Los alcaldes y alcaldesas de las ciudades de Zaragoza, Alicante, Toledo, Valladolid, Castellón y Santander han dado su visión del futuro de las ciudades en diferentes aspectos como la movilidad y la descarbonización. Y lo han hecho durante el II Simposio del Observatorio de la Movilidad organizado por El ESPAÑOL-Invertia.
Así, Milagros Tolón, alcaldesa de Toledo, remarcó una serie de puntos que serán clave en el futuro: “Tenemos que llegar al 100% de ciudades verdes y sostenibles, que la digitalización esté presente, y que sean ciudades justas e inclusivas”.
Por su parte, Luis Barcala, alcalde de Alicante, indicó que la inquietud de los ciudadanos tiene que ver con un entorno urbano amable, protector, donde se sienta a gusto, y donde haya sensibilización respecto al tema medioambiental.
“Queremos dar respuestas a esa inquietud en un entorno seguro y confortable. Hay que aprovechar todas las circunstancias para, en un momento, acelerar e incorporar nuevas tecnologías partiendo de la base de que no hay una receta general para todo”, indicó. De ahí que cada consistorio tenga que adaptarse a una serie de circunstancias. Entre ellas, el tamaño, o la orografía.
Tres grandes tendencias son las que indicó el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón: movilidad y nuevas realidades; producción y consumo de energía, y la aplicación de nuevas tecnologías. “Las tres serán claves para constituir la base sobre la que se van a construir ciudades más eficientes, sostenibles, y que den respuesta a los problemas de los vecinos”, subrayó.
Momento de transición
La movilidad esta en un momento de transición: impulso de energías limpias, nuevos medios de transporte, conectividad, conducción autónoma… Todo ha cambiado en la última década. “Ello nos obliga a hacer una implementación constante de medios de transporte que satisfaga la demanda”, añadió el alcalde de Zaragoza.
Jorge Azcón indicó siete líneas de actuación en las que se viene desarrollando la nueva movilidad: uso masivo de energías limpias; cada vez mayores usos en medios de transporte individual (patinete, bici…); impulso de la movilidad compartida; coches eléctricos; avances tecnológicos que conexionen diferentes sistemas de transporte y de regulación tráfico; reordenación en la distribución de la última milla; y, la más importante, la peatonalidad. “Hay que despejar las aceras de obstáculos, mejorar la accesibilidad, y que el peatón sea el elemento central”, recalcó.
En este cambio, la alcaldesa de Toledo señaló la importancia de los planes de ordenación municipal: “Son fundamentales para la sostenibilidad y orientar los recursos”. Mientras que su homónimo de Alicante apuntó al big data, y al tratamiento de los datos, como elemento esencial para planificar, por ejemplo, aparcamientos disuasorios, o regular el tráfico. Eso sí, en esta nueva y vieja movilidad, se van a producir tensiones. “Porque ambas van a tardar un tiempo un implantarse”, apuntó Jorge Azcón.
En otra mesa redonda, Óscar Puente, alcalde de Valladolid, afirmó que “vamos a una movilidad en la que el peso del transporte público va a ser mayor y donde el vehículo privado va a ceder espacio”. Una situación que ha empeorado con la pandemia, en la que los ciudadanos volvieron a usar el vehículo particular.
Zonas de bajas emisiones
“Los fondos europeos son una oportunidad. La electrificación es una operación muy cara. Y ahí los fondos europeos son clave”, remarcó Óscar Puente. Por ejemplo, para definir plataformas conjuntas con otras ciudades.
Amparo Marco, alcaldesa de Castellón, ahondó en la idea de que, desde lo local, hay que trabajar por la descarbonización para tener un planeta más sostenible y ciudades más humanas. “Es un reto complejo de gestionar, pero para conseguirlo hay varios elementos”, dijo. Entre ellos, tener un marco normativo, que ya está. Otro reto es el cambio cultural. “Educar, sensibilizar y formar a nuestros pequeños y mayores en que hay que cambiar las ciudades”, apuntó. Y luego están las inversiones, a nivel europeo, estatal, autonómico, provincial y local. Sin olvidar la seguridad.
La alcaldesa de Santander, Gema Igual, por su parte, señaló que hay dos retos importantísimos: la concienciación y la energía verde. “Hay que potenciar el transporte público y delimitar las zonas de bajas emisiones. Optamos a proyectos europeos para obtener datos que nos permitan delimitar las calles de bajas emisiones o no”, indicó.
En lo que coincidieron tanto Óscar Puente, como Amparo Marco y Gema Igual es que el modelo de zonas de bajas emisiones no puede ser igual para todos los ayuntamientos. Cada ayuntamiento debe definirlo por los propios consistorios en función de sus características.