Luis Rubiales ha negado que coaccionase a Jenni Hermoso tras el beso en la boca que dio a la deportista durante la entrega de medallas del Mundial de fútbol. Además, ha reiterado, durante su declaración de este viernes en la Audiencia Nacional, que la futbolista aceptó el gesto.
"El beso fue consentido", ha manifestado ante el juez Francisco de Jorge, que le investiga por un supuesto delito de agresión sexual y por un segundo, de coacciones. Ambos se los atribuye la Fiscalía de la Audiencia Nacional tras haber oído la declaración como testigo de Jennifer Hermoso el pasado día 5.
Rubiales ha negado ante el juez tanto las coacciones como la falta de consentimiento. "No coaccioné a Jennifer Hermoso", ha señalado este viernes, en un interrogatorio en el que ha respondido a todas las partes, incluida la abogada de la deportista.
El expresidente de la Federación ha prestado declaración este viernes a partir de las 12.00 horas ante el Juzgado Central de Instrucción número 1.
El pasado domingo, Rubiales presentó su dimisión como presidente de la RFEF, después de haber sido suspendido cautelarmente por la FIFA de todos sus cargos en el ámbito deportivo, tanto dentro como fuera de España.
El que hasta entonces era máximo mandatario de la Real Federación Española de Fútbol ha llegado a la Audiencia Nacional pasadas las once de esta misma mañana, unos 50 minutos antes del mediodía, hora a la que había sido citado.
Acompañado de su nueva abogada, Rubiales no ha querido atender a los medios. Mismo mutismo a su salida, decisión motivada por su intención de guardar silencio en España tras haberse sentido "maltratado" por los medios de comunicación.
[La Fiscalía pide que Rubiales no pueda acercarse a menos de 500 metros a Jenni Hermoso]
Querella de Fiscalía
Fue este pasado lunes cuando el magistrado De Jorge admitió a trámite la querella presentada por la Fiscalía contra Rubiales, que le atribuye dos delitos: agresión sexual y de coacciones.
Actualmente, tras las modificaciones provocadas por la Ley del sólo sí es sí, el Código Penal castiga la agresión sexual —el primero de los dos delitos por los que, hipotéticamente, Rubiales podría sentarse en el banquillo de los acusados en un futuro— con penas de cárcel de 1 a 4 años. No obstante, también se contemplan sanciones económicas para los hechos "de menor entidad".
Por su parte, el delito de coacciones se castiga "con la pena de prisión de seis meses a tres años o con multa de 12 a 24 meses, según la gravedad de la coacción o de los medios empleados".
Los vídeos del beso
El magistrado Francisco de Jorge ya ha solicitado a Radiotelevisión Española (RTVE) el vídeo o vídeos que tenga en sus archivos "que recojan el momento, desde todos los ángulos, en el que el querellado besa a la denunciante". El partido de la final del Mundial fue emitido en La 1 de TVE el pasado 20 de agosto, desde Sídney (Australia), donde se disputó.
La nueva abogada de Rubiales es Olga Tubau, prestigiosa letrada conocida por defender al exmayor de los Mossos d'Esquadra Josep Lluís Trapero por el operativo policial del 1 de octubre de 2017, día del referéndum ilegal organizado por la Generalitat de Cataluña.
[Rubiales sobre el beso a Jenni Hermoso: "Hubiera hecho lo mismo con la selección masculina"]
Tras oír la declaración de Jenni Hermoso hace algo más de una semana, la Fiscalía cree que el expresidente de la RFEF pudo cometer un delito de agresión sexual por el beso, supuestamente no consentido, a Hermoso.
Que el Ministerio Público también le atribuya el delito de coacciones se debe a las presiones que Hermoso relató haber sufrido de Rubiales y de su entorno profesional para que, públicamente, restase importancia al beso.
El expresidente de la Federación, que ha mantenido en todo momento que el beso sí fue consentido —también lo ha repetido este viernes ante el juez—, sostiene que fue un gesto "eufórico", un "piquito sin maldad" y que Hermoso, con quien asegura que mantenía una relación cercana, lo aceptó.
En declaraciones a los medios de comunicación a la salida de la Audiencia Nacional, la letrada de la deportista ha subrayado que, "gracias a las imágenes de televisión, todo el país ha podido observar que no existió ningún tipo de consentimiento" por parte de Jennifer Hermoso.