Algo incuestionable y que nadie duda es la dirección que Europa debe seguir en las próximas décadas: la descarbonización. Sin embargo, debemos reflexionar sobre cómo se realiza este camino. Así lo ha explicado Cristina Lobillo, directora de Política Energética de la Unión Europea, en su intervención en el I Observatorio de la Energía organizado por EL ESPAÑOL - Invertia.
Europa tiene un ambicioso objetivo: alcanzar que el 80% de la electricidad sea producida por fuentes de energía renovables. También tendrá peso la energía nuclear y los gases renovables.
"Actualmente, estamos trabajando en el marco 2020-2030, pero pronto será necesario pensar en el horizonte de 2040", recalcó Lobiilo. El enfoque inmediato es implementar el marco legislativo 2030, garantizar precios energéticos asequibles y avanzar en la seguridad del suministro.
Según Lobillo, la descarbonización exige una revisión completa del sistema de seguridad y aprovisionamiento energético, incluyendo la protección de redes frente a ciberataques y el desarrollo de inteligencia artificial para optimizar el sistema. Además, "debemos eliminar los subsidios a los combustibles fósiles y garantizar que la industria europea siga siendo competitiva".
"Mario Draghi ha subrayado la importancia de reforzar el mercado único de la energía en Europa, invirtiendo en redes e infraestructuras. Para lograr la transición energética, se necesitarán 800.000 millones de euros, 400.000 de ellos exclusivamente para el sector energético. Fondos como el plan Next Generation EU, que asigna 80.000 millones a España, "son ejemplos de cómo catalizar la inversión privada en esta transformación", sostuvo la directora de Política Energética de la UE.
"El reto de Europa también es una oportunidad única. Desde la Comisión Europea, trabajamos en este objetivo junto a los 27 Estados miembros y todos los actores del sector energético. Sólo mediante la cooperación y un enfoque conjunto podremos avanzar hacia una transición que garantice competitividad, sostenibilidad y seguridad económica", defendió.
Para la directora de Política Energética de la UE los últimos años nos han traído importantes avances en las negociaciones internacionales sobre cambio climático, como los acuerdos en financiación o mercados de carbono, entre otros. "Un aspecto clave es el impacto de la transición energética en el desarrollo global", apuntó Lobillo.
La guerra en Ucrania ha generado una crisis energética sin precedentes, afectando la seguridad, los precios y el aprovisionamiento. Europa, que importaba el 90% del gas consumido y dependía en un 45% de Rusia, "ha reducido esta dependencia al 18% en solo dos años, aunque eliminar este porcentaje restante sigue siendo un desafío", recordó Lobillo.
"Los precios del gas, que antes de la guerra rondaban los 20-22 euros/MWh, llegaron a picos de 200-300 euros/MWh, afectando directamente los precios de la electricidad", punto. En respuesta, "hemos reformado el mercado eléctrico para aumentar el peso de las renovables y hemos implementado Contratos por Diferencias (CfDs) para fomentar la estabilidad".