La digitalización se ha consagrado como una de las mejores herramientas que tiene a disposición la sanidad; un proceso que la pandemia por Covid-19 inevitablemente ha acelerado. Sin embargo, la transformación del sistema de asistencia sanitaria también trae consigo una serie de riesgos, especialmente en los núcleos rurales. Así lo ha puesto de manifiesto Jesús Fernández Sanz, consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, en el II Foro Económico de Castilla-La Mancha 'Logros y desafíos'.
El consejero ha destacado la importancia del 'cara a cara' en el ámbito de la sanidad, por lo que ha defendido que la digitalización siempre tiene que ser algo complementario. "No se puede restar importancia a poder sentir al paciente y mirarle a las ojos. Soy un gran defensor de la digitalización, pero sin perder el resto de acciones innatas en nuestra profesión", ha comenzado Fernández Sanz.
En esta digitalización sanitaria, la teleconsulta ha sido uno de los procesos que se ha normalizado con la experiencia del coronavirus. El siguiente paso en esta revolución es la videoconsulta. Pero, según Raúl Calvo, secretario general del Colegio de Médicos de Toledo (COMT), los gestores tienen que prestar atención a la brecha digital y "no dejar a nadie fuera" en este proceso.
"Estamos en un proceso de digitalización y el esfuerzo que se está realizando es importante. Castilla-La Mancha es una comunidad extensa y poco poblada, por lo que es complicado buscar vías de comunicación con gente que nos queda lejas", ha explicado el médico, instando a dedicar recursos a la gente que más lo necesita: "No hay que olvidar al medio rural, a las pequeñas poblaciones y a las personas mayores".
Como médico en dos poblaciones con menos de 1.000 habitantes, Calvo ha defendido que la relación médico-paciente es "un bien de la humanidad". "No podemos perderla y es uno de los peligros de una digitalización desaforada", ha continuado. El facultativo ha subrayado que, en esta transformación digital, se corre un riesgo muy importante: "Convertir la sanidad pública en una especia de red social sanitaria, de acceso inminente e ilimitado".
Javier Jimeno, secretario del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Castilla-La Mancha, ha incidido en la "gran transformación tecnológica" que ha sufrido el territorio, así como en el impulso que se ha dado a la tarjeta electrónica, "pionera en cuanto a calidad". "Aún así, podemos avanzar más. Estamos todavía en la línea de teléfono para comunicarnos desde la oficina de farmacia con los consultorios; aún hay una brecha", ha asegurado.
Esta rápida digitalización se ha hecho sentir en las universidades, en las que se pelea por que el estudiante salga formado en entornos rurales. Por ello, explica Alino Martínez Marcos, vicerrector de Ciencias de la Salud de la Universidad de Castilla-La Mancha, el centro puso en marcha el Programa UCLM Rural, que posibilita la realización de prácticas externas remuneradas en empresas, instituciones y asociaciones del medio rural y de localidades poco pobladas de Castilla-La Mancha.
"El objetivo era hacer prácticas en poblaciones de menos de 5.000 habitantes. Es importantísimo que los estudiantes vean la realidad y papel ante el paciente en un entorno no digital, con las dificultades que entraña", ha subrayado.
Por su parte, como director corporativo de Organización, Procesos y TIC de Quirónsalud, Ángel Blanco ha señalado que nos encontramos ante un cambio social que requiere de un trabajo en red.
"Tenemos que orientar nuestra medicina a procesos. Tenemos que ser capaces de hacer cosas antes de que el paciente se presente en nuestros centros y que continuemos la labor cuando salga del muro de los hospitales", ha explicado el directivo, que ha remarcado el protagonismo que adquiere el paciente en la digitalización de la sanidad: "Esto implica que somos exactamente iguales que el resto de sectores".