El yihadista de Algeciras sufría "descompensación psicótica aguda" cuando cometió el atentado
El informe definitivo señala que tenía "muy severamente afectadas sus facultades volitivas" cuando asesinó a un sacristán a machetazos.
24 mayo, 2023 02:41"Uno: Presenta un trastorno compatible con el juicio diagnóstico de cuadro psicótico, de probable filiación esquizofrénica".
"Dos: Independientemente de la filiación del cuadro psicótico, cabe inferir que, en el momento de tener lugar los hechos que se le imputan, el paciente presentaba una descompensación psicótica aguda, con un importante grado de implicación afectiva y conductual, lo que afectaría muy severamente a sus facultades intelectivas y volitivas, que constituyen las bases psicopatológicas para la valoración de la imputabilidad".
Los anteriores entrecomillados corresponden a las dos únicas conclusiones que recoge el informe forense sobre Yassine Kanjaa, el autor del atentado de Algeciras del pasado enero. Sus autores son una pareja de psiquiatras de la prisión de Sevilla, en la que este joven marroquí, de 25 años, está interno.
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Este dictamen es definitivo, después de que el pasado marzo, otro dos forenses firmaran un informe "provisional" que recomendaba el ingreso de Kanjaa en un psiquiátrico penitenciario. Aquel documento señalaba que el joven tenía "sintomatología compatible con trastorno delirante".
Con este nuevo informe en la mano, la defensa de Yassine volverá a pedir al juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea que se inhiba y envíe la causa a un juzgado gaditano.
La tesis de su abogada es que este nuevo informe demuestra que aquel atentado no fue un acto de carácter yihadista, como hasta ahora sí ha sostenido el magistrado. Si no se trata de un caso de terrorismo, la Audiencia Nacional, encargada de investigar esta materia, tendría que devolver la causa a un Juzgado ordinario.
El diario El Independiente publicó en un primer momento que este nuevo informe incluía la palabra esquizofrenia. Ahora, EL ESPAÑOL revela que, según este dictamen, Yassine, justo en el momento de cometer el atentado, sufría esta "descompensación psicótica aguda".
La detención
Kanjaa fue arrestado el pasado enero después de matar a un sacristán a machetazos, tras irrumpir en una iglesia. También hirió a varias personas, que declararon como testigos ante la Audiencia Nacional.
El juez Gadea ya descartó la posibilidad de inhibirse en favor de los juzgados de Algeciras. Pero la defensa del joven marroquí recurrió esta negativa ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que aún debe pronunciarse.
No obstante, la deliberación de la Sala se produjo antes de que la abogada de Kanjaa pudiera aportar este nuevo informe, el definitivo. Por ello, si el tribunal falla en su contra, volverá a solicitar al juez que la causa sea enviada a un juzgado gaditano. Y, de ser necesario, recurrirá otra vez.
De hecho, si Kanjaa acaba sentado en el banquillo de los acusados, su abogada, del despacho García Peña & Andújar, solicitará, como mínimo, una eximente incompleta por enfermedad mental. Por otro lado, otros peritos contratados por la defensa del supuesto yihadista aún ultiman un tercer informe.
Tal y como publicó en exclusiva EL ESPAÑOL, fue la primera abogada de Kanjaa, del turno de oficio, quien negó que este joven marroquí fuese yihadista. En un escrito, puso en duda su equilibrio mental. Y solicitó por primera vez que la causa fuese enviada a un juzgado de Algeciras, al descartar el móvil terrorista. No obstante, nada más ser detenido, tanto la Policía Nacional como la Fiscalía sí apuntaron en esa dirección.
Recientemente, como avanzó este periódico, Gadea ha solicitado a Marruecos que también le informe de los antecedentes psiquiátricos de Yassine.
Ya había sido identificado
Antes de ser detenido en enero, Kanjaa ya había sido identificado y detenido el pasado mes de junio en Algeciras. La Policía comprobó que no llevaba documentación de ningún tipo que le permitiera residir en España. Automáticamente, se iniciaron los trámites para expulsarle a su país de origen. Un expediente que se hizo, según el Ministerio del Interior, "con todas las garantías", pero que nunca llegó a culminar en su expulsión.
Cuando cometió el atentado, no estaba siendo vigilado por los grupos de Información de la Policía Nacional, dedicados a la lucha antiterrorista, ni por parte de otras unidades policiales. A los agentes no les consta cómo entró en España ni cuándo.
Antes, en agosto de 2019, consiguió ingresar en Gibraltar montado en una moto acuática. Tras ser arrestado por las autoridades gibraltareñas el 2 de agosto de ese año, fue expulsado a Marruecos apenas una semana después. Y en una fecha indeterminada, pero posterior a estos últimos hechos, entró en España.
Yassine Kanjaa nació en octubre de 1997 en Marruecos. Hasta ser detenido, llevaba meses viviendo como okupa en un piso de la calle Ruiz Ragle, muy cerca del centro de Algeciras y a apenas 90 metros de la iglesia donde cometió el atentado. Compartía la casa con otras cuatro personas de origen magrebí.
Cuando éstas fueron interrogadas, tanto por la Policía como por el juez, confirmaron que el comportamiento de Kanjaa era "normal" hasta poco más de un mes antes del ataque. Sus compañeros de piso señalaron que el detenido, hasta un tiempo atrás, bebía alcohol y fumaba hachís, pero que empezó a escuchar de manera asidua versos del Corán a través de su móvil y cambió su conducta.
¿Yihadista?
A la hora de mandarle a prisión provisional, el juez Gadea sí subrayó que el supuesto yihadista atacó expresamente a sacerdotes y a un marroquí, al que encontró en la calle. Le consideró "un infiel", ya que creía que se había convertido al cristianismo.
El juez señaló en su auto que Kanjaa actuó solo, como un lobo solitario, tras una autorradicalización "rápida", que se habría producido en poco más de un mes.
Kanjaa carecía de los papeles necesarios para residir en España y tenía una orden de expulsión a Marruecos desde hacía siete meses, que Interior aún no había ejecutado. Tal y como ha publicado este periódico, de todas las órdenes dictadas, apenas un 4% de ellas llegan a efectuarse.