La Audiencia Nacional ha condenado a cinco años y ocho meses de cárcel a Carlos Salamanca, antiguo comisario del Aeropuerto de Barajas por aceptar regalos de lujo a cambio de introducir en España a extranjeros VIP.
Salamanca ejerció este cargo desde 2006 hasta 2015. También desempeñó el de comisario jefe de la Unidad Central de Fronteras desde el 20 de junio de 2016 hasta el 3 de noviembre de 2017.
Una sentencia de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, de 208 páginas, relata que, en esos años, "ha venido aceptando regalos de carácter suntuario (...) como recompensa para que dispensara un mejor trato" a altos cargos del régimen de Guinea Ecuatorial.
Quien efectuó esos regalos fue Francisco Menéndez, empresario dedicado a defender los intereses en España de Gepetrol, la petrolera estatal ecuatoguineana, dirigida por los altos cargos de ese país que disfrutaron de este trato privilegiado en el aeropuerto.
Por su parte, Menéndez, que fue quien facilitó la documentación a la Fiscalía Anticorrupción que dio origen al llamado caso Villarejo, ha sido condenado a tres meses de prisión por el delito de cohecho activo, ya que hizo los regalos a Salamanca.
Además, la Sala de lo Penal, por otro lado, ordena que Salamanca devuelva al Estado 457.298,52 euros, además del comiso de un reloj Rolex Oyser Perpetual Date GMT-Master II, de oro amarillo y esfera verde, y un Hublot modelo Geneve.
La condena a Salamanca queda lejos de los 10 años y nueve meses que la Fiscalía Anticorrupción pedía para Salamanca. De hecho, el tribunal le ha absuelto del delito continuado agravado contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, en su modalidad de favorecimiento de la inmigración ilegal, así como de un ilícito de prevaricación administrativa. En ambos casos, también exonera a Menéndez.
Dos coches Porsche
En el caso del empresario ya fallecido Fernando Luengo, la Sala considera acreditado que entregó a Salamanca un Porsche Cayenne. La sentencia recoge también que, por su parte, Menéndez le entrega un Porsche Panamera, dos relojes de lujo, un viaje familiar a Londres y distintas cantidades económicas, que, "por su elevada cuantía", la Sala de lo Penal señala que no eran "meros regalos" propios de una relación de amistad.
"Tales gastos, por su cuantía y su constancia, exceden de los que un simple amigo efectúa. Especialmente, cuando el que los realiza niega que se trataran de meras liberalidades, pues tendían a buscar un trato de favor en el aeropuerto de Madrid-Barajas para sus clientes relacionados con la empresa nacional de petróleo de Guinea Ecuatorial", concluyen los magistrados, citando la confesión de Menéndez en el juicio, celebrado hace tres meses.
Éste ha sido el segundo juicio del llamado caso Villarejo, pese a que en esta pieza no ha sido acusado el excomisario José Manuel Villarejo, quien da nombre a la macrocausa. El antiguo mando policial sí fue juzgado, de forma conjunta, por las piezas Iron, Land y Pintor.