María Jesús Lamas, Directora Ejecutiva de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), ha celebrado la "excelente" campaña de vacunación en España en la segunda jornada del 'II Simposio Observatorio de la Sanidad' de EL ESPAÑOL. Entre las claves que ha destacado está la "confianza" de los españoles en su sistema sanitario, que han acudido puntualmente a las citas por SMS mientras las "citas abiertas" de otros países han dado peor resultado. "Es un éxito en cifras, en lo cualitativo y lo cuantitavo", destaca.
La directiva ha recordado que inicialmente se daba por buena una efectividad del 50% para las vacunas contra la Covid. "Hemos tenido la fortuna de contar con vacunas muy eficaces en muy poco tiempo", celebra, aunque se resiste a usar la palabra suerte: "Había un gran trabajo de preparación detrás". No obstante, Lamas destaca que solo el 30% de la población mundial ha recibido la pauta completa de vacunación, y un 40% la primera dosis. "Necesitamos más producción para llegar a todo el mundo, más investigación para saber cuánto dura la inmunidad en grupos específicos, y más vacunas".
La Directora Ejecutiva de la AEMPS aborda también la información revelada por EL ESPAÑOL sobre la suspensión sine die del ensayo en pacientes de la vacuna del CSIC del investigador Mariano Esteban: "En la fase preclínica había aparecido un riesgo incierto pero suficiente grave como para querer asegurarnos con absoluta certeza de que no ocurre en humanos", explica. Lamas confirma que los investigadores tienen hasta el 30 de septiembre para formular alegaciones y que eventualmente el ensayo podría retomarse. "Pero aquí no vale un porcentaje de seguridad", advierte. "O descartas ese riesgo o no se puede usar".
Lamas también ha querido aclarar las dudas con respecto a la vacuna de Novavax, que sería producida en parte en España. La planta española ha dado "excelentes resultados", confirma, y la vacuna es "muy buena", pero "algo está pasando cuando un fármaco tiene ensayos en fase 3 desde hace un año y todavía no está autorizada". La directiva apunta a que la empresa todavía tiene que hacer "un esfuerzo enorme de producción en Europa y EEUU" para garantizar la demanda.
Las dudas sobre la tercera dosis
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) emite recomendaciones, aclara Lamas, y solo sobre medicamentos ya autorizados; pero en el caso de la tercera dosis de la vacuna, hay un declaración conjunta con el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) para dársela a los inmunodeprimidos y "considerar" hacerlo con personas de la tercera edad por el fenómeno de la inmunosenescencia.
"Es importante establecer una relación causa-efecto mediante experimentos controlados", insiste la Directora Ejecutiva de la AEMPS. Entre los factores a determinar está la vigilancia de las variantes para determinar si inciden en el descenso de la eficacia, que en todo caso no sería "notable", o controlar si la pérdida de inmunidad entre los mayores se debe "a la disminución de los anticuerpos neutralizantes", ya que para ellos es más difícil generar la inmunidad celular, la que otorga "al menos" ocho meses de protección a la población general.
En este sentido, explica se están realizando ensayos de la tercera dosis de Pfizer y la segunda de Janssen, y comparando con "evidencia de vida real", es decir, la inmunidad alcanzada por países que han optado por alargar el plazo de la pauta completa, como Reino Unido. Sobre AstraZeneca, el riesgo-beneficio sigue siendo "favorable", asegura, aunque recuerda que es competencia de cada país el decidir cómo obtiene el mayor beneficio con las vacunas a su disposición.
España puede estar "tranquila" gracias a los acuerdos europeos con las farmacéuticas que cubren "cualquier eventualidad", desde la necesidad de una tercera dosis generalizada a la incorporación de la población pediátrica al calendario vacunal, pasando por una improbable aparición de una variante con escape vacunal. En nuestro propio territorio, la pandemia ha supuesto "un estímulo" y el tejido de producción farmacéutica "ha mejorado mucho" en el último año.
Frente a ello, contrapone la "locura total" de los primeros días de la pandemia en Europa, que evidenciaron la dependencia de material sanitario de China, donde "los criterios de calidad de las empresas no son los mismos". La carencia más crítica en España fue la falta de sistemas de información. "Era muy difícil trabajar sin intercambiar datos, como pilotar un avión a ciegas". Y aunque el sistema se ha vuelto más resiliente y está mejora preparado para dar respuesta, Lamas recuerda que se apoya en personal sanitario, "exhausto" después de meses de sobreesfuerzo.