Marcaba el reloj de antaño, el de la madrileña Puerta del Sol, las 19:30 de la tarde. Se terminaba de desplegar la alfombra roja y empezaba la gala de entrega de premios de los Leones de EL ESPAÑOL, en la que también se celebraba el VII aniversario del periódico. Un año más. Y uno más, por supuesto, siendo ya el periódico más leído de España.
Entre gritos y pitos de un grupo de ciudadanos que portaban banderas republicanas y que festejaban la exhumación del general golpista Queipo de Llano, fueron llegando los centenares de invitados hasta la Real Casa de Correos, sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid.
En el popular kilómetro cero de la capital de España se dieron cita, por una vez, un nutrido grupo de personalidades ilustres del mundo de la política, la empresa, la cultura y la sociedad española. Desde José María Aznar, expresidente del Gobierno de España, hasta el afamado diseñador de moda Roberto Verino.
Ayuso y Albares
El Gobierno estuvo representado por Margarita Robles, ministra de Defensa y José Manuel Albares, ministro de Exteriores, que departió amistosamente durante la cena -entre el champagne y las uvas- con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ejerció de anfitriona.
La baronesa popular y el jefe de la diplomacia española se saludaron con un apretón de manos en el que escenificaron su buena relación.
Y en un intento de quedarse más con lo bueno que con lo malo del balance, según trasladan fuentes conocedoras de las conversaciones, repasaron con agrado algunos episodios de colaboración institucional, como la que se tejió para que Madrid lograra la declaración del Paseo de la Luz como Patrimonio de la Humanidad.
Testigo de la buena sintonía entre ambos dirigentes políticos fue Pedro J. Ramírez, presidente ejecutivo y director de EL ESPAÑOL. Aunque igualmente pudo testificarlo José Luis Martínez-Almeida, alcalde de la capital, que se sentó en la misma mesa.
Del principal partido político de la oposición estuvieron en el evento Cuca Gamarra, secretaria general; Elías Bendodo, coordinador general; Juan Bravo, vicesecretario económico; Pedro Rollán, vicesecretario de coordinación local y Carmen Navarro, de políticas sociales.
Tampoco faltaron a la cita los principales dirigentes de Ciudadanos: Inés Arrimadas, presidenta; Edmundo Bal, portavoz parlamentario, y Guillermo Díaz, portavoz adjunto. Ni empresarios como Florentino Pérez, presidente de ACS y del Real Madrid; Antonio Huertas, CEO de MAPFRE; Eduardo Petrossi, consejero delegado de Mahou-San Miguel o Colman Deegan, consejero delegado de Vodafone España.
Por último -y más relevante-, acudieron los laureados: las mujeres heroínas de la ciudad ucraniana de Azovstal, personificadas en Kateryna Polishchuk y Olha Andrianova, que recibieron el premio a la Solidaridad; Bernard-Henri Lévy, filósofo y escritor francés, premio a la Solidaridad; José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, premio a la Gestión Empresarial, y Carlo Ancelotti, entrenador del Real Madrid, premio al Deporte.
La emoción de Robles
El momento más emotivo de la noche llegó cuando la vicepresidenta de EL ESPAÑOL, Cruz Sánchez de Lara, con la voz entrecortada, hizo entrega del premio Solidaridad.
La ucraniana Kateryna, que estaba entre los combatientes que durante 82 días permanecieron atrincherados en los túneles de la planta siderúrgica de Azovstval, entonó uno de los cantos que la convirtieron en un símbolo de resistencia.
Entonces la titular de Defensa, en lo alto del escenario, tragó saliva y contuvo con esfuerzo las lágrimas. Lo hizo después de pronunciar uno de sus discursos más sentidos.
Mirando fijamente a las ucranianas, su voz de cristal se fundió en hierro para proclamar: "No estáis solas, creemos en vosotros. España estará siempre apoyando Ucrania. Todos en este momento somos Ucrania en su lucha por la paz y por la libertad", dijo despertando acalorados aplausos de todos los allí presentes.
Antes, Robles tuvo que hacer frente a más de una pregunta indiscreta. "¿Quién será el candidato o candidata del PSOE al Ayuntamiento de Madrid?", le repetían una y otra vez. "No lo sé, no lo sé", respondía ella misteriosamente.
La X del PSOE
En este caso todo apunta a que no hay Sr. X en la ecuación. Sino Sra. Y forma parte del Consejo de Ministros. ¿Será Reyes Maroto, ministra de Industria; o Pilar Llop, de Justicia?
Descartado queda, desde luego, el afamado presentador televisivo Jorge Javier Vázquez, a quien más de un histórico dirigente socialista ya ha reconocido que no votaría, porque "sería una falta de respeto".
Aunque en el PSOE todavía no han descartado recurrir al nombre de su programa, Sálvame, como eslogan de campaña para las municipales en la capital.
Por su ausencia brillaron la responsable de la cartera de Justicia y, en consecuencia, las conversaciones sobre el bloqueo en el CGPJ. Apenas una semana después de que el pacto entre Gobierno y PP estallara por los aires a cuenta de la sedición, el asunto cayó en el olvido.
Quizá porque los presidentes autonómicos del PP apretaron tan fuerte a Feijóo para que zanjara la negociación que ya no hay vuelta atrás. "Yo no lo veo, yo no lo veo", le transmitieron algunos de sus barones.
La traición de Almeida
El acuerdo, en este caso, sería impensable para aquellos en el PP que acusan a Pedro Sánchez de traicionar a España por pactar con partidos independentistas, como Bildu y ERC.
Aunque para traición la de Almeida, que se despojó por segundos de los colores rojiblancos para entregar el premio a Ancelotti. Y sino que se lo digan al adjunto al director de EL ESPAÑOL, Fernando Garea.
De pasada se comentaron las últimas encuestas, que apuntan un descenso del "efecto Feijóo" y una ligera remontada de Sánchez. "Que no nos va mal, que os empeñáis en decir que habrá otro gobierno y no va a ser así", defendían desde Moncloa.
Por contra, "Feijóo todavía tiene que bajar un poco más, para luego subir como seguro que va a ocurrir", argumentaban desde su equipo con tranquilidad.
Cinco minutos quedaban para la cuenta atrás. Y en el tintero, al filo de las campanadas, también se quedaron muchas incógnitas. Como el contenido de la larga conversación que mantuvieron Elías Bendodo e Inés Arrimadas, codo con codo durante la cena.
¿Consiguió convencer el número tres del PP a la presidenta naranja de la idoneidad de elaborar listas conjuntas en algunos territorios? "Así, en vez de un millón, pueden ser dos", defendió, quizá, el exconsejero de Presidencia andaluz.