Daniel Ollé, subdirector de la Subdirección Técnica de Comunicaciones Electrónicas de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), considera que el organismo ha acertado a la hora dar la banda intermedia de 5G a los operadores con un uso nacional, "porque permite ser explotada al máximo frente a las decisiones de otros países europeos".
Ollé se refería así durante el II Observatorio 5G organizado por EL ESPAÑOL-Invertia, en conversación con Arturo Criado, subdirector de Invertia, a la diferencia del caso español con el alemán a la hora de otorgar las bandas 5G. Mientras que el primero optará porque las grandes empresas puedan aprovechar las bandas más altas para un uso específico y acelerar su transformación digital, el país germano ha reservado bandas intermedias -más accesibles al público general- a grandes compañías.
"Con la banda de 26 GHz será fácil que la instalación que prepare la empresa dé cobertura solo en el ámbito determinado por la empresa y en estas bandas intermedias no es tan fácil de controlar. [Con nuestro modelo] Podríamos utilizar el uso de las frecuencias exclusivamente sólo en el interior de la fábrica. Sería muy bueno que existiese esa posibilidad. Hay un consenso en Europa que alguna posibilidad hay que dar a estas empresas".
Pongamos un ejemplo: España apunta hacia un modelo en el que una fábrica muy grande con varios centros de producción en Madrid, podría beneficiarse de una cobertura en una frecuencia 5G muy alta y controlada para que la comunicación estuviese muy delimitada y fuese 100% operativa, sin interferir en otros usos, usuarios o empresas.
El trabajo de la CNMC y el BEREC (Body of European Regulators for Electronic Communications) se centra en regular y que haya un acceso justo y equilibrado a la nueva conexión 5G desde los circuitos de transporte, infraestructura, cambios de operador o la neutralidad de la red. Precisamente sobre esta última Ollé destaca que sigue siendo clave porque es lo que ha hecho esencial a Internet.
Insiste en que la regulación es clave en este aspecto para que no haya una desviación en las prioridades de red en este tipo de casi redes privadas que puedan tener las empresas en bandas muy altas, frente a que el 5G llegue a todos.
"La banda de 26 Ghz, porque es una de las bandas definidas para el 5G que por sus características van a permitir experimentar un poco más. No hay que verla como una banda con pocas posibilidades de cobertura sino como cuyas características permiten delimitarla muy bien. Quizá en esta banda o en bandas superiores, sí podemos cederlas a empresas con necesidades muy particulares que necesita una red propia, privada, controlada por ella misma en un ámbito muy delimitado. Podríamos ceder la banda de 26 GHz a esa empresa con algún modelo de licencia local u otra forma que esté por ver."
Un potencial enorme
El directivo de la CNMC da la clave sobre la gran diferencia y potencial entre el 5G y el 4G de una forma clara y concisa pero que se entiende muy bien: "hasta ahora con el 4G las operadoras venden la conectividad que es la misma para una empresa que para un adolescente. Ahora, esa conectividad puede particularizarse para cada tipo de cliente lo que tiene un gran potencial".
Esta nueva posiblidad llega a que en la red se tendrán "nuevos intermediarios en soluciones sectoriales, de cómo aprovechar los procesos. Con lo que ahora podremos tener unos intermediarios especializados en esos sectores y también puede ser una relación directa con estos usuarios grandes empresas".
Considera de esta forma que llegarán operadores especializados encontrarán su hueco si aportan valor. "Permitirán a las operadoras a llegar a particularidades muy sectoriales. El operador de telecomunicaciones no podrá tener hasta el último detalle que podrá necesitar, por ejemplo, el sector sanitario".