Santiago Lafuente, presidente de Aqualia España, ha subrayado que "el Covid-19 nos ha demostrado que el sector del agua es muy resiliente" y que además tiene "unas tarifas muy bajas y unos consumos controlados en relación a Europa". Durante su intervención en el II Foro Económico Español 'Logros y Desafíos', el máximo responsable nacional de Aqualia ha considerado que es "bueno" que "por fin se hable de agua en España" en la misma proporción que se ha hablado de "telefonía o electricidad" en otras etapas.
Respecto al precio del agua, ha recordado que "las tarifas las marcan los ayuntamientos, nos los operadores" y ha explicado que en España "1.000 litros de agua cuestan 2,2 euros" lo que se traduce en que "el precio de una garrafa de cinco litros de agua del grifo sea de un céntimo". Lafuente ha citado un estudio de la Universidad de Zaragoza cuyos resultados han demostrado que "el esfuerzo de un español para pagar su factura de el agua urbana es un 29% menor en relación a su renta respecto al resto de Europa" cuando en telefonía o electricidad, "se sitúa en un 23% o 15% por encima".
La clave de que el agua sea tan barata en España radica, según el director de Aqualia España, en el "déficit en inversión para mantener infraestructuras como redes de agua o las primeras generaciones dle parque depuradoras" que ha calculado en 2.500 millones de euros.
Una de las claves por las que pasa el futuro de la gestión del agua en España es el PERTE de la digitalización del sector. En este sentido, ha explicado que el objetivo es "que la igualdad se produzca desde la tecnología" con un "proyecto muy integrador del territorio".
"Tenemos tecnología para predecir fugas antes de que se produzcan, avisar a un ciudadano que tiene un consumo de agua excesivo o detectar que la casa de una persona mayor no está consumiendo agua y a partir de ahí llamar al 112", ha afirmado para terminar subrayando que la clave estará en "tener inteligencia para gestionar esos datos".
Por último, Lafuente también se ha referido a los planes hidrológicos del tercer ciclo aprobados recientemente por el Consejo de Ministros y que entre otros efectos prevé una reducción del trasvase Tajo-Segura. Bajo su punto de vista, ha asegurado que "tenemos que ser capaces de vivir con los recursos que tenemos" y que además "están en reducción". Por eso, ha abogado por "un pacto nacional a diez años vista en el que se produzca un mix de agua desalada, reutilizada y trasvasada con precios reales y medios" puesto que las soluciones instantáneas "nos llevan a la confrontación".