Los hospitales son un foco de emisiones contaminantes que supera a la aviación comercial o al transporte marítimo, pero la tecnología se erige como aliada para alcanzar procesos más eficientes y con menor derroche. Esa es la conclusión de la conversación mantenido por Carlos Sisternas, consejero técnico de Fenin, y Adrián García, responsable del Departamento Corporativo de Equipamiento y Alta Tecnología de Quirónsalud, en la tercera jornada del V Simposio del Observatorio de la Sanidad de El Español e Invertia.
"La sostenibilidad significa tres cosas: medioambiente, entorno social y finanzas", ha destacado Sisternas en su intervención. La innovación en medioambiente, por ejemplo, se plasma en la iniciativa Ecodesign, que trata de minimizar el impacto de la producción de equipos complejos. Para la sociedad, prosigue, el impacto más preciso del diagnóstico temprano salva muchas vidas. En lo financiero, finalmente, se obtienen equipos más efectivos y con mayor capacidad de diagnóstico.
"Como compradores, tenemos la fuerza de exigir a los fabricantes un diseño sostenible", ha apuntado García, celebrando que los últimos equipos sanitarios de vanguardia ya empleen un 95-98% de materiales reciclables. Ha apuntado no obstante la problemática de una sociedad "cada vez más envejecida" en un sistema en el que hay "cada vez mayor presión asistencial". Hasta el año 2030 habrá déficit de médicos según los propios datos de Sanidad, señala, y hay que tratar pese a todo "a más pacientes y cada vez mejor".
Los hospitales son grandes generadores de gasto energético, confirma Sisternas, con muchos sistemas a enfriar, calentar, esterilizar... "Se ha mejorado mucho en eficiencia, los equipos cada vez consumen menos. Una operación de rodilla supone 9 kilos de residuos, por lo que todo el trabajo de reducción de tamaño contribuye a evitar el desperdicio. Todos debemos colaborar en esto", subraya, pidiendo la implicación de administradores, industria, profesionales y pacientes.
García ha comentado en este sentido que los equipos de última tecnología ya reducen en torno al 35% del consumo eléctrico, "un ahorro importante". Pero hay otros equipamientos como las centrales de esterilización que son "grandes consumidoras de agua", o los quirófanos que son "grandes generadores de residuos", como los gases anestésicos. Así, ha explicado que se están buscan alternativas en anestesia que contaminan 20 veces menos.
La conversación ha llevado a Sisternas a recordar que cuando él debutó, los laboratorios hospitalarios aún usaban tinciones. "Eso iba al aire libre. Era prehistoria total", valora. A día de hoy, aboga por medidas más preventivas que correctivas: "Evitar usar contaminantes más que reciclarlos. García destaca por su parte la importancia de la gestión de datos: determinar, en tiempo real, qué gases y flujos se utilizar, y reducir la huella de carbono o el gasto eléctrico.
Sisternas también plantea que la renovación genera equidad y mejora el diagnóstico, al sacar el mejor rendimiento de los datos que ofrece la máquina. Los fabricantes están bajo la presión, sin embargo, de eliminar productos en función de la legislación europea. "La industria ha hecho sus deberes, y la administración también", proclama, pero insta a la Unión Europea a "repensar" cómo ser más competitivos. Ha insistido en la importancia de "comprar por valor en lugar de por precio", más colaboración y medir los resultados.
García apunta que están reduciendo a cero el consumo de papel en sus centros sanitarios, en un cambio de mentalidad que elimina la receta física, y destaca la importancia de adelantarse a la normativa en sostenibilidad. El principal reto, valora, es el del uso de la inteligencia artificial para mejorar los diagnósticos. "Podemos hacer muchos más estudios de resonancia y con menor gasto energético, sin extender la jornada laboral de los profesionales", concluye.