La recuperación del tejido empresarial andaluz pasa, según representantes del sector financiero, por aumentar el tamaño de las empresas de la región. Ese mayor valor de las compañías de Andalucía implicaría una dinamización de la economía y una mejora en el empleo y la riqueza.
En el desarrollo de la segunda jornada del l Foro Económico Español 'La Andalucía pos-Covid' en la Fundación Cajasol Sevilla, cita que organizan EL ESPAÑOL e Invertia, los empresarios han reflexionado sobre la salud del sector financiero andaluz.
Moderada por Luis Rosales, socio de EY, esta mesa redonda ha servido para conocer cómo han afrontado las empresas andaluzas la crisis provocada por la pandemia. Han participado José María Vera, director general de Garántia SGR, Eduardo Rodríguez, director de la red comercial de Caja Rural del Sur, y Antonio Gallego, director general de Migasa.
Así, José María Vera, director general de Garántia, ha destacado el papel de su organización en el ecosistema empresarial de Andalucía: "Somos un instrumento de colaboración público-privada que ayuda a llevar la financiación a los eslabones más débiles de la cadena", ha afirmado.
Andalucía es, por primera vez, la comunidad autónoma con mayor número de autónomos en activo. Esta es una oportunidad que, según Vera, "hay que aprovechar por el alto emprendimiento. Es el momento de buscar la madurez de las empresas andaluzas". Es el tamaño de las compañías lo que "condiciona el acceso al crédito", por lo que el aval de Garántia "ayuda a autónomos y pymes a buscar las mejores condiciones de financiación".
Para Vera, el factor del tamaño es el principal obstáculo con el que se encuentra el tejido andaluz. En ese sentido, ha destacado que "el sector servicios se ha visto mucho más tocado en esta crisis", aunque, por otro lado, "el sector industrial y el agroalimentario han sido motores en esta crisis".
Por otro lado, Eduardo Rodríguez Mejías, director de la red comercial de Caja Rural del Sur, ha reivindicado el papel que juegan las cajas rurales, así como su influencia y capilaridad en los municipios menos poblados: "Durante la pandemia hemos mantenido nuestras 320 oficinas abiertas. Estamos luchando contra la desbancalización" en las zonas más despobladas.
La Covid-19 ha hecho que las cajas rurales hayan tenido que modificar su forma de actuar: "Nos hemos adaptado al terreno en el que trabajamos". En el caso de Caja Rural del Sur, ha financiado más de 2.200 millones de los que 1.500 han ido dirigidos exclusivamente a pymes y autónomos.
Además, Rodríguez Mejías, ha pedido que se reduzcan "las trabas administrativas" para agilizar los procesos que permitan que los recursos lleguen de forma directa y rápida a los beneficiarios.
En ese sentido ha abundado Antonio Gallego, director general de Migasa. En referencia a los fondos de la UE, ha aclarado que "es bueno que venga dinero", pero eso no debe ser un obstáculo a la inversión: "¿Cuántas inversiones se están retrasando por esperar a la llegada de los Next Generation?".
Gallego también ha recordado que la educación en el emprendimiento es un vector de dinamización de la economía: "Es necesario inculcar esos valores en las futuras generaciones", para que entiendan que la generación de riqueza para la comunidad es una de las garantías de sostenibilidad.
Por último, Gallego ha destacado que Migasa está actualmente en "muy buenos niveles de facturación", por encima de los 1.000 millones de euros. Cuenta con más de 1.200 empleados y su solvencia tiene que ver con la tradición de una empresa familiar y "conservadora". "Tenemos claro que lo que ganamos hay que reinvertirlo para garantizar y dar seguridad a nuestros clientes, los agricultores".