Zaida Cantera, exdiputada del PSOE en el Congreso, y José Manuel García-Margallo, exministro de Exteriores y exeurodiputado del PP, han coincidido en señalar que la extrema derecha contribuye al cambio climático por su discurso negacionista. Así lo han manifestado ambos este jueves, durante la segunda jornada de la III edición del Observatorio de los ODS organizado por EL ESPAÑOL, Invertia y ENCLAVE ODS.
Para Margallo, la extrema derecha "manipula el discurso político". Primero dice que "no hay calentamiento" y luego lo admite a medias para afirmar que "el calentamiento no es consecuencia de la actuación humana, y citan las glaciaciones", cuando según datos científicos el planeta ya es un grado más caliente que en 1990, ha recordado el exministro.
Según Cantera, el auge de la extrema derecha en las instituciones europeas tiene un "impacto negativo" porque son grupos que "tienden a la fracturación y al aislacionismo y lo intentan justificar como una forma de protección de lo nacional", olvidando que vivimos en un "mundo global" donde las "coaliciones multilaterales con mismos principios y valores" son más necesarias que nunca.
La expolítica también ha destacado que la ultraderecha "utiliza las fake news" para dividir, sobre todo en materias como la inmigración. "Están en contra de la inmigración que podría dar un impulso a nuestra economía y sólo están a favor de la inmigración rica", ha lamentado.
"La extrema derecha es fundamentalmente nacionalista", ha afirmado, por su parte, Margallo. "El argumento de que la Agenda 2030 recorta soberanía es mentira, porque son orientaciones generales no vinculantes".
Europa, ¿competitiva?
Margallo y Cantera también confluyen en afirmar que Europa "no es competitiva". Para el primero, el Viejo Continente está en un "círculo vicioso" por falta de crecimiento económico, inversión e innovación. En este sentido, el exdirigente popular ha enumerado algunos de los problemas que, a su juicio, frenan ese camino hacia la competitividad: la baja natalidad y el envejecimiento de la población o las estructuras económicas obsoletas.
Cantera ha mencionado como dificultad la "alta dependencia de materias primas, cada vez mayor", sobre todo procedentes de Asia o Sudamérica. Por eso, pide abrir un debate para abordar un cambio en el modelo de consumo y reflexionar acerca de qué mercado quiere construir Europa. "Nuestra competitividad es dependiente y esa dependencia cada vez es mayor, y cada vez pagamos más caro".
Por eso, la expolítica socialista ha instado a Europa a mirar a "industrias futuribles" y no a "industrias pasadas" como la automoción. "Donde tenemos que estar es en la nueva revolución industrial, es decir, en el sector digital y tecnológico", ha reclamado Margallo.
La industria del futuro, según Margallo, consiste en desarrollar tecnologías limpias, que reduzcan las emisiones de CO2, que usen masivamente la Inteligencia Artificial y sean pioneras en investigación. A todo ello se suma la formación de los trabajadores, imprescindible para adaptarse a esa Europa que quiere convertirse en locomotora del cambio.