El presidente ejecutivo de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez ha dado el pistoletazo de salida al I Foro Económico Español 'La Andalucía pos-Covid' -cita que se celebra del 15 al 17 de junio en la Fundación Cajasol Sevilla y que organizan EL ESPAÑOL e Invertia- poniendo el acento en la colaboración entre administraciones y empresas como el mejor antídoto para salir de la crisis. Éste es su discurso íntegro.
"Hay una frase que el presidente de la Junta de Andalucía, que hoy vuelve a honrarnos con su presencia, pronunció hace dos meses en nuestro Wake Up, Spain que no deja de rondarme la cabeza: “O aprovechamos los dos próximos años o lo vamos a lamentar las próximas dos décadas”.
Wake Up, Spain!, considerado ya como el primer Davos español, fue una llamada a la acción, una plataforma de encuentro y un ámbito de tregua política, encaminada a la recuperación de nuestra economía. Fue un soplo de optimismo para una sociedad más necesitada que nunca de impulsos positivos.
Ojalá pueda decirse lo mismo cuando se haga balance de estas jornadas que iniciamos hoy sobre la recuperación en Andalucía. O mejor aun, ojalá pueda constatarse que los dos meses transcurridos desde entonces han supuesto avances significativos, a través de las dos palancas que tienen que contribuir a sacarnos del hoyo al que nos arrojó la pandemia.
Antes de referirme a ellas quiero dar las gracias a todos los ponentes y patrocinadores de este encuentro. Como he dicho, gracias a Cajasol la fundación puntera en la promoción de la actividad cultural y empresarial en Andalucía.
Hay nuevas variantes, reinfecciones y múltiples contagios entre los jóvenes y los más despreocupados
Pero también de forma especial a EY, la líder mundial en consultoría, encabezada en España por un gaditano como Federico Linares, y especializada en el asesoramiento sobre Fondos Europeos. Ayer he leído su magnífico informe “Perspectiva Andalucía” y he encontrado en sus páginas la mejor motivación para afrontar con entusiasmo estas jornadas.
Muchas gracias también a la Junta de Andalucía, a los ayuntamientos, a las demás instituciones involucradas, al ministro de Administración Territorial Miquel Iceta que clausurará el simposio y a todas las empresas que han acudido esta especie de Estados Generales de la economía andaluza.
Hablemos ahora de las dos grandes propulsores de la recuperación. Me refiero por un lado a la vacunación, fruto de una alianza sin precedentes entre la ciencia, la industria y la política que está dando resultados en un tiempo récord para honra de nuestra civilización.
En este ámbito podéis estar orgullosos de lo que estáis haciendo en Andalucía pues sois la comunidad que más dosis ha inoculado, casi seis millones, a un ritmo ahora de casi 140.000 al día y con más del 30% de la población con la pauta completa. El que esta semana se cite ya a menores de 40 años indica que tenéis la inmunización de grupo a dos meses vista, lo cual puede ser clave para la temporada turística.
Esto no significa ni mucho menos que la Covid haya sido aún vencida. Hay nuevas variantes, reinfecciones y múltiples contagios entre los jóvenes y los más despreocupados. Hasta que la incidencia acumulada no baje a la tercera o incluso la cuarta parte de la actual, no podréis, no podremos cantar victoria. Pero en todo caso la tendencia es alentadoramente positiva. Este partido contra el virus lo vamos a ganar.
Nos toca, en cambio, ser de entrada más cautos respecto a la segunda gran palanca de debe ayudarnos a despertar de la pesadilla
Nos toca, en cambio, ser de entrada más cautos respecto a la segunda gran palanca de debe ayudarnos a despertar de la pesadilla. Estoy hablando, claro, de los Fondos Europeos Next Generation que el Gobierno de España ya ha solicitado formalmente a través del plan que presentó a Bruselas a final de abril y que la Comisión está terminando de examinar.
Justo cuando el proyecto europeo parecía languidecer, tras la mutilación del bréxit y el auge de los populismos. Justo cuando el euroescepticismo abonaba esa cierta “sensación de final” de la que hablaba Steiner, el trauma de la pandemia ha despertado el genio de la solidaridad en pos de la salvación colectiva.
