Con el segundo año de sequía apretando, el campo andaluz, que supone el 9% del empleo de la comunidad, demanda pactos entre administraciones, al margen de colores políticos. Como ha pasado en Doñana para, advierten, que España no pierda soberanía alimentaria.
Es el mensaje trasladado en la segunda jornada del IV Foro Económico Español en Andalucía. La situación del campo ha sido abordada por Miguel Ángel Jiménez Segador, secretario general de Landaluz; Félix García de Leyaristy, director general de Asaja-Andalucía; Gonzalo Guillén Benjumea, director general de Acesur y José Carlos Álvarez, director gerente de la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía (AGAPA).
Su diagnóstico es el de una comunidad con un complicado paisaje tras "cuatro años de inestabilidad", en palabras de Jiménez. La pandemia, la invasión de Ucrania, el aumento de costes de producción o la huelga de transportes han precedido a la sequía.
Es un viaje que ha desembocado en las protestas agrarias, que se desarrollan desde hace un mes. "Estamos en la calle porque estamos asfixiados. Lo que nos ha ofrecido el Ministerio son cuatro temas sin importancia y por eso vamos a seguir en la calle. Nuestro objetivo es que cambien las cosas y haya un giro importante en todo esto", ha sostenido García de Leyaristy.
Y gran parte de lo que tiene que cambiar es la política con respecto al agua. "Agua, agricultura y alimentación deberían ir de la mano y ser indivisibles. Está en juego la soberanía alimentaria. Si disminuimos capacidad productora y exportadora y favorecemos la importación somos más pobres, más dependientes y tenemos un futuro más incierto", ha señalado el director gerente de la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía (AGAPA).
Son carencias que están muy identificadas. Desde Acesur, donde creen que un tercer año de sequía sería "irremediable" para una parte del olivar, apuntan que en el ámbito del agua "las políticas son a muy corto plazo y no hay un pacto de Estado que regule y este por encima de ideología".
"En aceite se ha dejado de producir dos millones de toneladas en los últimos dos años. De haberlo vendido solamente a tres euros el litro hablamos de 6.000 millones de euros que se han dejado de producir en dos años de valor de aceite de oliva", ha comentado Guillén para ejemplificar la fuerza económica de este segmento agro.
El golpe económico del conjunto del sector primario es, por tanto, mucho más elevado. Para paliarlo piden bastante más que obras de la Junta, que sostiene que el 42% de su obra pública está relacionada con agua.
"Tiene que haber acuerdo para llevar el agua donde se necesita y la inversión en infraestructuras", ha considerado Jiménez, además de promover otras soluciones como aguas regeneradas.
Pero cualquier cosa, con consenso amplio. "Somos la niña fea de la economía. Y se olvida que el empleo agrario en Andalucía es un 9% del total. Es el doble que en España, y esa importancia no está reflejada en las políticas.