Ángel Gabilondo ha sido el encargado de inaugurar la segunda de las jornadas del I Observatorio de los ODS, organizado por EL ESPAÑOL. Durante su discurso, el Defensor del Pueblo ha subrayado la vinculación entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los Derechos Humanos.
La figura del Defensor del Pueblo se define como una “garantía constitucional de los derechos recogidos en el Título I de la Constitución Española”, derechos que, asegura Gabilondo, “están vinculados a los ODS”.
Para el actual Defensor del Pueblo, la Agenda 2030 definida por la ONU es el “camino para conseguir el reconocimiento de la dignidad humana trazado por la comunidad internacional”, debido a sus objetivos de “dignidad, paz y justicia social”, entre otros.
Además, Gabilondo declara que la concreción de los ODS permite “entender los Derechos [Humanos] no como entes abstractos”, debido a que los objetivos 2030 “impulsan la acción para que sean verdadera transformación”.
El conocimiento de Ángel Gabilondo acerca de los derechos fundamentales no es superficial, ya que la figura del Defensor del Pueblo es “la institución nacional de DDHH, acreditada por las Naciones Unidas”. Además, el organismo cuenta con “la máxima calificación” a nivel internacional, apunta Gabilondo.
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La existencia del Defensor del Pueblo está directamente relacionada con los ODS, que en su objetivo 16 exige la “existencia de instituciones de Derechos Humanos independientes conforme a los Principios de París”.
El “respeto” a estos principios, el principal estándar normativo para instituciones nacionales de DDHH, otorga al órgano español de “competencia y autoridad” en la materia, y además da a conocer “los derechos con acciones también educativas”, motivo por el que Gabilondo considera “esencial” que sea un ente independiente.
ODS y Derechos Humanos
Para Ángel Gabilondo, la “salvaguarda de los Derechos Humanos contribuye al cumplimiento de los ODS”, debido a que son “complementos recíprocos”, además de “interdependientes e indivisibles”.
El Defensor del Pueblo analizó, de manera muy breve, algunos de los obstáculos a los que se enfrenta la sociedad actual de cara al cumplimiento de la Agenda 2030.
Para Gabilondo, la pandemia de la Covid-19 puso de manifiesto “cómo vivimos en sociedad globalizada, pero también polarizada y excluyente”, en la que algunos de los derechos civiles se vieron mermados: “sanidad, derechos laborales, escasez de recursos, la guerra, la crisis de las instituciones y la democracia representativa…”.
Como respuesta a esta situación, y en consonancia con los objetivos de fin de la pobreza y de las desigualdades, hay que contar con “herramientas del sistema de protección social”, acompañado por “un sistema fiscal progresivo”, calificados por el Defensor del Pueblo como “elementos clave para que el estado social palie las desigualdades”.
A continuación, Gabilondo procedió a enumerar cada una de las ayudas otorgadas por el Estado para la consecución de los citados objetivos, a los que se sumó el ingreso mínimo vital, “una gran idea con carencias en su ejecución”.
Además de citar la necesidad de mejora en la protección de ancianos y menores, en la gestión del agua y en el sistema sanitario, el defensor subrayó el papel del acceso a la vivienda como fuente de desigualdad.
El asentamiento en viviendas sin condiciones mínimas de habitabilidad conlleva “pobreza, desigualdad y exclusión social, condiciona la satisfacción de sus derechos”. Por ello, denuncia el sistema español de viviendas sociales, “tan exiguo que no solo no puede hacer frente a las solicitudes, sino que no puede atender a los casos de mayor urgencia”.
"La flecha no se equivoca"
Gabilondo cerró su discurso en un tono más filosófico, con una reflexión acerca de los objetivos. “Los objetivos son una suerte de diana, espera atinado de nuestra acción”, comenzó el Defensor.
Así pues, continuando con el símil del tiro con arco, afirma que “en el lanzamiento de la flecha, ella no se equivoca: el objetivo está mal puesto, o nosotros no damos un buen lanzamiento”.
De igual forma, Gabilondo plantea que “los objetivos dicen quienes somos, lo que pretendemos ser, ya que somos aquello por lo que luchamos y perseguimos. Dime qué causas te movilizan, y te diré quien eres”.
Ante esta realidad, el Defensor del Pueblo sentencia que la “titularidad de derechos no es suficiente” para la transformación de la sociedad, sino que son “un atributo inherente que debe renovarse cada día”.
Por ello, concluyó, “tenemos que obligarnos a ejercer nuestros derechos”, además de reconocer que “nuestra condición de personas conlleva derechos y deberes”, no solo para uno mismo, sino también “para quienes no están y nos han llevado hasta aquí, y para los que vendrán, y no está aquí todavía”.