Ya he dicho más de una vez que el banderín del Séptimo de Caballería que acude a nuestro rescate lleva grabadas las estrellas de la Unión Europea y eso no deberíamos olvidarlo nunca.
Cuestión distinta es la del aterrizaje, la gobernanza y los criterios de distribución de esos fondos. Nadie discute que los cuatro grandes pilares del plan del Gobierno -la digitalización, la transformación energética, la cohesión territorial y la igualdad basada en la formación- son los vectores adecuados para el progreso, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la ONU, a los que todos debemos aferrarnos.
Pero ha llegado la hora de pasar de la declamación retórica a la ejecución práctica y me temo que en estos dos últimos meses apenas si se ha despejado la bruma de la incertidumbre que envuelve todo el proyecto.
Las empresas siguen sumidas en un mar de interrogantes mientras sus cuentas de resultados se deterioran a falta de ayudas directas
Por desgracia, Gobierno y oposición no se han puesto de acuerdo en la forma de gestionar los fondos y ese va a ser un pecado original que vamos a tener que arrastrar. Pero tampoco parece que muchas de las dudas planteadas tanto por las autonomías como por los ayuntamientos o los propios agentes sociales estén encontrando suficiente respuesta.
Las empresas siguen sumidas en un mar de interrogantes mientras sus cuentas de resultados se deterioran a falta de ayudas directas -España es uno de los países de la UE que menos ha invertido en este concepto- y a pesar del alivio de los ERTE.
Me parece imprescindible que esas empresas, especialmente las pymes, encuentren, cuanto antes, la interlocución necesaria en las administraciones más próximas. Urge por un lado concretar los procedimientos y por el otro trabar una red de complicidades políticas que garantice la colaboración en este empeño colectivo.
Por eso esta semana puede ser decisiva porque mañana el presidente Sánchez recibirá a la presidenta de la Comisión Úrsula Von der Layen quien, todo indica que le dirá que hemos aprobado el primer examen y que España puede recibir antes de fin de año hasta 21.000 de los 70.000 millones prometidos en ayudas directas.
Veinticuatro horas después, el jueves, Sanchez se reunirá con el presidente de la Junta de Andalucía. Es un encuentro que en mi opinión tiene una extraordinaria importancia. Tanto en sí mismo, como en la medida en que puede servir de precedente a otras citas equivalentes con autonomías gobernadas por el Partido Popular.
La Junta de Andalucía llega a ese encuentro con importantes credenciales, logros y proyectos en marcha
Es imprescindible que los acuerdos que no se han conseguido en la cima de un Pacto de Estado, se plasmen transversalmente en cada entidad territorial. Tanto en lo que se refiere a los Fondos Next Generation como a problemas estructurales del calado de la reforma del modelo de financiación autonómica.
La Junta de Andalucía llega a ese encuentro con importantes credenciales, logros y proyectos en marcha. Rompiendo muchos tópicos, Andalucía es ya la comunidad con más autónomos de España. El pasado mes de marzo la Junta también batió el récord de ayudas directas a los sectores más castigados por la pandemia, al inyectar 732 millones en el tejido productivo.
Y pocos proyectos responden tan fielmente al espíritu de nuestro Wake Up, como el plan “Andalucía en marcha” que movilizará 3.500 millones en tres años, dando prioridad a las infraestructuras vinculadas al transporte, la salud o la educación.
La Agencia Digital Andaluza que presentó Moreno Bonilla en Wake Up puede tener en ese contexto un papel dinamizador clave para intentar convertir Andalucía en una especie de gran base tecnológica del sur de Europa, con las energías renovables, el turismo, el sector aeroespacial o el sector agroalimentario como grandes puntos de apoyo.
Es pronto para adelantar acontecimientos pero al menos media docena de los llamados PERTE, esos Proyectos de Especial Relevancia que servirán de tractores del cambio de modelo económico pueden pasar por Andalucía.
