El sector energético y de las renovables ha acogido calurosamente el nombramiento de Sara Aagesen como vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica en lugar de Teresa Ribera. Una de las primeras voces en pronunciarse ha sido Loreto Ordóñez, CEO de Engie España.
“Soy positiva con Sara. Este es un negocio de infraestructuras en el largo plazo. Y se necesita visión, tener políticas públicas que te permitan estructurar más allá de cuatro años de gobierno. Tener a día de hoy una Administración que ya sabe los problemas en los que tiene que trabajar y avanzar, es bueno”, ha sostenido Ordóñez en el I Observatorio de la Energía, organizado por EL ESPAÑOL e Invertia.
A raíz de este relevo gubernamental, la CEO de Engie en nuestro país ha establecido las tres prioridades con las que debería volcarse el Ministerio: “Hay que trabajar en demanda, acercando esa demanda a la generación; en redes, porque a día de hoy estamos rechazando mucha demanda industrial, y convertir todo eso en una oportunidad industrial como país”.
“Si esas tres condiciones se cumplen, yo me doy por más que satisfecha”, ha añadido Ordóñez.
La ejecutiva de Engie ha puesto de manifiesto que “la transición energética es una realidad”, y ha apuntado hacia la reciente DANA en la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía como un claro ejemplo de las catástrofes naturales que se están viviendo y que deben hacer recapacitar a todos los agentes -Estado, empresas y sociedad civil- para mover ficha al unísono, hacia una economía más verde.
“La transición energética es un hito tan grande y tan importante, que solamente con el posicionamiento de los gobiernos, de las Administraciones y de la industria no se llevará a cabo. Por tanto, la sociedad civil tiene mucho que hacer y mucho que decir en esa transición, y todas las pequeñas acciones que todos nosotros hacemos en el día a día contribuyen a esa transición energética”, ha destacado la directiva.
Porque la transición energética, de la mano de sus proveedores, está generando una energía más sostenible, más económica y más socialmente aceptable. “En un mundo tan polarizado y con la geopolítica actual, sólo podemos apostar por la transición energética y la generación verde”.
En los últimos 13 meses, más del 50% de la energía en el sistema eléctrico ha sido renovable, y más del 70% ha sido descarbonizada.
La transición energética supone 308.000 millones de euros de inversión, que es un 25% del PIB de España y 500.000 puestos de trabajo. “Es cierto que requiere mucha inversión, pero también va a tener un impacto muy positivo a la hora de transformar este país”, ha confiado la responsable de Engie.
“Tanto en España como en Europa tenemos una apuesta muy fuerte por transición energética”. Sin embargo, ha deslizado algunos deberes por hacer: “La demanda de energías renovables tiene que crecer del orden del 6% anual, cuando lleva congelada los últimos años; con las tecnologías maduras de ahora no hemos cerrado aún el círculo de la transición energética, y tenemos que recuperar la agilidad que teníamos antes en los permiting, que para los estándares actuales son muy altos y hemos dado un paso atrás en ese proceso”.
Con todo, Ordóñez ha dejado constancia de que, en la transición energética, “España es el lugar donde estar”, en un claro llamamiento a los inversores internacionales.