Si el PSOE tradicional, el presanchista, no fuese una abstracción, sino una entidad propia, su líder indiscutiblemente hoy por hoy sería Emiliano García-Page. El presidente de Castilla-La Mancha se ha convertido en un llanero solitario que le recuerda a su jefe de filas día sí y al otro también que los coqueteos que mantiene con los independentistas pueden ser necesarios para su supervivencia política, pero que no son provechosos para España, ni para el propio partido del que ambos forman parte.
Pero Page, que ha participado este martes en la segunda jornada de Wake Up, Spain!, evento organizado por EL ESPAÑOL, Invertia y Disruptores, con el patrocinio de EMT Madrid, EY, Microsoft, Oesía y Oracle, navega a lomos curiosa contradición. En Castilla-La Mancha se presenta a las elecciones y arrasa -es el único presidente regional del PSOE con mayoría absoluta-, se va a la Feria de Sevilla como hizo el pasado fin de semana y ciudadanos de toda clase y condición le fríen a abrazos y selfis, pero dentro del partido se siente solo, una rara avis.
Así lo desliza en los corrillos como los que ha protagonizado con empresarios y periodistas en la Casa de América madrileña, donde la entrevista que le ha hecho Esther Esteban ha sido muy seguida tanto presencialmente como de forma virtual. Cómo será la cosa que, en una de esas conversaciones sin micrófonos, el presidente y director de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez, le ha animado a ser "escudo anti drones" del PSOE. Cómo estarán las cosas internamente, que admiten un símil bélico.
Pero Page, también en petit comité, pone siempre el foco alumbrando hacia fuera de Ferraz, no hacia dentro. El presidente castellano-manchego insiste machaconamente, tanto en público como en privado, en dos ideas clave: que el independentismo seguirá con su chantaje al Estado hasta conseguir sus objetivos y que si aquellos que mandan en Madrid no abandonan el frentismo actual será imposible que el país avance tanto como debería.
En esa última tesis han ahondado algunos de los grandes empresarios que han coincidido con el dirigente castellano-manchego en Wake UP, Spain!, a los que se ha escuchado decir: "España está tirando económicamente por las empresas y sus trabajadores". Y, por lo que sea, no han considerado conveniente incorporar al Gobierno de España en la ecuación. Page, como réplica, arrima siempre el ascua a su sardina y recuerda que, mimando tanto a empresarios como a sindicatos, eso que se llama diálogo social, en Castilla-La Mancha ha bajado el paro un 52 % desde que empezó a gobernar allá por 2015 y que la región es puntera en crecimiento empresarial e inversión extranjera.
Y la receta la tiene clara: "En política, antes que ser de izquierdas o de derechas, hay que ser eficaz", le ha dicho a Esther Esteban, que cuando el presidente ha llegado a la Casa de América ha sido la primera en reparar en su nuevo corte de pelo, con los laterales de la cabeza ligeramente más rapados que la parte superior, como se lleva ahora. Luego, uno de sus colaboradores ha contado a los periodistas que Page, después de participar en una entrevista televisiva a primera hora de la mañana, se ha acercado a un conocido centro comercial de la Comunidad de Madrid a sanear su cabellera, lo que le ha permitido estrenar look en Wake Up Spain!
Más allá de su intervención pública, el evento le ha sido muy provechoso a Page, que ha mantenido una importante reunión con los máximos responsables en España de dos gigantes tecnológicos como Microsoft y Oracle. Le han acompañado dos de sus hombres fuertes en el Ejecutivo autonómico, el vicepresidente primero, José Luis Martínez Guijarro, y el consejero de Hacienda, Juan Alfonso Ruiz Molina. Están decididos en convertir a Castilla-La Mancha en una comunidad líder en producción de energías renovables y también en hub tecnológico de la mano de la inteligencia artificial, que consideran estratégica.
Page, costalero
Así se lo ha trasladado durante el almuerzo a Luis Furnells, presidente ejecutivo del Grupo Oesía, o a Andrés Guevara de la Vega, presidente de BP en España, que han compartido mantel no solo con Page, sino con otros empresarios como Alfonso Sánchez, director gerente de la EMT, y los máximos exponentes de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez y Cruz Sánchez de Lara, presidente y vicepresidenta, respectivamente; el consejero delegado Gregorio Marañón y la presidenta ejecutiva de EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM, Esther Esteban.
Unos y otros han intentado que Page respondiese a la pregunta del millón. ¿Llegado el caso dará el salto a la política nacional y aspirará a liderar el PSOE? Y, haciendo gala de su socarronería habitual, ha aprovechado que antes se había hablado de la Semana Santa para decir: "Yo lo que quiero es ser costalero, porque de Virgen tengo poco y tampoco quiero ser el Cristo crucificado". Que cada uno lo interprete como considere, pero él se mantiene firme en su posición: más gestión y menos cirios.