La española María Neira es directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y una de las principales portavoces del organismo desde que comenzó la epidemia del SARS-CoV-2. 

La imagen de España en este organismo internacional obtuvo el título en Medicina y Cirugía por la Universidad de Oviedo antes de continuar sus estudios en París, donde se especializó en Endocrinología y Enfermedades Metabólicas en la Universidad René Déscartes, y en Nutrición en el Conservatoire National d'Arts et Métiers. Entre otras distinciones, la Dra. Neira fue receptora de la Médaille de l'Ordre national du Mérite (Medalla al Orden Nacional del Mérito) por el gobierno de Francia.

Neira fuera la encargada clausurar el I Simposio: Observatorio de la Sanidad. Allí no quiso ser sólo la voz de la esperanza y hablar de vacunas (esas en que ese momento todavía no habían llegado y nos harían vencer al virus). 

La experta se dirigió a las autoridades presentes para que ayudaran a la OMS a impulsar transformaciones sociales y económicas que "levanten muros" frente a las nuevas pandemias que están por llegar.

Antes de llegar al puesto por el que ahora ocupa todas las cabeceras de diarios internacionales, Neira completó su formación internacional con un diploma internacional en Preparación para Emergencias y Manejo de Crisis de la Universidad de Ginebra (Suiza). En España, presidió la Agencia Española de Seguridad Alimenticia y fue viceministra de Salud y Asuntos del Consumidor entre 2002 y 2005.

Además, la Dra. Neira trabajó como asesora en Salud Pública en el Ministerio de Salud en Mozambique de 1991 a 1993. Previamente, en Kigali, Ruanda, era asesora en Salud Pública/Médico para la ONU asignada por el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (UNDP). De 1987 a 1989, Neira estuvo en El Salvador y Honduras como coordinadora médica para Médecins sans Frontières (Médicos sin Fronteras). 

Vea la intervención de Maria Neira durante la clausura del I Simposio Observatorio de la Sanidad