Aquel domingo 6 de mayo de 2001, según asegura, estaba en el cine. Junto a varias amigas, vio la película Dime que no es verdad, una comedia estadounidense. Oyó sobre el atentado por la radio. Y, de acuerdo con su versión, no acarició por primera vez una pistola hasta tres años después.
La etarra Miren Itxaso Zaldúa ha negado haber participado en el asesinato del expresidente del Partido Popular en Aragón Manuel Giménez Abad en 2001. "Yo no estaba en ningún comando", se ha defendido la acusada este lunes en la Audiencia Nacional.
Según ha defendido durante su interrogatorio, Zaldúa no estaba en la capital maña aquel domingo. "Recuerdo la dureza de aquella acción, recuerdo haber oído en la radio del coche la noticia y que había un niño", ha sostenido durante su juicio. "Yo estaba en el párquing de un centro comercial, no hacía muy bueno y fuimos al cine", ha añadido, en respuesta a preguntas de su abogado.
Aquel niño, efectivamente, era el hijo de Giménez Abad, que vio morir a su padre. En su escrito de acusación, la Fiscalía sostiene que el político fue asesinado "por la espalda", mediante varios disparos "a bocajarro", por Miren Itxaso y por el exjefe de ETA Mikel Carrera Sarobe, apodado Ata. Ambos, según el escrito, eran miembros del comando Basajaun. Y los dos se sientan desde este lunes en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional. Afrontan una petición de 30 años de cárcel.
El Ministerio Público relata que, a la hora de la muerte, las 18.30 del 6 de mayo de 2001, Giménez Abad se dirigía al estadio de la Romareda a asistir a un partido de fútbol. El dirigente del PP iba acompañado de uno de sus hijos, menor de edad.
Sin embargo, tanto Ata como Zaldúa se han desvinculado del asesinato. Ninguno de ellos, según han declarado este lunes, estaba en Zaragoza en esa fecha.
"Ni yo ni Basajaun tienen nada que ver con esa acción armada que acabó con la muerte de Giménez Abad", ha subrayado Carrera Sarobe, que sí ha reconocido, no obstante, su pertenencia a ese comando.
Miren Itxaso, por su parte, ha asegurado que no se integró en la banda terrorista hasta 2004, tres años después del asesinato del presidente del Partido Popular aragonés. Ahora bien, tal y como ha recordado un policía nacional que ha declarado en el juicio de este lunes, un testigo protegido identificó a la etarra como una de los dos autores materiales del crimen.
La acusada lo ha negado. De acuerdo con su relato, en 2001 sí ejercía "como correo" de la banda terrorista, tras citarse en Francia "con un jefe político" de la banda. Itxaso se habría encargado de entregar cartas "del lado vasco-francés al sur". Y no sería hasta tres años después cuando se integra, oficialmente, en ETA. "La primera pistola que toco en mi vida la toco en 2004, me la deja [un jefe etarra] para llevarla en el bolso", ha señalado.
"Me voy a Francia a reforzar las estructuras de ETA, a coger una casa, junto a otra persona, donde había almacenado material explosivo y armas", ha mantenido la acusada.
Su abogado ha enseñado a la etarra varias fotografías suyas, tomadas entre los años 2001 y 2003. "Para mí es un poco incómodo referirme al cuerpo de una mujer. Aquí se le ve de lado en esta fotografía, de agosto de 2001. Usted ha estado delgada siempre", ha señalado el letrado, con una imagen impresa en la mano, que ha mostrado al tribunal.
Durante su interrogatorio al policía nacional, el abogado ha puesto en duda que la identificación efectuada por los testigos del atentado fuese correcta.
"Todas las fotos [de la ronda de reconocimiento] eran en color menos la de Itxaso, que es del 1999 y la sacan de su DNI", ha advertido. "El testigo señala que vio a una mujer robusta. ¿Usted ha visto fotografías de Itxaso en 2001?", se ha dirigido al agente.
Por su parte, Ata, que sólo ha respondido a su letrada, ha señalado que aquel 6 de mayo de 2001 estuvo sirviendo bebidas en la barra de una fiesta popular, celebrada en Iparralde (Francia), para recaudar fondos para las ikastolas vascas. Y ha asegurado que no conoció a Itxaso hasta 2004, en Francia. "Cuando yo ya estaba en la clandestinidad", ha precisado.
Todo lo contrario a lo que sostiene la Fiscalía en su escrito de acusación, que indica que ambos etarras "decidieron dar muerte a Giménez Abad y, para ejecutar su plan criminal, que los dos habían diseñado y ejecutaron concertadamente", se desplazaron hasta Zaragoza para asesinarle.