Uno de los sectores que más vinculado está a los entornos municipales es el de las infrastructuras de agua. Por eso, cada vez cobra más relevancia su evolución a las nuevas maneras de entender su consumo en las ciudades y cómo utilizar adecuadamente los fondos europeos.
Esas son las principales ideas que se han trasladado en la mesa redonda 'La Ciudad Sostenible: gestión de servicios urbanos en las ciudades, gestión de residuos, economía circular, medio ambiente' durante el II Simposio del Observatorio de la Movilidad organizado por EL ESPAÑOL-Invertia.
"Es un reto espectacular cómo vamos a utilizar los fondos europeos para transformar nuestro sector", ha señalado Guillermo Pascual, director de Operaciones y Transformación Digital de Agbar. "De hecho, lo que va a recibir España supone el 7% del PIB de 2018, y también me impresiona bastante, de 1989 a 2020, nuestro país recibió entorno a 180.000 millones de euros de Europa, y ahora, solo en seis años, recibiremos el 80% de ese montante".
"Y lo que queremos es que una parte llegue al sector del agua. Como es un vector municipal, tractor del empleo local y estable (el 84% son contratos fijos), sostenbile y moderno, debería ser prioritario para recibir esas ayudas", añade.
"Es fundamental que el agua forme parte de los planes de ayudas de los fondos europeos", corrobora por su parte Enrique Hernández Moreno, director de Sistemas de Gestión, Sostenibilidad y Riesgos de Aqualia.
"Estamos trabajando ya a diferentes niveles para que a todos los municipios les llegue esas ayudas, pero no hay que olvidar que es fundamental que los proyectos sean una alianza público-privada", aclara.
Cambio climático y agua
Otro de los asuntos que preocupa al sector del agua es su resiliencia ante el proceso de desertificación del territorio y de los fenómenos ocasionados por el cambio climático. "Aqualia ya viene trabajando desde hace años en indicadores de sostenibilidad", explica Hernández Moreno.
"Por eso, hay que saber medir bien los impactos para luego recibir las inversiones, con un pacto social sobre tres ejes: la vulnerabilidad de ciertos segmentos de la población, que tienen que tener un trato diferenciado, la creación de empleo de calidad y verde, y la reconstrucción verde".
"Y para adaptarse a esa realidad, desde Agbar hemos calculado que necesitamos inversiones alrededor de los 2.500 millones de euros al año durante los próximos 10 años. Necesitamos no solo ser sostenibles sino también dar un servicio de calidad", puntualiza Guillermo Pascual.
"También están los problemas con la depuración de las aguas en las ciudades", puntualiza.
Ecofactorías y digitalización
El responsable de Aqualia tiene claro que "con los fondos se abren dos vías, por un lado contribuimos a la reducción de las emisiones de CO2 en las ecofactorías, son un activo verde en las ciudades que podrían facilitar la independencia energética".
Y por otro lado, "hay que renovar las infraestructuras y las redes existentes para adaptarse a un futuro más digitalizado. A mi me gusta hablar de transformación digital", apunta.
"Además del ámbito de inversiones público privadas, hay otra visión que está ganando cada vez más importancia: la combinación industria más ciudad. Es un rol fundamental para el día de mañana, porque se van a poder alimentar mutualmente", continúa por su parte el responsable de Agbar.
"Y para ello, hay que digitalizar. Tenemos que ver cómo somos capaces de dar valor al dato, y que sea útil para el ciudadano en su camino hacia una mayor eficiencia. Debemos ser más ágiles en las tarifas, que hoy por hoy están obsoletas, adaptar el agua a los diferentes tipos de consumos, reutilizar el agua o adaptarnos a mayores criterios ambientales. Y eso, sin digitalización, sería imposible".
"Además de todo ello, hay otros campos por desarrollar, como por ejemplo higienizar los fangos de las depuradoras, por ejemplo".
Y es que, todos coinciden en que España se enfrenta a una situación de estrés hidríco como consecuencia de una mayor incidencia del cambio climático sobre nuestro territorio.