En la cuarta revolución industrial, la de la digitalización, los centros de datos ganan protagonismo. Necesarios para el desarrollo de dicha revolución también son criticados por el uso de la energía y el agua. Sin embargo, y tal y como defiende Manuel Giménez, director ejecutivo de Spain DC, son más eficientes que las alternativas disponibles.
“La intensidad en consumo de energía es algo relativo. ¿Respecto a qué alternativa? La revolución digital y la transición ecológica no serían posibles sin los centros de datos”, ha subrayado durante su intervención en el V Observatorio 5G, organizado por EL ESPAÑOL e Invertia.
En este sentido, Giménez ha subrayado que los centros de datos “consumen energía, pero son infinitamente más eficientes que otras alternativas”. Asimismo, ha apuntado que “España está preparada para las necesidades de la sociedad y la economía”, al producir “tres veces más de energía de la que es capaz de consumir”.
“Todos los productores de electricidad y comercializadores miran a los centros de datos como el aliado perfecto para aprovechar la energía que España produce”, ha añadido.
Sin embargo, ha destacado que nuestro país tiene “un problema con el transporte de energía”, ya que “la red de distribución y transporte es el gran cuello de botella”.
“España tiene energía renovable abundante y barata que no estamos aprovechando porque no hay redes de transporte y distribución suficientes. Los centros de datos deben ubicarse allí donde está la demanda y eso es puntos concretos de la Península”, ha explicado.
Por ello, “la electricidad debe ir de aquellos lugares donde se produce a donde es útil. Por eso es imprescindible invertir en el desarrollo de las redes de transporte y distribución de electricidad”, ha defendido.
Mejora de la red
Tal y como ha recordado Giménez, en la última década, “desde 2013, año en el que se impone el límite en la inversión y desarrollo de redes, toda la inversión ha sido en torno a los 1.800 millones de euros anuales, nominales, que luego no se invierten la totalidad”.
Esta cantidad “da para lo que se denomina el crecimiento vegetativo. Pero las necesidades del mundo digital, humanas y de la economía, son radicalmente distintas a las que eran en 2013”, ha destacado.
Para intentar solucionar esta situación Giménez ha abogado por “invertir todo lo que corresponde a esta revolución en la que nos encontramos y todo lo que nos hemos retrasado. La tasa de kilómetro de red de distribución y de transporte en España es dos o tres veces inferior a la que hay en Francia, Países Bajos, Alemania o Reino Unido”.
Asimismo, ha resaltado la importancia de “mejorar las redes que llegan a la Comunidad de Madrid”, donde “es manifiestamente insuficiente”, y “hacia esos nuevos centros de desarrollo que se encuentran en Cataluña, País Vasco o Zaragoza”.
Pero la mejora de la red de transporte y distribución de energía no es sólo fundamental para los centros de datos, sino que “esa sociedad digital descarbonizada a la que nos dirigimos es imposible con una red de trasporte del siglo XX”.
“España se juega 38.000 millones de euros de inversión directa que depende de la inversión en redes”, ha advertido.
Uso del agua
Respecto al uso del agua en los centros de datos, Giménez ha hecho hincapié en que “tenemos la infinita suerte de que el sector de centros de datos en España es nativo sostenible”. “Hoy los centros de datos en España pueden perfectamente no consumir agua”, ha asegurado.
Se debe a la diferencia entre un circuito de refrigeración de evaporación de agua y un circuito de refrigeración cerrado. Según ha apuntado, es “el equivalente de agua que consume es de cinco piscinas una vez en la vida. No llega al 0,1% del consumo de agua”. “Incomparable con otros sectores industriales y no industriales”.
Cuarta revolución industrial
En su intervención, Giménez también ha apuntado que “estamos en al cuarta revolución industrial y los datos están en los data center”. Y, en esta cuarta revolución industrial “España tiene una ubicación envidiable” al encontrarse “en el extremo de casi todo”.
Es “el punto más cercano a Norteamérica y a Latinoamérica desde Europa, el punto de entrada a África y el Mediterráneo. Y mucho sol y mucho viento para las energías renovables”.
A ello se suma “el hecho de que el proceso de digitalización es imparable y el proceso de descarbonización es ineludible". Con todo, España está “en el centro de la revolución, de la digitalización y de la descarbonización”.