“La tercera banda prioritaria del 5G está pendiente y se va a poner a disposición del mercado antes de Navidades”. Son palabras de Daniel Ollé, subdirector de la Subdirección Técnica de Comunicaciones Electrónicas de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) pronunciadas durante el III Observatorio 5G, organizado por EL ESPAÑOL e Invertia.
Una iniciativa que, de momento, solo han puesto en práctica seis o siete países de la UE. Ahora le ha llegado el turno a España. “Así tendremos la máxima puntuación en el espectro 5G”, matizó Ollé.
Lo que se subasta es una gran cantidad de espectro (26 gigahercios) que se ha estructurado de manera diferente “con una componente de ámbito autonómico que valoramos muy bien porque es una puerta de entrada a otros agentes además de los tradicionales”. Además, tendrá una duración de 20 años, prorrogables a otros 20, pero no de manera automática. “Se hará tras una valoración para ver si procede hacerlo o no”, relató Daniel Ollé.
Por tanto, tiene un enorme potencial ya que habrá espectro para otros agentes. Entre sus características, es una banda de muy alta frecuencia, con un tamaño de ondas muy pequeño, de ahí que se las llame milimétricas.
“Su ventaja es la enorme cantidad de megahercios que se ponen en el mercado, un total de 2.800, que son los que dan capacidad de transmisión”, subrayó el subdirector de la Subdirección Técnica de Comunicaciones Electrónicas de la CNMC.
De ahí que su potencial se dispare. “5G no es para que podamos acceder más rápido a lo de siempre, sino que tiene una aplicación más industrial. Muchas empresas aspiran no tener la red pública, sino otra privada, para sus propios usos. No se subasta todo el espectro de la banca. 450 megahercios no se subasta, y parece que van a quedar disponibles para estas redes privadas”, especificó Ollé.
Eso se traduce en un grandísimo potencial, por ejemplo, para una industria que quiera tener una infraestructura propia para sus robots. También para puertos, canteras… De momento, se está en una fase de experimentación, con programas piloto. “Entre los piloto con fondos públicos, y los que hacen las empresas interesadas, a ver si se materializa todo el potencial”, deseó el directivo de la CNMC.
Por último, y sobre la conectividad en las zonas rurales, la CNMC tiene un encargo definido: hacer un estudio cada dos años sobre la calidad de la misma. Y no solo en las zonas rurales, sino también en comparación con otras zonas del resto del país:“Asumimos el reto y en breve tendremos que empezar a hacerlo”.