Buenos días a todos, tanto a los presentes como a esas docenas de miles de personas que ya siguen este acto por streaming a través de las webs del Diario de Avisos, EL ESPAÑOL e Invertia.
Hace un mes organizamos Wake Up, Spain! El Davos español. Fue una llamada a la acción, una plataforma de encuentro, un ámbito de tregua al servicio de esa acción encaminada a la reconstrucción de la economía. Fue un soplo de optimismo para una sociedad necesitada como nunca de impulsos y vibraciones positivas.
Dos palancas hicieron posible ese espíritu. Por un lado, la vacunación fruto de la alianza entre la ciencia, la industria y la política. Un triunfo en tiempo récord de nuestra civilización.
Por el otro, los Fondos Europeos Next Generation porque el banderín del Séptimo de Caballería que acude al rescate lleva grabadas las estrellas de la UE. Justo cuando el proyecto europeo languidecía tras el brexit y en pleno auge de los populismos, bajo esa paradójica "sensación de final" que Steiner toma prestada de la filosofía de Hegel, el trauma de la pandemia ha despertado el genio de la solidaridad en pos de la salvación colectiva.
Con el mismo espíritu de Wake Up!, abrimos este simposio sobre el futuro de Canarias tras la Covid. Con la peculiaridad de que además de la aportación de EL ESPAÑOL e Invertia contamos también con la implicación de nuestro socio, amigo, compañero de viaje y hermano mayor que es el Diario de Avisos. Para mi es un honor hablar esta mañana también en su nombre.
Además hacía tiempo que esperaba esta ocasión para darle las gracias a Lucas Fernández, periodista vocacional y editor ejemplar, productor de prestigio internacional, impulsor polifacético de iniciativas culturales y sociales. Gracias, Lucas, por todo lo que vienes aportando al proyecto de EL ESPAÑOL como accionista que empuja a la acción y consejero que produce sabios y estimulantes consejos. Para nosotros es un lujo tenerlo cerca pero creo que también lo es para la sociedad canaria. Una vez más estas islas han sido afortunadas por el hecho de que su periódico decano haya caído bajo su tutela y se aproveche de su inagotable fuerza creativa.
Quiero dar también las gracias a todas las instituciones que han hecho posible esta iniciativa con su participación y apoyo, al ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, a la Asociación de Municipios Turísticos, a los cabildos insulares y muy especialmente al Gobierno de Canarias aquí representado por su presidente Ángel Víctor Torres. También a los demás patrocinadores y ponentes.
Como dije en Wake Up, ante el presidente del Gobierno, todas las autoridades deben ser objeto de crítica y escrutinio pero también merecen apoyo y comprensión cuando luchan a brazo partido contra una calamidad como la pandemia. Y esa denodada entrega no está en duda.
El caso del presidente de Canarias me recuerda en cierto modo al de Salvador Illa. Un filósofo y un filólogo obligados a afrontar una crisis sanitaria con implicaciones de toda índole, inimaginable cuando tomaron posesión de sus cargos.
Todos sabemos que en Canarias se había producido un cambio político tras un cuarto de siglo de gobiernos presididos por Coalición Canaria. Seguro que Ángel Víctor Torres y su equipo tenían planes y proyectos que se vieron truncados por una calamidad que para Canarias resultaba doblemente fatídica.
La caída del PIB superior al 20% en 2020, el doble que la media nacional, por su altísima dependencia del turismo, lo dice todo. Nada menos que 9.000 millones de recorte de riqueza en un salto de 15 años hacia atrás.
Canarias es lo suficientemente importante para el conjunto de España como para no que no podamos quedarnos cruzados de brazos ante esta situación límite que ha disparado el paro hasta el 25%, 10 puntos más que la ya de por sí insoportable media nacional. Es imposible no preocuparse hondamente al escuchar testimonios sobre la desolación que cunde en lugares como el sur de esta propia isla de Tenerife.
Canarias se ha jugado, se sigue jugando, su propia viabilidad como sociedad próspera y desarrollada y al organizar aquí este simposio queremos deciros que el conjunto de los españoles somos conscientes de ello y que desde EL ESPAÑOL queremos contribuir a impulsar que esa conciencia se traduzca en hechos concretos. No somos los únicos que nos damos cuenta de esa urgente necesidad.
La mejor prueba de ello es la presencia aquí esta mañana de la ministra de Industria, Comercio y Turismo Reyes Maroto, de cuyo departamento dependen resortes clave para la recuperación de la economía canaria y está teniendo ya un papel determinante en la gobernanza y canalización de los Fondos Europeos.
En Canarias ya habéis sentido la cercanía de Reyes Maroto y eso mismo pueden decir otras comunidades como Andalucía o Baleares en las que el turismo vertebra también su economía. Debo decir que en los peores momentos de la pandemia Reyes Maroto y su equipo han ayudado a mantener la limitada actividad que permitían las circunstancias. La recuerdo el verano pasado en Estepona transmitiendo el mensaje de que había que defenderse tanto del virus como del miedo al miedo.
Nadie podrá negar que es una ministra que está en primera y da la cara por los sectores de su competencia. En cuanto ha sido posible se ha puesto a la cabeza de la pugna por regresar a la normalidad.
El tiempo le ha dado la razón al promover que Semana Santa debía suponer el reinicio del turismo interior. Sus palabras de entonces fueron debatidas y criticadas pero ella las condicionó siempre con las "condiciones sanitarias". Topó con las restricciones a la movilidad pero su apuesta era la apuesta por la vacunación y esa apuesta está dando resultados cada día más palpables y alentadores.
