Que los médicos sean médicos, los gestores sean gestores y entre todos -sobre todo entre territorios- haya más comunicación. Tales son los retos que identifican los profesionales sanitarios, con una lista de deberes que se hace más urgente después de pandemia para atender a un sistema cambiante, en el que ya no evalúa de la misma forma el trabajo ni el paciente desempeña exactamente el mismo papel.
Ésta es la fotografía del desafío y sus motivaciones que han esbozado en la primera jornada del IV Simposio del Observatorio de la Sanidad, organizado por EL ESPAÑOL e Invertia, representantes de varios segmentos del sector.
Han sido Ángela Hernández, secretaria general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid; David Palacios Martínez, presidente de SEMERGEN Madrid y José Francisco Soto, presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud.
A la pregunta "¿qué retos tenéis?, cada uno ha aportado una vertiente diferente. Por el lado de los medicos de atención primaria, Palacios no ha dudado: recuperar el orgullo de su especialidad.
"Derivar a especialista es una de las cosas que tenemos que hacer, pero somos los médicos de las enfermedades más prevalentes" ha reivindicado. Es un papel que, teme, ha perdido parte de su valor por la "hospitalización del sistema".
Por eso ha pedido a los gestores que cada uno sea lo que debe ser por formación. "Permítannos a los médicos de familia hacer el trabajo para el que estamos diseñados", ha reclamado, por ejemplo reduciendo la burocracia y centrándose en la tarea de dar la primera atención al paciente.
Otro gran reto ha sido la comunicación ante "17 modelos diferentes", uno por CCAA, ha señalado Hernández. "La medicina ha llegado a una multifragmentación. Podemos vernos unos a otros, el problema es cuando no nos vemos". ha sostenido.
"Dejen de ver la interterritorial como un sitio donde escenificar desacuerdos. Alcancen acuerdos vinculantes", ha pedido en este sentido.
Hernández echa en falta buen trato a profesionales, tanto en la sanidad pública como en hospitales de gestión indirecta, en los que avisa de pistas que indican que quizá no todo vaya bien, como el "altísimo recambio de profesionales" que allí se produce.
También cree que debería haber un sistema que expusiera los resultados de cada centro de forma objetiva para poder "competir en igualdad de condiciones" y recomendar a cada paciente un especialista según su desempeño, y no porque sea el especialista que se conoce personalmente.
¿Y los gestores, que añaden? Soto ha remarcado que se están produciendo importantes cambios en los últimos 30 años que han impactado en este ámbito. A saber: la cultura ha cambiado. "Se valoran cosas distintas por parte de los profesionales"; se ha producido una reorganización del trabajo y equipos y además ha habido un "empoderamiento de los pacientes".
De pasar a consulta a obedecer las órdenes del médico a ser el médico el que se adapta a sus preferencias, ha asegurado. Resultado: "supone una necesidad de ser evaluados". "Los profesionales necesitan ser evaluados y, si no lo merecen, no ser recompensados", ha indicado.
Unas palabras ante las que Hernández ha puntualizado varios aspectos, como las dudas que genera la evaluación de los gestores. "No se por qué la profesionalización de la gestión se queda en el tintero", ha expuesto.