Pedro J. Ramírez, presidente ejecutivo y director de EL ESPAÑOL, considera que el sector de las telecomunicaciones debe jugar un papel protagonista en el objetivo de la Unión Europea de lograr autonomía estratégica. "Hay que conseguir que podamos hablar de un mercado único de las telecomunicaciones", ha expuesto antes de tachar de "prioritaria" esta cuestión de cara a los próximos meses y años.
Un objetivo en el que hay que tener en cuenta las fusiones, convertidas en operaciones a fomentar "en los mercados nacionales y luego en los transnacionales". Todo en aras de contar con "campeones europeos" que puedan competir con gigantes americanos o asiáticos.
"En el ámbito de las telecomunicaciones solo la Unión Europea puede ayudarnos a estar a la altura de las necesidades en todos los ámbitos. No solo hablamos de entretenimiento o eficiencia empresarial, también de cuestiones estratégicas que tienen que ver con la defensa nacional y con la capacidad de disuasión y de hacer frente a amenazadas de todo tipo, tan sofisticadas como las que se están perfilando", ha indicado el director de EL ESPAÑOL en el V Observatorio 5G, organizado por EL ESPAÑOL e Invertia.
Para lograr esa tarea, ha incidido en la necesidad de tener en cuenta el interés del consumidor, para que pueda acceder al desarrollo tecnológico "en condiciones justas y con precios lo más asequibles posibles", pero también teniendo en cuenta a las empresas.
Es decir, de forma que éstas tengan capacidad de inversión, de mantenimiento de las redes, de su mejora y en suma, "de estar a la altura de la evolución competitiva extraordinariamente exigente", más si se tiene en cuenta el desafío de la IA.
Todo sin olvidar los cambios que están modulando, en el caso de España, el mercado. El director de EL ESPAÑOL se ha referido así a la fusión entre MásMóvil y Orange y la adquisición de Vodafone por Zegona, "dos acontecimientos empresariales de enorme trascendencia" en el contexto del desarrollo del 5G.
Actualmente la cobertura en España del 5G supera casi con toda seguridad el 92%, un buen dato que tiene como mayor reto extenderse por las zonas rurales. Mientras eso se consigue, hay que tener en cuenta las tareas pendientes en cuanto a regulación, sobre las que ha llamado la atención.
Especialmente sobre los deberes que tiene la nueva Comisión Europea en lo referido al fair share o trato justo, es decir, que no sean solo las grandes operadoras las que afronten las inversiones millonarias que requieren el despliegue de redes mientras que gigantes tecnológicos como Google o Meta, "que generan la mayor parte del tráfico y obtienen un beneficio singular de ese desarrollo tecnológico", se mantienen al margen.
"No es justo que unos pongan la carretera y otros obtengan el beneficio de su explotación. Esto tiene que tener algún tipo de solución", ha remarcado el director de EL ESPAÑOL.