Con las debidas cautelas, todos vemos ya la salida de la crisis aunque queda por determinar cuando se producirá y con cuanta fuerza. Es evidente que en el caso del sector turístico se requieren medidas de choque doblemente poderosas para reactivarlo pues al menos ha sufrido el doble que el conjunto de la economía. En Wake Up, Spain! se habló de créditos con largas moratorias y de otros caminos similares que deberían ser explorados.
Me parece justo que Canarias vaya a ser la Comunidad más favorecida por el reparto de esos 7.000 millones en ayudas directas a las empresas que el Gobierno va a canalizar a través de las autonomías. Hay que subrayar que, según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, AiRef, España es uno de los países europeos que menos porcentaje de su PIB ha dedicado a estas ayudas y más ha tardado en hacerlo.
En todo caso es un reto para el Gobierno de Ángel Víctor Torres demostrar que es capaz de aplicar esos 1.144 millones, amén de los otros tantos ya recibidos para combatir la pandemia, con la celeridad y eficacia que requiere la situación. Está en sus manos vaciar de sentido a quienes han criticado que se haya recurrido a la intermediación autonómica.
Su desafío no es sólo tapar vías de agua entre los grandes actores del sector turístico sino llegar también a esa interminable retahíla de pymes viables en apuros, entre las que Ana Botín puso como ejemplo en Wake Up a una empresa admirable y a emblemática como Lavanderías Romeral.
Y más allá de esas urgencias, tanto esa inyección financiera como sobre todo las que se deriven de los Fondos Next Generation deberían orientarse a diversificar una economía como la canaria casi exclusivamente orientada hacia el monocultivo del turismo. No es porque Lucas Fernández esté delante pero qué gran oportunidad tiene Canarias de, por ejemplo convertirse en un gran hub mundial de producción cinematográfica para las grandes plataformas. O de aprovechar las oportunidades de la digitalización y la deslocalización física de tantos trabajos.
Esta fue una de las principales conclusiones de nuestro Wake Up: además de un alivio para el corto plazo, el Plan que el Gobierno ha enviado hace dos semanas a Bruselas representa una oportunidad única para introducir reformas y cambios estructurales. Eso es aplicable a la economía española en general y a la de las Islas Canarias en particular. Eso es lo que vamos a analizar aquí durante estas dos jornadas.
El programa incluye aspectos específicos que os afectan por vuestra condición insular y ultraperiférica pero en la mayoría de los casos se trata de cómo adaptar esos grandes objetivos que son la Digitalización, la Sostenibilidad, la Cohesión Social y Territorial y la Igualdad basada en la Formación a la realidad canaria.
Hay un consenso universal en que esas palancas, estrechamente vinculadas con la agenda 2030, son las que pueden hacer progresar y prosperar a la humanidad.
Tenemos la suerte de contar con ponentes de gran nivel. Entre los que se han desplazado desde la Península no quiero dejar de mencionar a Beatriz Corredor, la presidenta de Red Eléctrica, que tanto tiene que decir sobre la transformación del modelo energético de Canarias en base a la gestión inteligente de la producción, almacenamiento y distribución de las energías renovables.
Las empresas energéticas tienen la palabra y escucharemos con atención a Endesa, tan implicada en la realidad canaria, pero las inversiones de Red Eléctrica van a ser claves, incluidas las que pueda hacer a través de Hispasat para proporcionar conectividad a los lugares en los que no llega la fibra.
Beatriz fue una de las ponentes que más impacto causó en nuestro Wake Up y sin duda una de las personas con una visión más integral de la interconexión de los cuatro pilares del Plan del Gobierno.
Tampoco quiero dejar de referirme al doctor Juan Abarca, presidente del IDIS y de HM Hospitales, consejero de El ESPAÑOL e incansable impulsor de la colaboración público privada en el sector sanitario, ni a los consejeros delegados de Urbaser y Sacyr Servicios.
Pero junto a ellos, tenemos especiales ganas de escucharos a vosotros, los ponentes que vais a ilustrarnos de la situación de Canarias con ojos canarios. Vosotros tenéis la perspectiva diaria de vivir in situ los problemas de Canarias. Vosotros vais a ser los mejores paladines de vuestra causa. Y para nosotros va a ser, está siendo ya a través de esta retransmisión en streaming, un motivo de satisfacción el hacer llegar vuestra voz al conjunto de España.
Es evidente que Canarias necesita una recuperación en V más rotunda y enérgica que la del resto de España, pues su caída ha sido más dramática y profunda. Con una incidencia acumulada de la Covid inferior a 90, una de las más bajas de España, se dan ya las condiciones para activar todos los mecanismos previstos por el gobierno y las autoridades europeas.
El proyecto es apasionante. Por una vez las "audacias del alma", cito de nuevo a Steiner, que configuran los valores europeos se han traducido en un mecanismo de endeudamiento colectivo que inevitablemente nos conduce hacia los Estados Unidos de Europa.
Que un territorio ultraperiférico como Canarias sea parte indisociable de ese plan es la mejor prueba de que la civilización humana no está constreñida por los límites materiales de la geografía sino por los de su diligencia y fuerza de voluntad.
Como escribió hace cinco siglos John Donne, "ninguna persona es una isla separada, cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo. Si el mar se lleva una porción de tierra toda Europa queda disminuida". Nunca esos versos han estado tan vigentes.
Bruselas y Madrid tienen que demostrar ahora a Canarias que esas "audacias del alma" se traducen en realidades contantes y sonantes con eficacia y rapidez. Por eso nuestro llamamiemto es uno solo: Wake Up, Bruselas, Wake Up, Spain, Wake Up, Canarias. Despertémonos juntos.