El autoconsumo energético ha pasado del boom registrado tras el inicio de la guerra en Ucrania en 2020, a una etapa en la que registra un “crecimiento fuerte, sostenible y creíble”. Así lo han señalado varios expertos del sector que han participado en el I Observatorio de la Energía de EL ESPAÑOL-Invertia, y que cuenta con el título de 'La transición energética: retos de la descarbonización ante los nuevos escenarios'.
Luis Villar, analista y experto en mercado eléctrico; Fabián Pérez, director general de Cox Energía Comercializadora España, y Jaime Yrazusta, director de Energía y Sostenibilidad de BBVA España, han participado en una mesa redonda en el marco de este encuentro.
Tal y como ha explicado Villar, el autoconsumo vivió un boom en 2022 “por los altos precios de la energía eléctrica en el mercado mayorista, y su difusión en los medios de comunicación. Esto tuvo mucho impacto en el sector residencial, pero también en el industrial”.
“En 2022, tuvimos un precio medio en Omie de 167 megavatios por hora. Y un precio máximo de 700. Cundió el pánico”, ha recordado el analista, que lo ve “como una anomalía”.
En su opinión, “venimos de una tendencia creciente en el autoconsumo”. Ve un dato positivo. “En el 2020, el precio medio de Omie era de 34 euros por megavatio/hora, se instalaron 623 megavatios de autoconsumo. En 2023 se instalaron 1.900 megavatio, tres veces más que en 2020, con un precio medio de 87 euros”, ha explicado.
Así, a pesar de que los precios de la electricidad “son un driver importante para las instalaciones de autoconsumo, hay una tendencia de fondo en la que sigue creciendo y ha venido para quedarse”.
Pérez también ha analizado los diferentes periodos por las que ha pasado el autoconsumo desde 2014, “etapa inicial con el impuesto al sol, en el que la gente pensaba que no podías poner las placas en casa. Pasamos a esta etapa de boom, en la que llega la guerra de Ucrania y las ayudas de la UE”. Entonces, ha considerado “teníamos un mercado dopado”.
Ahora, “la situación ya es diferente. Es una situación de consolidación, con una tecnología que la gente ya conoce. La parte positiva es que venimos de esa etapa inicial de 2014 en la que los números no salían. Pasamos a otra en la que en el papel te salían rentabilidades muy altas en dos o tres años. Y ahora estamos en una etapa madura y creíble. Esa es muy buena noticia. Se está consolidando el sector poco a poco”.
Para ellos "es muy bueno", porque no viven del boom. En su opinión, además, “todavía queda mucha cubierta y tenemos mucho sol”. Así, prefieren “un mercado en el que el crecimiento sea fuerte, sostenible y creíble, que no algo que desaparezca”. De hecho, muchas empresas “han cerrado o reducido plantilla porque el mercado ya no es lo que era, sino que se está asentando”.
Almacenamiento
En su intervención, Villar también ha hecho una distinción dentro del sector del autoconsumo, entre el residencial y el empresarial “por una razón técnica que es fundamental y es el hecho de que los perfiles de consumo y de producción están desacoplados de forma natural”.
“En una situación normal es muy difícil que rentabilizar una instalación en un hogar, porque la mayor parte de la producción se produce en las horas en las que el consumo es muy bajo”, ha indicado. Entonces, “¿cuál es la solución?”, se ha preguntado. Y el mismo ha respondido: “El almacenamiento. Que toda esa energía que produzco en las horas en las que no consumo porque estoy fuera de casa, pueda almacenarla”.
“Existen varias maneras, pero fundamentalmente en baterías de iones de litio”, ha apuntado. Cree que “por ahí van un poco los retos del futuro, que es que los sistemas de almacenamiento se integren con los sistemas de autoconsumo fotovoltaico en los hogares. Y eso va a producir un mayor desarrollo en el sector residencial”.
En este sentido, “las expectativas son que los costes de inversión en baterías disminuyan. Seguramente este año ya veremos una reducción muy significativa y para el año que viene también creo que veremos bajadas”, ha afirmado.
Financiación
Por su parte, Yrazusta ha puesto el foco en el papel “clave” que juega la banca. “Hemos vivido años superintensivos en necesidad de financiación de proyectos que de alguna manera se ha estabilizado. Son soluciones que ya son maduras” y que “los clientes conocen algo más”, ha destacado.
“Los productos financieros damos por hecho que son productos tradicionales que apenas tienen innovación, pero cuando empezamos a hablar de PPAs y de cómo un banco puede incorporar las soluciones de financiación, a las comunidades energéticas e incluso a las comunidades de propietarios... requiere de innovación”, ha subrayado.
Se trata, por tanto, de “grandísimos retos, adaptar las soluciones a lo que nos demandan los clientes, pero las oportunidades son brutales para la banca en España. Se presentan meses y años apasionantes”.