A Raquel Yotti, como a todos, le pilló por sorpresa la pandemia de Covid-19 pero, lejos de amilanarse, la directora del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), decidió aprovechar la circunstancia para demostrar que la ciencia está llamada a ser motor de cambio, transformación y recuperación.
Por eso, desde el mismo inicio de lo que entonces sólo era una epidemia puso a funcionar a toda potencia la maquinaria de este enorme y complejo organismo público, del que jamás se había oído tanto a hablar como en los últimos seis meses.
Yotti, ponente en el I Observatorio de la Sanidad de EL ESPAÑOL e INVERTIA ha comenzado su intervención con toda una declaración de intenciones: "La ciencia cura". Y sin duda lo demostró a tan sólo 5 días de la declaración del estado de alarma.
El 19 de marzo el ISCIII sacaba una resolución para otorgar 24 millones de euros a proyectos de investigación, puso a un comité científico-técnico de Evaluación de Expresión de Interés para proyectos de investigación en Covid19 y SARS-CoV-2 y lanzó una convocatoria mediante un procedimiento insólito hasta la fecha, que pretendía agilizar los normalmente farragosos trámites de la obtención de ayudas públicas sin disminuir el nivel de exigencia.
"Muchos de estos proyectos ya han empezado a dar resultados meses después", comentaba orgullosa Yotti, que ha explicado cómo la mayoría de estos proyectos estaban enmarcado en el área de epidemiología y clínica, lo que incluía la aprobación y financiación de ensayos clínicos, el desarrollo de vacunas y de test, entre otras cosas.
Y hablando de esto último, Yotti ha destacado también el papel de su centro en el apoyo al diagnóstico microbiológico. Todos recordamos el jarro de agua fría que supuso en su día la noticia de que unos test de anticuerpos que había adquirido el Gobierno a una empresa china resultaron no ser válidos, a pesar de lo que ponía en el certificado. Esto fue culpa del ISCIII, que se empeñó en validar cada una de las pruebas a pesar de lo que pusiera en los papeles. A todas luces y visto lo visto, una gran idea.
También tiene sobre sus hombros Yotti la cara más amarga de la Covid, la contabilidad de los fallecidos. La directora del ISCIII tuvo muy claro que el MoMO -el registro de exceso de mortalidad- tenía que seguir funcionando a pesar de las polémicas sobre la contabilidad oficial de muertos por Covid.
Pero si hay algo de lo que Yotti se ha mostrado especialmente orgullosa es del estudio ENE-Covid, que ha servido para estimar la prevalencia de infección para el Sars CoV-2, mediante la determinación de anticuerpos frente al virus, tanto en España como por comunidades autónomas y por provincias, así como por edad y sexo. "Es algo que no tiene ningún otro país, tenemos que estar orgullosos de ellos", comenta antes de proyectar la publicación tal y como la recogió The Lancet, una de las revistas médicas médicas más importantes del mundo.