La fecha clave ha llegado. Este lunes, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) vuelve a reunirse, como acordó a mitad de agosto. El objetivo de esta cita no es otro que tratar de designar un presidente (o presidenta) para el órgano de Gobierno de los jueces, que también lo será del Tribunal Supremo. Pero el tiempo apremia: el día 5 de septiembre se produce la apertura del Año Judicial. Y la preside el Rey.

Desde entonces, en estos quince días de verano, los equipos negociadores de ambos sectores —el ala considerada conservadora y la progresista— han mantenido el contacto por teléfono y por videoconferencia. Pero, por el momento, la negociación sigue encallada. No hay acuerdo.

Los vocales propuestos por el PSOE siguen insistiendo en que la cabeza de este nuevo CGPJ debe ser una mujer para evidenciar un cambio de ciclo. Quieren que lo sean Pilar Teso o Ana Ferrer. Ambas son magistradas del Tribunal Supremo. Pero el ala conservadora las rechaza. No quiere que ninguna de ellas presida el órgano de gobierno de los jueces ni el tribunal que ocupa la cúspide del organigrama judicial español.

Fuentes del Consejo confirman a EL ESPAÑOL que el sector progresista, en las últimas semanas, ha hecho una oferta al otro bloque: que Ferrer sea la presidenta y que la vicepresidencia la ocupe un candidato conservador.

En detrimento de Teso —también rechazada por el sector conservador, al considerarla la predilecta del Gobierno—, los vocales progresistas han apostado en los últimos días con más fuerza por Ana Ferrer.

Su currículum es el de la primera mujer en convertirse en magistrada a la Sala Segunda del Supremo y el de una vocal permanente de la Sección de Derecho Penal de la Comisión General de Codificación. También es miembro de Jueces y Juezas para la Democracia (JJpD). Ahora bien, la oferta ha caído en saco roto.

Los conservadores no quieren ni a Teso ni a Ferrer presidiendo el CGPJ. Cuando el ala progresista insistió en que debía hacerlo una mujer, los vocales elegidos por el PP sugirieron a Carmen Lamela. No hubo acuerdo.

Tampoco lo alcanzaron cuando los conservadores propusieron al magistrado Pablo Lucas como presidente del Consejo. Lucas, presidente en funciones de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, cuenta con el favor de los vocales elegidos por el PP. Lo consideran "neutral", "independiente" y alaban su trayectoria, pese a ser considerado un progresista. Ahora bien, esta posibilidad tampoco cuajó: los vocales propuestos por el PSOE no le perciben como un candidato propio.

En respuesta a la última oferta de los progresistas, el ala conservadora volvió a insistir en que Lucas debería presidir el CGPJ y planteó que Ferrer fuese la número dos. Tampoco hubo acuerdo de esta forma.

Así las cosas, si nada cambia y la situación no se desencalla, continuará como cabeza del Consejo su actual presidente de edad: Bernardo Fernández. Es el vocal que está al frente de la institución en estos momentos al ser el más veterano de los veinte que lo conforman.

Ahora bien, de ser así, el nuevo curso arrancaría sin que los dos bloques del nuevo CGPJ, pese a haberse celebrado ya varios Plenos desde el pasado julio, hayan logrado alcanzar un acuerdo ante los tan relevantes retos que abordará en los próximos meses el órgano, como acometer decenas de nombramientos o valorar una propuesta de reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ).