene una enfermedad muy grave, la que este martes ha acabado provocando su muerte.

Ahora, lo previsible es que la Audiencia Nacional, que ya ha sido informada del deceso, dicte una resolución que indique que el procedimiento de extradición, de forma sobrevenida, "ha quedado sin objeto".

Detención en Barcelona

Tal y como avanzó en exclusiva EL ESPAÑOL, la Policía Nacional detuvo a Alagic en Barcelona el pasado 15 de septiembre, tras una investigación de la Comisaría General de Información en colaboración con la Brigada Provincial de Información de la capital catalana.

Los agentes le localizaron cuando estaba ingresado en una clínica de la Ciudad Condal, donde se trataba de su enfermedad. Ado llevaba oculto en España, por lo menos, desde finales de agosto de 2021. Bosnia-Herzegovina emitió una orden de detención internacional en febrero de 2022.

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Alagic no tenía domicilio conocido, pero los agentes le encontraron frecuentando un hospital en el barrio barcelonés de Sant Gervasi. El fugitivo, al ser abordado por los agentes de la Policía Nacional que le seguían la pista, no opuso ningún tipo de resistencia. Portaba documentación falsa y no llevaba ningún arma consigo.

Torturas en 1993

El Tribunal Cantonal de Mostar relata que Alagic, cuando ejercía como guardián del campo de concentración, infligió "tratos inhumanos" a un civil bosnio. Lo habría hecho junto a M. B. y Z. S., dos miembros de la brigada a la que pertenecía.

"[Ado] sacó al encarcelado del hangar donde estaba con otros civiles de nacionalidad bosnia, lo llevó detrás de otro hangar (...), donde estaban M. B. y Z. S., y le ordenaron que se desnudara, mientras el reclamado y Z. S. buscaban dinero en la ropa de la víctima", narran las autoridades bosnias.

M. B. habría golpeado a la víctima en la cabeza con el mango de una pistola y Alagic le habría dado un puñetazo en la mandíbula que le rompió varios dientes y le hizo caer al suelo.

Alagic, en una foto incluida en su expediente de extradición. EL ESPAÑOL

"Los tres lo patearon en los brazos, costillas, espalda y piernas durante varios minutos, tras lo cual, el reclamado [Ado] y Z. S. lo levantaron del suelo y lo apoyaron contra la pared. Z. S. le golpeó en la cabeza y la cara unas veinte veces con una barra de plástico de unos 70 a 80 cm de largo y, como resultado de los golpes, la víctima no podía levantarse y sufría mucho dolor", recoge la documentación.

Siempre según este relato, Alagic y Z. S. llevaron a su víctima a rastras hasta un bosque cercano, donde M. B. les habría ordenado matarle. Alagic habría sido el encargado de ello, con un trozo de madera. Pero la víctima pudo empujarle y huir, escapando más allá de la alambrada del campo de concentración tras atravesar una zona llena de minas.

"Luego, se escondió en el bosque hasta que cayó la noche, tras lo cual se escondió en Čapljina con una familia, y dos días después llegó a Medugorje, a la sede del batallón de España del UNPROFOR [Fuerza de Protección de las Naciones Unidas], donde cayó inconsciente debido a los golpes y malos tratos, a raíz de lo que aún hoy día presenta graves problemas de salud", narra la Justicia bosnia.