La vida submarina: Natural Art Reef crea ecosistemas artificiales para rescatar la vida
- La sobrepesca, los microplásticos y la acidificación por absorción de Co2 son solo algunos de los retos a los que se enfrenta el mar.
- Más información: Un nuevo modelo de ciudad con la gestión hídrica, la tecnología y la arquitectura como ancla.
España es un país marino. Por tradición y por cultura el país vive mirando al Mediterráneo. Sin embargo, éste está amenazado por el cambio climático y la sobreexplotación. En el III Observatorio ODS celebrado en Valencia, una mesa redonda presentó los avances que se pueden tener a través de la tecnología para mejorarlo.
Dos representantes de Natural Art Reef Association (NAR), Irene Gonzalo Cruz, bióloga marina e Iranzu Ganuza, oceanógrafa. También estaba en la mesa la directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de BMW Group España, Pilar García, que ha colaborado con la asociación en los proyectos
NAR crea mediante la innovación y la tecnología arrecifes artificiales que crean un nuevo hábitat para las especies marinas. El proyecto estrella ha sido Biotop, en un punto de la costa de Tarragona a la altura de Torredembarra, que antes era un "desierto submarino".
Gracias a la construcción de una estructura de 90 metros, ancho 60 metros y 22 de altura, "Como un edificio de 4 plantas", según Gonzalo, la vida submarina ha vuelto a tener una vivienda
Este arrecife artificial ha necesitado 15 años de planificación y estudios para hacerse realidad. Gracias al apoyo y financiación también de BMW. Probando diferentes foros y materiales. Los arrecifes se crean naturalmente con la solidificación del carbono.
El proyecto se ha convertido en una plataforma multidisciplinaria que facilita estudios científicos y tecnológicos sobre la biodiversidad marina y la restauración ecológica. Ejemplo de ello es la limpieza mutualista entre el Pez Luna (Mola Mola) y la Chopa (Spondyliosoma cantharus). Este comportamiento, se ha documentado por primera vez en ‘El Biotop’.
Además, 'El Biotop' ha facilitado el estudio del mejillón, una especie que había disminuido drásticamente su presencia en la zona a lo largo de las últimas tres décadas. Gracias al material de la estructura y las condiciones ambientales vuelve a estar presente en la costa de Torredembarra.