El etarra Joseba Arregi, apodado Fiti o Fitipaldi, ha ingresado de nuevo este martes en prisión, después de que la Fiscalía de la Audiencia Nacional recurriese la semilibertad que le concedió el Gobierno vasco.
Así lo ha confirmado Etxerat, el colectivo de familiares de presos de ETA. Fiti tiene actualmente 77 años, ha pasado 31 entre rejas y sufre varias patologías. Está interno en la prisión de Martutene (Guipúzcoa).
En febrero de 2022, a Arregi se le concedió el tercer grado, una modalidad de semilibertad que le permite acudir a la prisión únicamente a dormir. No obstante, varios meses después, la Audiencia Nacional lo revocó y le devolvió al segundo grado, el régimen carcelario más común.
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Sin embargo, la semana pasada, el Gobierno vasco volvió a otorgarle el tercer grado, debido a su avanzada edad. Y la Fiscalía ha vuelto a oponerse a esta decisión.
Debido a un reciente fallo del Tribunal Supremo, si el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, que tiene la última palabra sobre los presos etarras, admite el recurso del Ministerio Público, el reo debe volver a la cárcel hasta que se decida su situación. Eso mismo sucedió hace un mes con los presos Xabier Atristain y Juan Manuel Inziarte.
Tras conocerse esta decisión, el colectivo Etxrerat ya ha anunciado que se sumará a las movilizaciones que se convocarán por la libertad de Joseba Arregi.
Doctrina del TS
Tal y como estableció el Tribunal Supremo, el recurso del fiscal contra decisiones, ya sean judiciales o administrativas, que impliquen la excarcelación o semilibertad de presos condenados por delitos graves tendrá "efectos suspensivos". Por ello, los terceros grados concedidos a etarras deben paralizarse hasta la resolución definitiva de sus casos. Y, con ello, los terroristas vuelven a prisión.
Desde hace más de un año, el Gobierno vasco tiene la competencia sobre las cárceles de su territorio. Hasta entonces, estaba en manos del Ministerio del Interior. Desde entonces, el Ejecutivo que encabeza Iñigo Urkullu es el responsable de conceder la semilibertad a los presos etarras que están en sus prisiones; es decir, casi todos ellos.
Según los datos de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Natividad Jáuregui es la única miembro de ETA de los 176 encarcelados en España que no ha sido trasladada aún a cárceles de Euskadi o cercanas a la comunidad autónoma.
Tras ser entregada a la Justicia española por las autoridades belgas, Jáuregui todavía tiene una causa pendiente y se encuentra en prisión provisional en una prisión madrileña. Y otros once miembros de ETA están internos en centros penitenciarios de Navarra.
Los acercamientos de presos al País Vasco se iniciaron en 2018, con la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno y el nombramiento de Fernando Grande-Marlaska como ministro del Interior. El Ejecutivo central sostiene que, con estos traslados, se ha limitado a cumplir con la legalidad una vez derrotada la banda terrorista, que anunció el "cese definitivo de su actividad armada" el 20 de octubre de 2011.