El mundo de la empresa ha vuelto a convertir la entrega de los premios Los Leones de EL ESPAÑOL en uno de los eventos del año. Un acto en el que se ha plasmado perfectamente la mezcla de sentimientos que, a día de hoy, reina en los despachos de gran parte de las compañías más importantes de nuestro país.
La alegría por ir recuperando poco a poco la normalidad se fundió con la cautela ante lo que pueda estar por venir en el ámbito sanitario y el temor a que la recuperación económica pueda descarrilar por toda la incertidumbre que hay en el horizonte. Temas que coparon buena parte de los corrillos iniciales, y de las conversaciones durante la cena de entrega de los premios.
Destacó la presencia de Isidro Fainé, presidente de la Fundación 'la Caixa', institución que recibió el Premio a la Solidaridad de esta edición. Junto a él acudieron Antonio Vila, director general de la Fundación 'la Caixa'; Sergi Loughney, su director de Relaciones Institucionales y Ventura Rebés, director de Relaciones Institucionales y Protocolo, que compartieron conversaciones a su llegada con el resto de galardonados.
A estos encuentros pronto se sumaron los otros grandes protagonistas del evento: los representantes de las compañías que han sido capaces de traernos las vacunas que están permitiéndonos recuperar ya muchas de las costumbres que perdimos en marzo de 2019.
Ricardo Suárez, presidente en España de AstraZeneca; Luis Díaz-Rubio, director general de Janssen; Juan Carlos Gil, director general de Moderna, y Sergio Rodríguez, presidente de Pfizer, recibieron el reconocimiento a su labor de manos del presidente de Farmaindustria, Juan López-Belmonte y de Antonio Huertas, presidente de Mapfre, quien no dudó en calificar a las empresas premiadas como "ángeles de la guarda".
Unos premios que se entregaron en el Teatro Real de Madrid y que contaron con el apoyo de Vodafone, y la colaboración de Endesa, Iberia, Mahou y Mapfre.
Muchos primeros espadas de la empresa española acompañaron a los galardonados en un día tan especial: Francisco Reynes, presidente de Naturgy, Pedro Díaz Yuste, CEO de Mapfre Savia; Federico Linares, presidente de EY; Lourdes López, directora general de Becton Dickinson; Eduardo Petrossi, CEO de Mahou San Miguely Eduardo Pastor, presidente de Cofares, compartieron confidencias durante la entrega de los premios.
Del mismo modo, Dionisio Martínez de Velasco, director general de Dräger, Margarita Alfonsel, secretaria general de Fenin; María Vila, directora general de Medtronic; Philippe Paul, director ejecutivo de Sham; Jaime de Jaraiz, presidente de LG Electronics España; Miguel Garrido, presidente de CEIM y José Antonio Llorente, presidente de Llorente y Cuenca, participaron de la celebración.
Sonrisas ante la incertidumbre
Las sonrisas y el alivio por ir recobrando, poco a poco, la normalidad perdida durante los meses más crudos de la pandemia, se fueron tornando en preocupación a medida que las charlas iban recogiendo las sensaciones que el actual momento económico desprende.
El precio de la luz se impuso en muchos de los corrillos como la antesala de unos meses venideros que, la opinión generalizada señala como "previsiblemente complejos".
Tanto es así que durante la cena alguno de los directivos destacaba que tiene serios problemas a la hora de plantear el presupuesto del año que viene ya que "la energía y los costes laborales van a suponer un incremento muy importante que resulta complejo cuantificar en este momento".
Entre bromas y risas se insistía en la importancia de ir anticipando las compras navideñas. El temor a que pueda haber desabastecimiento de algunos productos por el bloqueo de los puertos en China, Estados Unidos y Reino Unido es cada vez mayor. De hecho, algunos de los asistentes reconocía estar teniendo ya problemas para traer material para su compañía.
No sólo la falta de productos. También el encarecimiento de muchas materias primas fundamentales para la actividad económica y la escasez de componentes conforman gran parte de los escollos a combatir en el corto plazo según los asistentes. Un panorama para el que creen que "no se pueden esperar soluciones milagrosas en el corto plazo".
Con todo, cuando las miradas apuntaban a horizontes más lejanos volvía a aparecer el optimismo que caracteriza a los emprendedores. Así lo plasmó el consejero delegado de Vodafone, Colman Deegan, quien aprovechó la entrega del premio a los Valores Humanos a la embajada española en Kabul para atreverse, por primera vez, con el castellano. "Vivimos un momento de grandes cambios llenos de oportunidades en el que tenemos que lograr, entre todos, construir un mundo más sostenible".
Que los fondos europeos aceleren
Una idea, la de aprovechar la oportunidad, que casi se presenta como una obsesión para muchos de nuestros empresarios en estos momentos. La llegada de las primeras remesas de los fondos Next Generation genera un gran alivio que se torna en cierto sentimiento de impotencia ante la rigidez de los procesos administrativos, nacionales y comunitarios, que está marcando este primer desembarco de las ayudas.
Las conversaciones sobre el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia dieron paso al Elefante en la habitación de la noche: la reforma laboral. Preocupa la mera posibilidad de que el calendario proyectado para las ayudas europeas cambie o de que las remesas pactadas se reduzcan ante un potencial incumplimiento de uno de los compromisos nucleares marcados en el plan pactado entre el Gobierno y Bruselas.
Algunos se lamentaban de que no hubiera intención de buscar el acuerdo con la CEOE en el tema de la reforma laboral; pero también el que dentro del propio Gobierno no haya una postura clara sobre cuál debe ser el camino a seguir para lograr que el mercado de trabajo sea eficiente.
"Nos podrá gustar más o menos lo que propongan, pero que al menos sepamos cuál es el marco en el que nos vamos a mover en los próximos años", decía uno de los asistentes.
La evolución de indicadores como la inflación compromete un contexto ante el que el sentir generalizado de los empresarios está claro. La flexibilidad en el manejo de las plantillas será una herramienta clave. La "necesidad de certidumbres ante el modelo de reformas que se pretenden poner en marcha" se impuso como uno de los argumentos más repetidos.
En definitiva, un cocktail de sensaciones encontradas que marcarán la agenda de los próximos meses. Seguramente, la gravedad de lo vivido en el último año ayuda a que nadie quiera bajar la guardia. Lo que queda claro es que ganas de darle la vuelta a la situación y talento para hacerlo no van a faltar.
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