De 8 a 10 años de cárcel a la célula yihadista que planeaba atentar contra yates rusos en Barcelona
El grupo terrorista, seguidor de los postulados de Estado Islámico, se consideraba "en guerra con la Federación Rusa", país mayoritariamente ortodoxo.
28 abril, 2023 15:18La Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre 8 y 10 años de cárcel a los cuatro miembros de una célula yihadista asentada en Barcelona y dispuesta a atentar contra yates rusos anclados en el puerto de la Ciudad Condal.
Así consta en una sentencia de la Sala de lo Penal fechada este viernes. Según la resolución, el grupo terrorista contactó con Hichem Hamouche, un trabajador de una empresa de reparación de yates de gran eslora, al que trató de adoctrinar y gracias al cual obtuvo información sobre los barcos Radiant, Dilbar y Hermitage.
Estas tres embarcaciones son habituales en el Puerto de Barcelona donde han atracado en diferentes periodos en los años 2016, 2017 y 2018. Los tres son propiedad de millonarios soviéticos. La célula terrorista, que seguía los postulados del grupo yihadista Estado Islámico, se consideraba "en guerra con la Federación Rusa", país mayoritariamente ortodoxo.
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Los magistrados han condenado a una década de cárcel a Rabah Hadjeras (alias Rabeh), por un delito de promoción y dirección de grupo terrorista. Y a ocho años de prisión al resto de sus miembros: Omar Negazzi (Brahim), a Hatab Samir (Miami) y a Lyes Arfa (Sourfian) por integración en organización terrorista. Por contra, el tribunal ha absuelto a Younas El Morabit y a Hichem Hamouche de los delitos de colaboración activa con grupo terrorista.
Ésta es la primera condena que aplica el nuevo artículo 572.1 del Código Penal, en el caso del líder del grupo, Rabah Hadjeras. Este precepto castiga a quienes promueven, constituyen, organizan o dirigen una organización terrorista.
La sentencia, de 172 páginas, considera probado que Hadjeras, quien también utilizó la identidad de Berkan Azizi, lideraba la célula, afincada en Barcelona, "en disposición de actuar" y con especial interés por atacar a "objetivos rusos". Negazzi se encargaba de, entre otras funciones, el contacto con miembros del Estado Islámico. Hatab Samir se encargaba de la informática y las telecomunicaciones y Lyes Arfa ejercía de identificador de objetivos.
"Dicha célula se encontraba en disposición de actuar en Barcelona, para lo que no solo se habían formado teóricamente en los postulados del salafismo yihadista radical, sino que además se habían adiestrado en la elaboración de explosivos y en el manejo de otro tipo de armas y habían iniciado el proceso para proveerse del armamento necesario a tal fin", resume la sentencia.
Para ello, el grupo estaba en continuo contacto con el Estado Islámico (también llamado ISIS o Daesh), a través de un "complejo sistema" de aplicaciones informáticas encadenadas. Para adiestrarse en el manejo de armas y explosivos, los miembros del grupo almacenaron diverso material audiovisual. Tras ser detenidos, los investigadores encontraron, por ejemplo, un vídeo que instruía sobre cómo manejar la sustancia triperóxido de triacetona, apodada comúnmente como madre de Satán.
De hecho, la prioridad del grupo por los objetivos rusos tiene su origen en un discurso del portavoz del ISIS Abú Mohamed Al Adnani. En julio de 2016 instó a "soplar el fuego de una guerra santa" contra Moscú.
La Sala considera que no ha quedado acreditado que Younas El Morabit ayudase al grupo a conseguir el armamento y los explosivos, aunque, durante su estancia en prisión mientras cumplía una condena previa por tráfico de armas de guerra, sí contactase con Rabah Hadjeras, el líder de la banda.
"Tampoco se ha probado la participación en los planes de la célula de Hichem Hamouche ni que el mismo les facilitara posibles objetivos para realizar atentados", añade.
No obstante, sus contactos con Lyes Arfa sí facilitaron a la célula terrorista el conocimiento de información sobre el Radiant, el Dilbar y el Hermitage. "Gracias a la información que pudo obtener de Hichem Hamouche, Soufian fotografió tres yates titularidad de posibles ciudadanos rusos que se encontraban anclados en el puerto de Barcelona y las dejó almacenadas en su teléfono", señala la sentencia, ponencia del magistrado José Antonio Mora.