De la mano de los fondos Next Generation puede llegar así la gran oportunidad de estrechar la brecha que desde el punto de vista de la renta per cápita sigue separando a Andalucía de las medias española y europea.
Es evidente que el protagonismo final debe corresponder al mundo empresarial
Es evidente que el protagonismo final debe corresponder al mundo empresarial y por eso es tan relevante que compañías de características tan variadas y sectores tan diferentes como Bayer, Airbus, Amazon, Pastas Gallo, Rovi, Vodafone o Tesla, pero también Konecta, Ebrofoods, Migasa, Cosentino, Tendam, Insur, Magtel, Sacyr, Urbaser, Quirón, Alsa o Fertiveria estén desarrollándose en Andalucía.
Este no es un foro político y por lo tanto nada diré del desenlace de las primarias del PSOE, más allá de felicitar al ganador, ni de las escaramuzas de los partidos que apoyan a la Junta de Moreno Bonilla y su equipo. Tampoco seré yo quien abunde en especulaciones sobre el calendario electoral.
Pero creo que nada convendría tanto a España y a Andalucía como que, después de este primer semestre con elecciones anticipadas en Cataluña y Madrid, entráramos en una etapa de estabilidad, sin contiendas en las urnas, que nos diera al menos año y medio de respiro para concentrarnos en la gran prioridad de la recuperación económica.
Es verdad que existen grandes desacuerdos entre el Gobierno y la oposición, entre el PSOE y el PP, y eso provoca enconamiento y malos modos en la vida pública. Los medios podemos echar más leña al fuego o propiciar la distensión y los consensos. EL ESPAÑOL e Invertia apostamos por lo segundo y, tal vez por eso, conectamos con el talante de la mayoría silenciosa y, a pesar de que sólo tenemos un lustro de vida, somos uno de los tres primeros diarios nacionales y el segundo más leído en Andalucía.
Como dije en Wake Up, ante el presidente Sánchez, todas las autoridades deben ser objeto de crítica y escrutinio, pero también merecen apoyo y comprensión cuando luchan a brazo partido contra una pandemia. Y eso es lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo.
Los Fondos Europeos deben ser un estimulante que movilice nuestras energías, para dotarnos de mejor capital humano y mayor competitividad
En el caso de la Junta de Andalucía nos encontramos ante un Gobierno fruto de un cambio histórico, al cabo de casi cuatro décadas de poder socialista, que vio truncados sus planes por la Covid, apenas un año después de iniciada su andadura.
A pesar de ello ha sacado adelante tres presupuestos y ha mantenido su valiente política de reducción de impuestos para devolver recursos a los ciudadanos.
Si se hacen bien las cosas, si las administraciones rivales cooperan en lugar de ponerse palos en las ruedas, Andalucía puede ser una de las comunidades que lidere la reactivación en “V” que podría llevarnos a altas tasas de crecimiento en el segundo semestre de este año y en todo el 2022.
Son esos dos años decisivos que, como dijo el presidente de la Junta, no podemos desaprovechar. No sólo para cambiar la tendencia de la economía, sino para transformarla con profundas reformas estructurales.
Los Fondos Europeos no pueden ser un narcótico que nos lleve sedados a la mesa de operaciones para que, a falta de buenos cirujanos, cuando llegue la hora del ajuste fiscal -que llegará porque la UE nos lo exigirá- salgamos igual o peor de lo que estábamos. Eso es lo que tendríamos que lamentar al menos durante veinte años, en los que la próxima generación pagaría amargamente la torpeza de la actual.
No, los Fondos Europeos deben ser un estimulante que movilice nuestras energías, para dotarnos de mejor capital humano y mayor competitividad, para que el ciclo de crecimiento no se interrumpa en 2023 o 2024 y no sólo podamos pagar nuestras deudas, sino incrementar el bienestar y la protección social de los ciudadanos.
Eso es lo que proponemos para España. Eso es lo que deseamos para Andalucía. Eso es lo que podemos conseguir si nos despertamos juntos".
*** Discurso inaugural de Pedro J. Ramírez en el I Foro Económico Español 'La Andalucía pos-Covid'.