En La Unión Europea el cuidado del medio ambiente forma parte de su hoja de ruta desde hace años y cada vez con más empuje con iniciativas como el Pacto Verde o el compromiso por la neutralidad del carbono. Medidas que engloban a todos los sectores, donde el inmobiliario está en el centro por su hasta ahora alto ‘poder contaminante’. Un cambio en este sentido es fundamental para un futuro más sostenible.

Como apuntaba Carlos Heijnen, Director de Producto e Innovación de Habitat Inmobiliaria, en el debate celebrado en EL ESPAÑOL sobre el futuro del sector inmobiliario en colaboración con Habitat, “tenemos que tener en cuenta que nuestro sector tiene un gran impacto medioambiental. Y ¿cómo podemos traducir ese impacto en las viviendas? Hay que tener el concepto claro y analizar para poder mejorar, también el cómo construimos los edificios y, para ello, contar con colaboradores concienciados, que los materiales sean cercanos para contaminar menos y contribuir al empleo y, luego, tener en cuenta la gestión de los residuos, ese favorecer la economía circular”.

Carlos Heijnen, Director de Producto e Innovación de Habitat Inmobiliaria Laura Mateo

Jaime Marín Otero, Head of Sustainable Business de BBVA, apuntaba en este debate sobre el futuro del sector inmobiliario que “los criterios de sostenibilidad ya no son una tendencia, es una realidad; lo importante no es solo quedarse en lo mediambiental, sino complementar con otros aspectos”. Concretamente y más allá del financiero, en temas como el social y el gobierno corporativo, los denominados criterios ESG.

Se trata de valores que “no se pueden improvisar”, como apuntaba en el debate Marta Contretas, directora de Sostenibilidad y Buen Gobierno de KPMG. Requieren una planificación previa: “El ESG es algo que no se improvisa. Desde la concepción y el diseño de las promociones inmobiliarias son aspectos que se deben contemplar: la economía circular, la descarbonización… Por eso, las compañías deben tener una previsión estratégica de cómo incluir todos estos aspectos ESG”.

Financiación

Y ¿qué pasa con la financiación? ¿Qué criterios se siguen y cómo está el sector en este sentido? Aquí es importante destacar la taxonomía verde europea, una vía con criterios homogéneos de la Comisión para que inversores y empresas diferencien qué actividades económicas son sostenibles. “Es un intento por fin por parte de una institución pública de homogeneizar el mercado en la parte ambiental. Intentar tener criterios homogéneos”, explicaba Bruno Sauer, CEO de Green Building Council España. Y continuaba: “Es una palanca de transformar las cosas en el plano ambiental, pero todavía no en el financiero, hace falta ese click”.

Sin embargo, y con mucho camino por recorrer todavía, Jaime Marín Otero, Head of Sustainable Business de BBVA, respondía a esta cuestión aclarando que “estamos yendo hacia un escenario donde no sería descabellado que esas emisiones tuviesen un mejor pricing y pudiésemos trasladar ese pricing a los préstamos que otorgamos”. A lo que Juan Antonio Luque, Director de Procesos y ESG de Habitat Inmobiliaria, añadía que “hoy en día en el sector bancario de cara a grandes promociones como las que hacemos nosotros es muy difícil acceder a un préstamo si al menos tu promoción no tiene una certificación energética BB (B en consumos, B en emisiones)”.

Juan Antonio Luque, Director de Procesos y ESG de Habitat Inmobiliaria Laura Mateo

Y es que la sostenibilidad ya no es algo del futuro, ya impera en la actualidad a todos los niveles en mayor o menor medida. Pero ¿qué pasa con la parte social?

Impacto social

José Andres Martínez, Manager de Construcción e Industria de AENOR, tiene claro que hay que ampliar miras: “Hay que iniciar ese camino para intentar identificar cuáles serían esos indicadores que más caracterizan al sector de la edificación. No quedarnos solo en la parte medioambiental, ir más allá”. Y Bruno Sauer va más allá: “Deberíamos mirar el tema del cambio climático como un elemento social no ambiental porque con el daño que estamos haciendo a nuestro entorno y el coste en repararlo vamos a quitar dinero público y privado para reparar otras cosas (…) Ya hay mucho material en el mercado disponible para tener un edificio equilibrado tanto a nivel ambiental, social como económico”.

Marta Contreras se declaraba optimista en general y opinaba que “la parte social tiene varios desafíos y hay que irlos trabajando y cuando llegue el reglamento de la taxonomía social, terminar de definir esos criterios”. Mientras José Andres Martínez apuntaba que “ya se están empezando a unir los diferentes conceptos”.

La importancia de informar al cliente

Pero sin un cliente final que entienda y valore todo esto, no hay nada que hacer. Tanto la parte medioambiental como la social, el gobierno corporativo y, por supuesto, la parte financiera requieren una explicación y una concienciación de cara al cliente. “Tenemos una labor muy importante a la hora de ayudar a entender cuáles son los criterios; cuando hablamos de ahorros todos lo entienden y eso es lo que hay que poner en valor”, afirmaba Jaime Marín Otero. “Lo que hay que transmitir al cliente es ahorros en energía, ahorros en consumo de agua, confort a nivel de temperatura… y el valor de una vivienda sostenible que será superior a la hora de revenderla”, añadía Juan Antonio Luque.

Jaime Marín Otero, Head of Sustainable Business de BBVA y José Andrés Martínez, mánager de Construcción e Industria de AENOR Laura Mateo

Según Bruno Sauer, “el problema es que no somos capaces de trasladar al cliente los valores añadidos. Hace falta más liderazgo, más entidades que digan lo vamos a hacer sí o sí y explicarlo bien (…) Así la demanda se va a crear bastante rápido”.

Todo, por supuesto, teniendo muy en cuenta a las nuevas generaciones, aquellos potenciales clientes, esa potencial demanda que, además, se ha criado con estos valores, forman ya parte de su día a día: “En los próximos años estos serán valores que se tengan en cuenta y se demanden”, explicaba Marta Contreras.

Como conclusiones en este debate y, más allá, de esta concienciación de las ventajas que aportan este tipo de viviendas sostenibles, “hablar de ahorros a los clientes y la colaboración”, tal y como decía Jaime Marín Otero, son claves, así como “la rehabilitación en profundidad de las viviendas existentes y la importancia de obra nueva con menos impacto en tema materiales”, añadía Bruno Sauer.