"Abrir camino desde la ciencia a la industria". Este es el propósito marcado por José Moisés Martín Carretero, director general del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), durante su intervención en la segunda jornada del V Simposio del Observatorio de la Sanidad, que organizan EL ESPAÑOL e Invertia.
España es líder mundial en ensayos clínicos y se encuentra entre los 15 primeros países en producción de investigación científica básica, ha apuntado, "pero estamos muy lejos en innovación". La misión del Centro que dirige Martín Carretero consiste en lograr que "este trabajo aterrice en la industria farmacéutica y de la salud".
Así, nuestro país tiene por delante el reto "de la transferencia desde la investigación básica al mercado", por lo que una de sus primeras tareas consiste en poner iniciativas para facilitarlo. "Por otro lado, el desarrollo es muy caro", valora, "una nueva terapia puede tardar diez años y 1.000 millones de dólares en llegar al mercado. Hace falta un deep pocket, y nuestro mercado financiero es relativamente pequeño. Es probable que los proyectos terminen vendiéndose antes de llegar a la fase industrial".
Como solución, el CDTI ha invertido 70 millones de euros en startups que ayuden en la labor de transferencias, además de facilitar que se generen oportunidades de escalada en la colaboración público-privada en I+D. "Hemos puesto en marcha una alianza innovadora, con capital del CDTI del programa Invierte, Rovi e Insufarma, llamada Terafront, para llevar las investigaciones a nivel de mercado", presenta. "Tenemos que invertir más desde el sector público, pero también atraer más al privado para industrializar estos proyectos y servicios".
La unión de estos dos universos implica "tener paciencia y ser ejecutivos", admite. "Son dos mundos que necesitan entenderse". En marzo, explica, se constituyó la compañía Terafront y ahora están en fase de encontrar a su CEO. En paralelo, a través de la red de terapias avanzadas del Carlos III, se va a realizar un cribado de las terapias candidatas "más innovadoras y con mayor capacidad de impacto en nuestro sistema nacional de salud".
Aunque reconoce que los 200 millones de euros como dotación para arrancar "da para lo que da", les permite trabajar con un enfoque "muy selectivo" en lo que se va a escoger. El objetivo, así, es seleccionar dos terapias para desarrollar con vistas a que den resultados a tres años. También recuerda que cuentan con una línea de financiación abierta de 292 millones euros hasta 2026.
Finalmente, Martín Carretero apunta a la continuidad de estas sinergias en un horizonte más allá del marcado por los Fondos de Recuperación europeos. "Si hacemos bien nuestro trabajo, podremos desarrollar nuevos programas compartidos", concluye.